RESUMEN – EL CICLO VITAL: EPIGENESIS DE LA IDENTIDAD, ERIKSON

RESUMEN – EL CICLO VITAL: EPIGENESIS DE LA IDENTIDAD, ERIKSON

Se evidencia a través del texto un informe descriptivo de las experiencias tempranas que facilitan o ponen en peligro la identidad futura.

Se presenta el crecimiento humano desde el punto de vista de los conflictos interiores y exteriores que la personalidad vital soporta, remergiendo de cada crisis con un aumentado sentimiento de unidad interior.

Personalidad sana: domina activamente su ambiente, manifiesta una cierta unidad de personalidad y es capaz de percibir el mudo y a si misma correctamente.

🡪 todos los criterios se refieren al desarrollo cognitivo y social del niño.

La personalidad se desarrolla de acuerdo con pasos predeterminados en la disposición del organismo humano a ser impulsado, a ser consciente de y a interactuar con una gama daca vez más amplia de individuos e instituciones significativas.

Erikson propone un análisis conjunto a los estadios psicosexuales de Freud. Cada estadio se convierte en una crisis porque el crecimiento y la conciencia incipientes de una función parcial concuerdan con un cambio en la energía instintiva y, sin embargo, también causan una vulnerabilidad especifica en ese sector.

Cada paso sucesivo es una crisis potencial a causa de un gran cambio de perspectiva. Crisis se usa para connotar un momento decisivo, un periodo crucial de vulnerabilidad incrementada y potencial, y por tanto, fue ontogenética de fuerza y desajuste generacional.

La infancia y la reciprocidad del reconocimiento

Para el psicoanálisis: el estadio oral.

Sentimiento de confianza básica: actitud penétrate hacia una mismo y hacia el mundo derivada de las experiencias del primer año de vida. Se entiendo por confianza una esencial seguridad en los otros y un sentimiento fundamental de la propia confiabilidad.

La crisis del estadio oral parece consistir en la coincidencia en el tiempo de tres desarrollos:

1. un impulso mas violento a incorporar, obtener y observar más activamente.
2. La creciente conciencia de si misma del infante como persona diferente.
3. El gradual alejamiento de la madre, que vuelve a actividades que había abandonado.

La confianza básica debe establecerse y mantenerse contra la combinación de impresiones de haber sido privado, dividido, abandonado, que dejan un residuo de desconfianza básica.

El estado general de confianza, además, implica no solo que uno ha aprendido a apoyarse en la mismidad y continuidad de los proveedores externos, sino también que puede confiar en si mismo y en la capacidad de los propios órganos para hacer frente a las necesidades.

La oralidad existe como sustrato normal en todos los individuos, como un residuo perdurable de este primer periodo de dependencia de proveedores poderosos.

La integración del estadio oral con todos los que le siguen da como resultado, en la adultez, una combinación de fe y realismo.

Sentimiento de identidad diferenciado: surge del encuentro de la madre con el infante, un encuentro que implica confianza y reconocimiento mutuo.

Instituciones: cada estadio y cada crisis sucesivas tienen una relación especial con alguna de los esfuerzos básicos del hombre en el área de la institucionalización, por la simple razón de que el ciclo vital y las instituciones humanas han evolucionado juntos.

La confianza se convierte en la capacidad de tener fe, una necesidad vital para la que el hombre debe encontrar alguna confirmación institucional: la religión.

Temprana infancia y el deseo de ser una mismo

Según el psicoanálisis: el estadio anal.

La zona anal se presenta más que cualquier otra a la manifestación de una adhesión pertinaz a impulsos contradictorios debido a que, entre otras cosas, es la zona modal de dos partes conflictivas que deben alternarse: retención y eliminación. La totalidad de este estadio, por lo tanto, se transforma en una batalla por lograr la autonomía.

De igual manera, este estadio es decisivo para lograr el equilibrio entre la cariñosa buena voluntad y la auto insistencia odiosa, entre la cooperación y la terquedad y entre la manifestación de si mismo y la restricción compulsiva o el consentimiento dócil. Un sentimiento de autocontrol sin perdida de la autoestima constituye el origen del sentimiento del libre albedrio. El establecimiento de la autonomía supone el firme establecimiento de una confianza temprana. El infante debe llegar a sentir que su fe en si mismo y en el mundo no se eran comprometidas por el violento deseo de hacer una elección, de apropiarse exigiendo y de eliminar testarudamente. La clase y grado del sentimiento de autonomía que los padres son capaces de otorgar a sus hijos pequeños dependen de la dignidad y del sentimiento de independencia personal que emana de sus propias vidas, el sentimiento de autonomía es reflejo de la dignidad de los padres como seres autónomos.

Instituciones: la necesidad básica del hombre de una delineación de su autonomía parece tener un defensor institucional en el principio de la ley y el orden, que tanto en la vida cotidiana como en los tribunales adjudica a cada uno sus privilegios y sus limitaciones, sus obligaciones y sus derechos.

La infancia y la anticipación de roles

Para el psicoanálisis: el estadio fálico.

Se despierta un profundo sentimiento de culpa, de rivalidad anticipadora conjunto a un complejo de castración.

La conciencia es el gran gobernador de la iniciativa. A partir de este momento el niño no solo tiene miedo a ser descubierto, sino que también escucha la voz interior de la autoobservación, la autodirección y el autocastigo, que lo divide radicalmente dentro de si mismo, un nuevo y poderosos extrañamiento. De acá viene la ontogénesis de la moralidad. El estadio edípico no solo conduce a un sentimiento moral que restringe el horizonte de lo que esta permitido, sino también determina la dirección hacia lo posible y lo tangible que vincula las fantasías infantiles con las metas diversas de la tecnología y la cultura. Al mismo tiempo, como consecuencia psicológica de la iniciativa se da la disposición latente.

...