Tips para cambiar la actitud

Me parece que lo primero que tenemos que comprender es que no somos perfectos y que a veces las cosas no salen cómo esperábamos y eso es lo ¡normal! Para aprender algo debemos de estar dispuestos a fracasar, porque eso es lo que nos permitirá precisamente aprender. Si no contamos con experiencias previas, no podemos aprender y esas experiencias significan la práctica que necesitamos para comprender las cosas. A veces lo aprendes más rápido, otras te cuesta más trabajo, pero si estás consciente de que eso es el proceso normal del aprendizaje en la vida, será mucho más rápido en todas las ocasiones porque un tropiezo no significará para nosotros una frustración, sino un paso más para aprender y mejorar nuestra autoestima.

Lo que sí está claro es que no sirve quejarnos, lamentarnos, sufrir ni estarlo comentando a los cuatro vientos. Eso no sirve más que para empeorar tu situación, porque cuantas más veces lo platicas, más refuerzas al cerebro para continuar con ese comportamiento deteriorando tu autoestima cada vez más. Dicen por ahí “no te preocupes, ocúpate”. Ocúpate de hacer algo al respecto y pasa ya a la siguiente etapa. Cuando ocupas a tu cerebro en cualquier actividad positiva, se te olvidan tus penas y automáticamente te empiezas a sentir mejor. El caso es motivarse buscando soluciones, desde el momento en que algo no salió bien.

¡Siempre tienes la solución en tu mano!

Tenemos que hacer algo en lo que seamos buenos como nadar, correr, bailar, cocinar, escalar, pintar, escribir. Algo que requiera de nuestra atención y enfoque total, esto nos llevara al estado de fluir, donde olvidaremos todo lo demás. Nos sentiremos más competentes, más capaces, con sentimiento de logro, todo lo cual son los mejores antídotos para la baja autoestima. Considerar hacer esto una vez a la semana para que sentirnos más felices y saludables.

Dejar de pensar en uno mismo, sé que suena raro, pero este insistir en darle vueltas al problema es lo que no nos permite salir del hoyo. La baja autoestima siempre es el resultado de enfocarse en las cosas negativas que nos suceden en lugar de hacer algo al respecto. Dedicar toda nuestra atención en alguna actividad que nos haga sentir bien para dejar de pensar en nosotros y buscar una solución.

Debemos tomarnos en serio el mantenernos relajados el mayor tiempo posible. Si nos estamos sintiendo deprimidos, ansiosos o con falta de confianza, lo primero es dejar de pensar en ello y relajarnos. El ejercicio es una buena solución para sacar la energía atorada en el organismo para después soltar y relajarnos. También alguna actividad que nos guste hacer y que no te presione para que te mantengas tranquilo. Aprender a relajarnos es muy útil, practica la meditación, autohipnosis o alguna técnica de relajación como el Tai-Chi. Cuando estás apropiadamente relajado tu cerebro se comporta menos emocional y tu memoria funciona mejor.

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