Trazando las Huellas Invisibles: Un Análisis sobre la Violencia Psicológica Infantil

“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN DE AREQUIPA

PROGRAMA DE DERECHO

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN FORMATIVA

Ensayo

"Trazando las Huellas Invisibles: Un Análisis sobre la Violencia Psicológica Infantil"

ALUMNO:

Anampa Ccari, Ahida Griselda

DOCENTE:

Eyner Orna

AÑO:

Primero - “D”

AREQUIPA - PERÚ

2024

Resumen

La violencia en cualquiera de sus formas toma millones de vidas alrededor del mundo. Cada dìa se suma una vìctima más, no importa la edad, el sexo o la raza, la violencia no discrimina y eso es lo más lamentable. Si bien las personas se forman en primer lugar en casa con principios y valores que han de inculcar al infante, o imitando comportamientos del adulto más cercano, ¿dónde es que nace la violencia? Es la infancia el momento clave en el que podemos formar una persona de bien o un potencial violador. En general la violencia es conocida en su forma fìsica, cuando se puede observar, escuchar o sentir, se le puede reconocer como violencia en su sentido más natural. Pero existe también un tipo de violencia “discreto” que muchas veces pasa desapercibido y, sin embargo, deja marcas imborrables en el ser de una persona cuando esta crece y se desarrolla en sus actividades comunes, me refiero a la violencia psicológica con impacto emocional en los niños.

¿Qué es?

La violencia, segùn la OPS (Organizaciòn Panamericana de la Salud) y OMS, es el “uso intencional de la fuerza física o el poder real o como amenaza contra uno mismo, una persona, grupo o comunidad que tiene como resultado la probabilidad de daño psicológico, lesiones, la muerte, privación o mal desarrollo.

El poder es la capacidad de afectar o ser afectado, cuando la violencia es ejercida mediante el uso del poder se causa un daño, sea físico o psicológico, siendo este último el más complicado de superar generalmente. ¿Y qué sucede si un niño vive este tipo de violencia? Los impactos, en definitiva, serán mucho mayores que en cualquier otra persona; con frecuencia se suele pensar que los golpes son físicos, que la violencia es física, y no sucede así, pues las palabras pueden generar el mismo daño cuando son utilizadas con las peores intenciones. Expresar amor, respeto, tolerancia, etc., no son las únicas formas de usar la palabra, no solo es posible afectar para bien, también es posible dañar con lo que se dice.

Según Mente Asombrosa (2019) la violencia psicológica se vive casi diariamente por muchos niños en el mundo, siendo uno de los principales agresores los padres, sin embargo, estos no son muy conscientes de sus acciones y las consecuencias que repercuten en sus hijos. Generalmente, este tipo de violencia es acompañada de otros tipos de violencia, y no necesariamente es directa, pues en ciertos casos de violencia doméstica, son los niños quienes en forma de testigos, experimentan el miedo de vivir la violencia frente a sus ojos.

Ahora bien, sabemos que los niños tienen diversas necesidades no solo físicas como la alimentación o la ropa, también requieren de cuidados afectivos, cuidar su salud no solo física sino también mental, y cuando existe un vacío en el cuidado de sus emociones, sentimientos, pensamientos o ideas, de alguna forma también se ven afectados negativamente, pues se sienten rechazados o abandonados en ese sentido. Según Juárez (2022) las consecuencias físicas de esta modalidad de violencia son casi imperceptibles como la alteración del sueño del niño, su alimentación o sus habilidades motoras, en cuanto a lo emocional refiere que pueden experimentar ira, trastornos psicológicos y postraumáticos, una baja autoestima; y en el nivel cognitivo, puede ser afectado el lenguaje y su forma de comunicarse.

Esto evidentemente tiene un gran impacto en su posterior crecimiento social desarrollando una personalidad mucho más introvertida que extrovertida en la mayoría de los casos, dependiendo de cómo se haya sufrido el acto de violencia y por cuánto tiempo, factores que determinarían el futuro comportamiento del niño.

Si nos acercamos al núcleo familiar, en el que el niño se desenvuelve mayormente, observamos que si bien la crianza de estos en general fue evolucionando en cuanto a métodos y formas de disciplinar o corregir sus comportamientos, es discutible el hecho de estar actualmente en una generación que valora mucho más la comunicación como forma de educar a los niños que los golpes o castigos utilizados años atrás (sean psicológicos o físicos) como forma de educar a los hijos. Esta transición, explica el Oficial de Salud y Desarrollo Infantil Temprano de UNICEF, Fernando González, genera una incertidumbre pues si bien el uso de una buena comunicación, cercanía y reflexión serían más efectivos y menos dañinos para la estabilidad psicológica y emocional de los niños, carece de herramientas o estrategias concretas para llevarlo a la práctica sin poner en cuestión la autoridad de los padres y su influencia en la estructura para el propio desarrollo personal del niño.

Como se puede ha podido ver, la violencia psicológica es regularmente común en la familia, con los padres o cuidadores, empero existe la violencia de este tipo también en las escuelas, en la comunidad, en las instituciones, etc. La violencia psicológica dirigida a niños puede manifestarse, de esta manera, en diferentes contextos, extendiéndose actualmente a los espacios digitales a través del uso de dispositivos móviles y redes sociales, afectando la salud mental y emocional de los niños. (Juárez, 2022)

No es un tema lo suficientemente relevante para muchos adultos, pues la comprensión de un infante, su comportamiento y la forma en la que deberíamos dirigirnos a él ha sido desde siempre discutible, casi un misterio. Muchos padres, cuidadores, tutores, suelen criar a los niños de la forma en la que fueron criados ellos mismos, reflejan en sus acciones actitudes de la generación pasada, repitiendo el estilo de crianza una vez más, este “retraso” generaría un rechazo a las nuevas

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