Etapas psicosexuales de Freud
Enviado por sfe3we • 10 de Noviembre de 2022 • Resumen • 611 Palabras (3 Páginas) • 121 Visitas
La teoría del desarrollo psicosexual de Freud afirma que a medida que crecemos pasamos por cinco fases críticas, así, nuestro impulso sexual, al que Freud denomina “libido”, se concentra en una zona erógena diferente en cada etapa, correspondiendo a las siguientes: oral, anal, fálica, latente y genital. Cabe mencionar que, si nuestra experiencia fue traumática durante cualquiera de las anteriores fases, podríamos desarrollar fijaciones más adelante en la existencia.
Ahora bien, en primer lugar, se encuentra la fase oral que va desde el nacimiento hasta el primer año y medio de vida. En esta etapa se descubre el mundo a partir de los sentidos orales, el mayor placer va a provenir a través de la succión del pecho de la madre. Usualmente, esta fase se divide en dos, en la primera, el niño pasa gran parte durmiendo, por lo que los períodos conscientes de atención se reducen a gran escala, dejando experiencias limitadas al hambre, lactancia y/o saciedad. Cuando una de las necesidades mencionadas no logra satisfacerse, surgen emociones desagradables, provocando ansiedad en el infante. Es importante resaltar que en esta fase el placer sexual se encuentra completamente ligado a la excitación de la cavidad bucal junto con los labios, que acompañan el proceso de alimentación, de tal manera, el bebé vive por medio de su boca y su madre le satisface a través de sus senos las pulsiones sexuales. A raíz de dicho vínculo entre madre e hijo, se alcanza una gran recompensa en términos de placer libidinal, respondiendo ambos sujetos con relajación pues se genera un ambiente cálido entre sí, teniendo como objetivo principal la incorporación. Por último, una vez el menor adquiere autonomía, con la ayuda del chupeteo va a satisfacerse de manera propia.
La segunda parte de la fase oral viene acompañada por un rol más activo y participativo, el niño desarrolla dientes y con ellos, el placer relacionado a morder cosas duras, así como objetos blandos, otorgándole la capacidad de obtener y tomar, llamadas formas de autoconservación vitales en la vida del individuo.
Seguidamente, se presenta la etapa anal, es la segunda fase en el progreso de la libido y se da en el período de dos a cuatro años de edad. Durante este momento la libido se distribuye alrededor de la zona erógena anal, siendo la defecación (expulsión y/o retención) el objeto de satisfacción, de esta manera, el niño le otorga un valor simbólico a las heces u orina propia y las considera como algo natural y placentero. Ello, a su vez, se encuentra ligado con el progreso de control de esfínteres, para Freud, esta actividad se vincula al placer y la sexualidad del menor, siendo la segunda pulsión mencionada por dicho autor, en pocas palabras, la finalidad se dirige hacia el control. Continuando con lo anterior, el niño va a obedecer a dos impulsos contradictorios que rigen su comportamiento y relación con el otro. Estos son la retención y eliminación, cuya aparición se alterna de acuerdo con las capacidades de autonomía que el menor desarrolle. Asimismo, sus relaciones sociales van a estar determinadas por un constante soltar-aferrar; Por otro lado, la incapacidad de resolver los conflictos que se presentan durante esta fase puede repercutir en una fijación retentivo anal o expulsión anal, debido a un exceso de gratificación, lo que desarrollaría una personalidad en extremo desorganizada o, por otra parte, cuando la gratificación no se materializa, dando como resultado un sujeto completamente organizado. Finalmente, si la persona no supera esta fase anal, fácilmente puede ser muy rígido, obsesivo por la limpieza o suciedad exagerada, además de desarrollar conductas hostiles y desafiantes.
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