Relación desigualdad y violencia de género

Relación entre desigualdad y violencia de género

Las desigualdades existentes entre géneros en muchas ocasiones tienen consecuencias directas ya no solo sobre la persona quien las sufre sino sobre la sociedad, porque es un problema de todos.

Cuando nos centramos en hablar de violencia de género, podemos achacar que la causa principal es la creencia por parte del varón de que posee supremacía sobre la mujer y la no tolerancia de la visión igualitaria de la misma, exponiéndolas a un sometimiento, también la cultura de ejercer violencia como medio para resolver problemas puede ser una de las causas entre otras que tendrán un carácter secundario.

La relación entre las conductas asociadas al género y las normas culturales, seguidamente serán estudiadas:

-Con la finalidad de ejercer resistencia al cambio de mentalidad, sosteniendo la supremacía masculina. En regiones donde han existido unos ideales más férreos de la superioridad masculina, es donde más violencia ha existido y hay más riesgo a que se vuelva a reproducir.

-El mecanismo por el cual reproducen conductas violentas habitualmente son patrones fruto del aprendizaje y que generación tras generación se van transmitiendo.

-La sociedad en ocasiones normaliza y justifica conductas violentas, a veces se buscan posibles síntomas a enfermedades o trastornos que no padece o que no son por causas de los mismos.

-Violencia sexual, condicionado por el papel de géneros, materializando a la víctima y basándose en un modelo androcéntrico.

-Estudios han determinado la ingesta de alcohol es usado como excusa para conductas violentas, pero no es así pues no es causa etiológicamente directa. Es más hay muchos varones que consumen alcohol u otras drogas y no por ello protagonizan reacciones violentas, así como bastantes de las agresiones se llevan a cabo sin que el hombre haya ingerido alcohol u otras sustancias.

Como anteriormente cité la violencia de género no es causa de sintomatología de enfermedad o trastorno, sino que posee un carácter estructural en función a la cultura y la forma de establecer las relaciones entre sexos, ideas o espacios preconcebidos entre géneros y roles estipulados.

Pero afortunadamente, en el último periodo hemos ganado conciencia sobre esta lacra, y se ha reducido la tolerancia social hacia este tipo de conductas y este cambio no ha sido en vano, pues es un cambio sustancial ya que en décadas atrás era una realidad silenciada, donde la mujer no se veía apoyada lo suficiente como hacerle frente al problema, a pesar de todo ello queda mucho camino por recorrer porque las cifras de violencia aún son considerablemente altas y sin distinción de ninguna clase social, religión o nivel educativo.

El uso

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