Psicosexuales.
Enviado por yasminmartinez • 17 de Mayo de 2016 • Trabajo • 1.841 Palabras (8 Páginas) • 177 Visitas
Cuando se trabaja en psicoterapia, no debe olvidarse que el quehacer es fundamentalmente con las emociones, tanto del paciente o pacientes como las propias que siempre se pondrán en juego; por lo que es menester estar siempre atentos, tanto con la escucha de las emociones del paciente, como con las propias que inevitablemente intervienen en todo proceso de relación, y más aún cuando se trata de un vínculo tan estrecho, donde el paciente pone de manifiesto, sus propios procesos internos.
Cuando se trabaja en psicoterapia, no debe olvidarse que el quehacer es fundamentalmente con las emociones, tanto del paciente o pacientes como las propias que siempre se pondrán en juego; por lo que es menester estar siempre atentos, tanto con la escucha de las emociones del paciente, como con las propias que inevitablemente intervienen en todo proceso de relación, y más aún cuando se trata de un vínculo tan estrecho, donde el paciente pone de manifiesto, sus propios procesos internos.
Cuando se trabaja en psicoterapia, no debe olvidarse que el quehacer es fundamentalmente con las emociones, tanto del paciente o pacientes como las propias que siempre se pondrán en juego; por lo que es menester estar siempre atentos, tanto con la escucha de las emociones del paciente, como con las propias que inevitablemente intervienen en todo proceso de relación, y más aún cuando se trata de un vínculo tan estrecho, donde el paciente pone de manifiesto, sus propios procesos internos. Cuando se trabaja en psicoterapia, no debe olvidarse que el quehacer es fundamentalmente con las emociones, tanto del paciente o pacientes como las propias que siempre se pondrán en juego; por lo que es menester estar siempre atentos, tanto con la escucha de las emociones del paciente, como con las propias que inevitablemente intervienen en todo proceso de relación, y más aún cuando se trata de un vínculo tan estrecho, donde el paciente pone de manifiesto, sus propios procesos internos. Cuando se trabaja en psicoterapia, no debe olvidarse que el quehacer es fundamentalmente con las emociones, tanto del paciente o pacientes como las propias que siempre se pondrán en juego; por lo que es menester estar siempre atentos, tanto con la escucha de las emociones del paciente, como con las propias que inevitablemente intervienen en todo proceso de relación, y más aún cuando se trata de un vínculo tan estrecho, donde el paciente pone de manifiesto, sus propios procesos internos. Cuando se trabaja en psicoterapia, no debe olvidarse que el quehacer es fundamentalmente con las emociones, tanto del paciente o pacientes como las propias que siempre se pondrán en juego; por lo que es menester estar siempre atentos, tanto con la escucha de las emociones del paciente, como con las propias que inevitablemente intervienen en todo proceso de relación, y más aún cuando se trata de un vínculo tan estrecho, donde el paciente pone de manifiesto, sus propios procesos internos. Cuando se trabaja en psicoterapia, no debe olvidarse que el quehacer es fundamentalmente con las emociones, tanto del paciente o pacientes como las propias que siempre se pondrán en juego; por lo que es menester estar siempre atentos, tanto con la escucha de las emociones del paciente, como con las propias que inevitablemente intervienen en todo proceso de relación, y más aún cuando se trata de un vínculo tan estrecho, donde el paciente pone de manifiesto, sus propios procesos internos. Cuando se trabaja en psicoterapia, no debe olvidarse que el quehacer es fundamentalmente con las emociones, tanto del paciente o pacientes como las propias que siempre se pondrán en juego; por lo que es menester estar siempre atentos, tanto con la escucha de las emociones del paciente, como con las propias que inevitablemente intervienen en todo proceso de relación, y más aún cuando se trata de un vínculo tan estrecho, donde el paciente pone de manifiesto, sus propios procesos internos. vCuando se trabaja en psicoterapia, no debe olvidarse que el quehacer es fundamentalmente con las emociones, tanto del paciente o pacientes como las propias que siempre se pondrán en juego; por lo que es menester estar siempre atentos, tanto con la escucha de las emociones del paciente, como con las propias que inevitablemente intervienen en todo proceso de relación, y más aún cuando se trata de un vínculo tan estrecho, donde el paciente pone de manifiesto, sus propios procesos internos. Cuando se trabaja en psicoterapia, no debe olvidarse que el quehacer es fundamentalmente con las emociones, tanto del paciente o pacientes como las propias que siempre se pondrán en juego; por lo que es menester estar siempre atentos, tanto con la escucha de las emociones del paciente, como con las propias que inevitablemente intervienen en todo proceso de relación, y más aún cuando se trata de un vínculo tan estrecho, donde el paciente pone de manifiesto, sus propios procesos internos. Cuando se trabaja en psicoterapia, no debe olvidarse que el quehacer es fundamentalmente con las emociones, tanto del paciente o pacientes como las propias que siempre se pondrán en juego; por lo que es menester estar siempre atentos, tanto con la escucha de las emociones del paciente, como con las propias que inevitablemente intervienen en todo proceso de relación, y más aún cuando se trata de un vínculo tan estrecho, donde el paciente pone de manifiesto, sus propios procesos internos. Cuando se trabaja en psicoterapia, no debe olvidarse que el quehacer es fundamentalmente con las emociones, tanto del paciente o pacientes como las propias que siempre se pondrán en juego; por lo que es menester estar siempre atentos, tanto
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