Psicoanalisis de "Ese oscuro objeto del deseo"
Enviado por Alejandra Aguirre • 19 de Octubre de 2017 • Ensayo • 1.173 Palabras (5 Páginas) • 1.457 Visitas
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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA CONDUCTA
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
ANALISIS DE LA PELICULA
“ESE OSCURO OBJETO DEL DESEO”
UNIDAD DE APRENDIZAJE:
PSICOPATOLOGIA DEL ADULTO
CATEDRÁTICO:
OSCAR MAURICIO CUELLAR PINEDA
ALUMNA:[pic 3]
ALEJANDRA MICHELLE BRAVO AGUIRRE
MAYO 2017
Ese oscuro objeto del deseo
Dentro de este filme se aprecian rasgos de la estructura histérica y obsesiva que podemos describir en base a teoría y que ésta la relacionaríamos entonces, con la escenificación de ellos.
Una escena que captura primeramente la atención es esa en la que Encarnación habla del padre de Conchita, inmediatamente después de asegurarle a Mateo que le pagará lo que les prestó “…era un buen hombre, pero al morir solo nos dejó deudas, yo no tengo pensión, nada, yo no sé hacer nada…” y Conchita afirma esas líneas “…se pasa todo el día en la iglesia…” podemos, pues, relacionar esta escena con un pensamiento que postula Dor (1991):
Lo que la histérica requiere a través de un hombre es un padre completo, un padre como jamás existió, la histérica quiere colmar las faltas imaginarias del padre. (p.110)
Y respondiendo a esta sutil demanda de Encarnación y Conchita, Mateo pone en acto magnitudes enormes de energía para que no les falte nada y no se muevan de su sitio.
La histérica siempre se ofrecerá al otro como encarnación del objeto ideal de su deseo, se identificará a través de su cuerpo y su palabra para aparecer como un objeto que fascine al otro (Dor, 1991). Esto podemos verlo representado en la escena en que se encuentran ambos protagonistas en la casa de Conchita, ella muestra su cuerpo a modo de hacerlo “brillar” para el otro y a su vez presenta fantasmáticamente ese atributo físico a fin de que el otro responda a éste y así “elegirlo”.
Mateo posee una estructura diferente a la de Conchita, el, es más bien un sujeto obsesivo, podemos notarlo en la manera en que responde a la seducción de ella, permite que Conchita lo seduzca y a su vez responde a estas seducciones sin obstáculo alguno, en la mayoría de obsesivos masculinos se encuentran vestigios nostálgicos de la seducción agresiva pasiva por parte de la madre, es decir, constantemente ellos sienten haber sido seducidos por una mujer sin haber hecho nada (Dor, 1991).
El rasgo particularmente más notable de la estructura de Conchita es que ella siempre hace desear al otro, lo hace desear ese objeto fascinante que se da para ver como si éste fuese el objeto que podría colmar su falta (Dor, 1991). Pero particularmente lo que caracteriza su histeria es la castración que emite para con el otro, siempre dejándolo en suspenso y esperando que éste siga “corriendo” tras ese objeto, así ella mantiene el fantasma de su identificación fálica, puesto que si el otro ya no “corre” tras el objeto y por el contrario, se muestra emprendedor en su deseo, ella estaría más expuesta a ser “botada” y en sincronía a esto, para Mateo nada vale más que esa cosa por conquistar, recordando la frase de Conchita “…lo que te gusta es lo que no te doy, no yo…” eso que ella no le da, para el se vuelve una especia de trofeo suplementario y todo un reto por conseguir que cuanto más difícil sea el camino que deba abrirse para conseguirlo, tanto más el recorrido justificará el rodeo (Dor, 1991).
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