Reporte de lectura “El Horla” de Guy de Maupassant
Enviado por jesus guerra medina • 2 de Noviembre de 2016 • Trabajo • 586 Palabras (3 Páginas) • 891 Visitas
Grupo: SH03P
Jesús Guerra Medina
Reporte de lectura: “El Horla” de Guy de Maupassant
El cuento, aún dentro de la ficción a la que pertenece, muestra de manera muy clara, la degeneración mental que, al igual que al personaje principal, a cualquier persona podría pasar. ¿O no es el relato un reflejo fiel de lo que fue la vida del autor? Si algo me llama particularmente la atención, es la encarnizada lucha que el personaje mantiene con la realidad. Pienso que la acepción del termino realidad, es tan endeble como el de la cordura misma, ¿no es acaso una muestra clara el creer que todo aquello que a nuestros sentidos escapa, es sólo un engaño, un espiral lleno de falsedad carnívora que devora hasta lo más profundo del sujeto? El protagonista así lo cree y la angustia que genera en él la incertidumbre del no saber, le es tan grande que al final la muerte deviene su única manera de confrontar esa silueta cuya esencia material le es invisible. Yo me pregunto ¿Cuántos casos no escapan a la ficción de las palabras y perecen de la misma manera que el protagonista del cuento, sin saber siquiera si su pensar les es propio o todo es sólo un fragmento brumoso de ese mundo ilusorio que es la locura?
Pensar la realidad como un hecho universal, considero, es demasiado arriesgado puesto que existen tantas maneras de interpretarla, como personas hay en el mundo. ¿Cómo podríamos cerciorarnos de que lo que el otro observa, lo que el llamado “loco” vive, es en entero falso? ¿Qué es la falsedad y en donde encontrar la línea fronteriza que lo separa de aquello que como real se presenta?
La locura suele pensarse como reina de lo anormal, es fantasma que entra al cuerpo entre silencios llenos de ruidos huecos que no permiten el pensar-racional-normal, sin embargo cabria el preguntarse si no es la locura, algo que al inverso de cómo el mundo la exhibe, está por encima de la razón misma. O ¿No es esta razón una muestra clara de la vanidad con que se formó el pensar humano?
Si se considerará al sujeto como una máquina, una fortaleza hueca que en función de lo que el quizás espíritu, el alma encerrada en él cuerpo vive, ¿no podría ser la locura un tal combustible cuya carburación permitiese el sentir de la existencia en un nuevo esplendor? Si se lograse romper la idea de que existe una normalidad que rige el todo, podría entonces plantearse la locura—esa considerada malformación que transgrede la rectitud, esa oscuridad que encierra y fractura la realidad asentada en una vanidad, un orgullo férreo cuyos huecos se llenan con lógica cuya forma no es más que una sombra lineal que encuadra a pensar en si a lo que la razón, gobernanta antigua del mundo, conviene—como la naturaleza negada del ser humano, ¿no podría pensarse a la locura como la quintaesencia que, desde las sombras, empuja a este cuerpo de hojalata y lo pone en marcha? Quedaría entonces la locura no siendo algo que como puñal atenta contra el orden del mundo, sino que, y dado el alcance de su presencia en todos nosotros, ésta podría, quizás, formar parte de una nueva manera de contemplar, como se contempla al mar, al mundo que se desenvuelve, no únicamente en el exterior sino y por el contrario, dentro de cada uno de los seres humanos, aceptando el hecho de que cada par de parpados encierra, en mismas proporciones, luz que oscuridad.
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