SOBRE LA AUTORIDAD, EL AUTORITARISMO Y EL MOBBING

SOBRE LA AUTORIDAD, EL AUTORITARISMO Y EL MOBBING

Por: Psic. Arturo Zúñiga Bernal

CDMX-Junio de 2018

La satisfacción en el trabajo incide en los resultados de efectividad que los Empresarios esperan, no obstante, no siempre lo perciben de la misma manera los colaboradores. Ello propiciado por factores emocionales que se generan de modo tanto inter como extra personal. Cuando se llevan a cabo protocolos de evaluación del desempeño, suelen observarse con la óptica de la displicencia por parte de las áreas de "Recursos Humanos", en la medida que sólo se valoran los correspondientes a cuantificaciones de GENERACIÓN DE GANANCIAS reflejados como los Resultados de Productividad.

Las Relaciones Personales que se manifiestan dentro del ámbito laboral son el reflejo del Tipo de Liderazgo que ahí se ejerce y no necesariamente concuerdan con lo establecido en la MISIÓN y VISIÓN INSTITUCIONALES, menos aún con las políticas Internas de Desarrollo y Formación de las Personas.

Pero adentrándonos en la dinámica coloquial de los colaboradores, supervisores y directivos dentro de las Organizaciones encontramos de manera "oscura", situaciones que difícilmente son abordadas, tales como los acosos, agresiones y maltratos que reciben las personas con diferentes tipos de manifestaciones o vértices conductuales, de los cuales hablaremos aquí buscando derivar un análisis que encauce la atención y apoyo de tales circunstancias, en aras de procurar una mejora sustancial en el clima laboral.

¿Cómo dirimir entonces las conceptualizaciones entre el ejercicio de la Autoridad y las maleficencias del Autoritarismo?. La Autoridad como una auténtica manifestación de Liderazgo Productivo que conlleva el ejercicio de Estrategias de Comunicación, Asertividad y Manejo de Conflictos que de parte de los responsables de la Administración del Factor Humano dirijan bajos los principios de Planeación y Evaluación Organizacional.

En contraparte el Autoritarismo revela un comportamiento basado en el "Dominio y Control" de las personas, dejando la mayoría los principios arriba mencionados así como las metodologías y programas de trabajo como acicates y condicionantes de la retribución laboral. En este sentido esta posición ideológica refleja una carencia grosera de la identidad institucional y más aún un ejercicio desproporcionado de las líneas de mando y políticas de productividad.

Una organización cuya filosofía de funcionamiento de la Autoridad dirige sus esfuerzos hacia el cumplimiento de procesos integrales, sin que por supuesto se deje de lado la obtención de "Ganancias", fomenta "in situ" un clima laboral robusto en el mediano y largo plazo. En cambio bajo el abrigo del Autoritarismo, el potencial de Logro siempre se limitará a alcanzar solo ciertas metas y mucho menos objetivos profundos, mismos que generalmente cumplen relativamente las expectativas individuales de ciertos integrantes de la Organización.

Lo paradójico en ello es que los efectos de tal visión promueven un "llenarle el ojo" a la Alta Dirección, misma que en su Toma de Decisiones tan solo vislumbra momentos, no procesos.

En cuanto al Liderazgo que se manifiesta bajo la Autoridad este se convierte valga la expresión en una convocatoria hacia la promoción de una PERSONA MORAL donde la voz es unísona sin carecer del atributo individual y gestiona una espiral de retos sustentados en planes y estrategias del orden institucional con planes de vida y desarrollo empresarial que empoderan de acuerdo a las líneas de responsabilidad a cada integrante de la Organización, determinando muy bien los causales para el cumplimiento de metas y por ende generando las competencias necesarias para el desborde de las habilidades.

Del otro lado, bajo el Liderazgo Autoritario el clima ejerce un carácter egocéntrico donde se vuelve virtud la competencia para "ganarle al otro" a costa de la disputa de puestos, bonos, beneficios, etc. que de modo inmediato promueven un mecanismo defensivo y de discordia entre los miembros de la comunidad laboral, así, las expectativas de crecimiento y generación de éxito pasan a un segundo o tercer nivel.

Es decir, en el primer caso, se manifiesta una auténtica disposición al logro toda vez que los colaboradores se comprometen como una unidad respetando la individualidad. Mientras que en el segundo la individualidad segmenta el acercamiento y apoyo entre las personas y es de allí es donde surgen conductas agresivas y de desagravio entre iguales (particularmente) e incluso verticalmente. Surgiendo aquí un concepto que entendido literalmente alude al "acoso laboral" donde los comportamientos dentro del trabajo son basado en la violencia emocional e incluso física convirtiendo a las personas en rehenes de la inseguridad y desequilibrio grupal. Este se conoce como MOBBING.

Las personas acosadoras bajo este ámbito instauran un precepto de inequidad y falta a los derechos de los demás, situación esta que con seguridad proviene de historias personales adversas que coadyuvan a la externalización de sentimientos negativos.

El Mobbing bajo una cruda perspectiva es estimulado por las personas que ejercen un Liderazgo Autoritario y normalmente incitan a la división y absoluta perdida de la identidad grupal. Sin embargo aunque en algún momento hablamos de la identidad grupal bajo el Liderazgo de la Autoridad, esta tiene una excepción cuando arropados en términos de Psicología Social la figura de la MASA despliega conductas acosadoras hacia las personas aparentemente "débiles" cuyo perfil promueve al abuso y deterioro de sus garantías individuales.

Este tipo de convivencia convierte a las personas agresoras en focos rojos para las Organizaciones y pone en el camino de la aniquilación a los potenciales y habilidades no solo de las personas victimizadas, también de los victimarios.

Pero acá surge la eterna incógnita, sabemos de la existencia de este lamentable fenómeno y no existen de manera contundente políticas o legislaciones que den atención a esta circunstancia. Es por ello que los profesionales inmersos en sector laboral tenemos el importante compromiso para el aporte de propuestas objetivas que a través de estrategias educativas, de formación especializada y de apoyo grupal lidien los inconvenientes de las conductas nocivas en el trabajo.

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