“Un ensayo sobre las problemáticas de identidad”
Enviado por Alexah Leal • 15 de Noviembre de 2017 • Ensayo • 1.749 Palabras (7 Páginas) • 299 Visitas
Genero
¿Y yo soy, niño o niña?
“Un ensayo sobre las problemáticas de identidad”
Escrito por Alexa Leal
En la actualidad el género representa diversas problemáticas, a continuación pretendo mostrar en este ensayo algunas de las diversas teorías de investigación y problemas actuales en referencia a la aceptación del género y la diversidad del mismo.
¿La tómbola de la sexualidad?
La categoría género nos plantea el sistema SEXO-GÉNERO, el primero identifica las características fisiológicas que determinan diferencias únicamente en las funciones biológicas de la reproducción, por ello se nace hombre o mujer. A su vez el género establece la identidad femenina o masculina como una construcción social, un continuo aprendizaje que determina las características y roles de unas y otros. El azul, el rosado, la fuerza, la dulzura, proveer o administrar, son clasificados en patrones distintos para mujeres y para hombres, haciéndolos parecer como innatos e invariables siendo todo lo contrario; la identidad es una construcción social perfectamente modificable.
Ahora bien en este ensayo pretendo explicar y de igual manera debatir sobre algunas Ideologías y Comportamiento de la sociedad en referencia a la construcción de género, identidad y orientación.
Comencemos con la siguiente pregunta
¿Y para ti, que es género?
Difícil pregunta ¿no? O quizá fácil, según sea el punto de vista que cada individuo en sociedad tenga
Entonces pues el género es una construcción social y cultural basada en las diferencias dadas por el sexo biológico, a partir de ellas se socializa diferencialmente a varones y mujeres dirigiéndoles hacia ideales tradicionales de hombre-masculino y mujer-femenina, es aquí en donde comienza todo un bombardeo de ideas, dogmas, creencias, cultura y tiempo. Supongamos que cuando una vida nueva se forma dentro del vientre materno, entramos a lo que podría considerarse una tómbola de cromosomas y según la suerte por una x o una y pues ya tienes sexo, posteriormente de acuerdo al resultado anterior, socialmente de acuerdo a lugar y a la época en la que naciste pues empieza el bombardeo de pautas preestablecidas socialmente para ti y conforme creces pues te adaptas a ellas o te mantienes al margen y de ahí eres aceptado o finalmente diferente así que comienzas a no encajar en tu grupo, porque no estás en sintonía o en el tiempo adecuado es decir fuera de moda; así mismo pues ya se tiene para ti un rol social preestablecido Lo que se espera de ti ya sea como profesionista, como padre o como madre etc.
Entonces podemos entonces decir que el género es:
1: una construcción social y cultural que las personas internalizamos de diversas formas durante toda la vida identificándonos con modelos por imitación y observación construyendo a partir de ellos un auto concepto basado en atributos estereotipados.
2: una construcción psicológica que supone el desarrollo, maduración e Interacción de procesos cognitivos, morales, afectivos y sociales.
3: una construcción ideológica que hace referencia a procesos políticos y diversidad de vivencias fundadas en relaciones cotidianas de poder de carácter persuasivo y estructural.
Ahora bien dado por terminado el tema de género y construcción pasemos con el tema de identidad de género y sus diversas interpretaciones y problemáticas
vivimos una época de confusión en la que las identidades sexuales no sólo están cuestionadas, exaltadas y como corridas o distorsionadas respecto al modelo original de sexualidad humana que nos rigió durante siglos, sino que desde hace unas pocas décadas vivimos una especie de larga revolución en que hombres y mujeres estamos recomponiendo nuestros “lugares” con cambios, desplazamientos, intercambios, etc. Luego de un fuerte planteo, en todos los ámbitos, respecto a los “roles” femenino y masculino (no siempre fruto de las identidades) los paradigmas o modelos que seguimos, y por cierto la moral sexual, o al menos su legalidad, algo que sin duda ha incidido en el tema que nos preocupa hoy: la identidad de género. Si alguien piensa que el tema está perimido porque ya pasó su pico más alto y seguimos en pie, es que no sabe mirar la realidad.
considero que una parte importante de la población mundial ya acepta y entiende a las personas que han elegido un género diferente al que dicta su anatomía: la gente está empezando a comprender el sufrimiento, el maltrato, la discriminación, el hostigamiento y la crueldad que ha gatillado siempre “el diferente” en estas cuestiones , pero es más, extendamos esto a otras áreas; a personas que tienen prácticas sexuales no convencionales, o una religión diferente a la de uno, o color, nacionalidad, etc. ; los seres humanos somos heterofóbicos, rechazamos, agredimos, atacamos y tenemos cierta “fobia” a “todo lo hetero” (diferente)
Por ello, bien reconocemos que la identidad de género, inseparable de la identidad personal, se encuentra en conflicto, en crisis: hombres, mujeres, homosexuales, transexuales, etc., expresan una identidad de contornos borrosos, ¿quiénes somos?, ¿sé quién soy?, ¿soy uno e idéntico conmigo mismo? Un mar de confusiones atenta contra este ‘saber de sí’ que supone la identidad, y mucho más.
Quisiera relatar parte de una anécdota que me sucedió hace poco, y la cual me hizo corroborar una teoría que tenía sobre la percepción de las personas de la comunidad LGTB hacia su propio cuerpo.
Hablando sobre el tema que últimamente ha tenido un auge enorme del frente nacional por la familia, un amigo transexual, que ya hacía algún tiempo se había realizado varias modificaciones físicas y políticas me comentaba que él se aceptaba como hombre, que su parte sexual, los genitales y lo que estos son capaces de hacer los aceptaba y no sentía repulsión de ningún tipo, y si él había decidido realizar esas modificaciones en su persona, era más por el lado psicológico, por el como él se percibía dentro de una sociedad, algo que no iba ligado a la parte fisiológica, sino más bien, a lo social, me relataba también que nunca se sintió dentro del “circulo” que comentábamos anteriormente, él no había tenido una buena adaptación, mas sin embargo sabía que lo que fisiológicamente era le gustaba, mas sin embargo la etiqueta con el nombre masculino no la sentía propia.
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