Vejez y escucha psicoanalitica
Enviado por WlaTG • 23 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 2.574 Palabras (11 Páginas) • 256 Visitas
Una escucha para la vejez Una aproximación psicoanalítica a los dispositivos de intervención psicosocial con Adultos Mayores.
Francisco J. Cubillos C. Psicólogo PUCV
Las aproximaciones clínicas a la adultez mayor indican como uno de sus grandes temáticas, los “temas propios de la vejez”, como el nido vacío, el duelo, etc., lo que sería una nueva versión del “para todos” de la política pública. A través del análisis de una viñeta clínica, se postula un espacio que no interviene desde el para todos de una escucha estandarizada, lugar que pone en relieve la oferta de una escucha que aloje la singularidad, y que esté disponible para quien quiera tomarlo.
La vejez y su dispositivo
Las perspectivas sobre la adultez mayor han transitado desde una mirada biomédica, hacia una que incluye factores sociales y emocionales (Cartensen 1998), desde un perspectiva centrada en los déficit a una que promueve la actividad (Havigurst 1963, 1968) y un tipo de envejecimiento “exitoso” en comparación a otros “menos existosos” (Rowe y Khan 1987, Lupien 2004, Kants 1996)
El análisis de la vejez dependerá, evidentemente, de la perspectiva que se adopte en torno a esta, por ejemplo, una vejez que se significa desde la falta y necesidad de participación social, concebirá intervenciones que promuevan y estén al servicio de la participación e integración, resultando adecuada para los términos de una problemática psicosocial. Sin embargo, habría un espacio más allá, imponderable para toda política pública, la cual se enfrenta al goce particular de un sujeto deseante.
No obstante, en los insterticios de lo que la política prescribe en su modalidad del “para todos”, es posible fundar la apertura de un espacio que ofrezca una escucha para ese goce.
La siguiente viñeta pretende ilustrar como la participación de un adulto mayor en un dispositivo de la política pública que promueve la participación social, desde el ideal de una intervención estandarizada, logra dar cuenta de un movimiento subjetivo relevante. En este
se logra articular algo del orden del goce y de la dimensión fantasmática de la experiencia particular, a través de un dispositivo grupal que ofrece un espacio de escucha dispuesto a alojar la experiencia subjetiva.
Inés
Inés tiene 67 años. Tiene una hija de 37, uno de 31 años y la menor de 27. Vive con su marido, con el cual está casada hace 32 años, con su madre de 91 –de la cual es su cuidadora- y una tía de 82 años –hermana de su madre. Su hija menor se fue hace 4 meses de la casa y su única hermana, falleció hace un año a la edad de 72 años.
Ingresa al programa Centro Diurno del Adulto Mayor1 buscando distracciones para la tarde, que es cuando indica que su ánimo baja notoriamente “en las tardes me bajoneo mucho, a veces me pongo a llorar y no sé porque, me angustio mucho...”. En entrevista de ingreso comenta que se ha sentido sola y muy ansiosa, motivo por el cual se pone a comer compulsivamente papas fritas –ha subido casi 5 kilos en los últimos 8 meses y está en observaciones por posible diabetes mellitus - o a tejer interminables chalecos para su nieto que viene en camino – su hija menor tiene siete meses de embarazo-, interminables ya que efectivamente: “no los termino nunca... estoy por terminar y lo desarmo porque le encontré una falla o un detalle, no me gustan que las cosas queden mal, asi que lo desarmo y parto de nuevo ...”, para reforzar esta idea indica que se demoró cuatro meses en una prenda que, al ritmo que teje en condiciones regulares, no tardaría más de dos semanas, sin embargo no refiere parecerle extraña esta conducta.
Precisamente relata tener una vida llena de “detalles” que prefiere no comentar ya que los siente muy personales, cree que la vida no ha sido del todo buena con ella.
Indica tener muy poca o nula comunicación con sus hijos, comenta que esto no le preocupa, que ya no la necesita porque están grandes y siente que desde un tiempo hasta esta parte, realmente, no es necesario que hablen todos los días, solamente le basta saber que están
1 Este programa es una iniciativa del Servicio Nacional del Adulto Mayor, que responde a la política integral de envejecimiento positivo 2012-2025, impulsada el 2013. En ella se define la operatividad de Centros Diurnos para Adultos Mayores con el objetivo de prevenir el deterioro cognitivo y funcional de los adultos mayores, postergar la dependencia funcional, desarrollar el autoestima y fortalecer los vínculos que tiene la persona mayor con la comunidad y redes de apoyo institucional. Los talleres y temáticas viene prescritos desde el nivel central y no se pueden modificar en contenido.
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bien. Reconoce que la comunicación con su hija mayor siempre ha sido difícil, “ella siempre ha sido distante de mí, como que me tuviera mala...”.
Refiere que hace seis meses, en el consultorio le dijeron que tenía depresión y debía tratarla con la psicóloga cada dos semanas y consumir pastillas. Sobre esto indica que fue sólo una vez y la psicóloga le dijo “algo del nido vacío...”. Dejó de ir porque “se van mucho a paro y yo no ando con el tiempo de ellos...”, las pastillas las tomó un tiempo y las abandonó cuando se sintió mejor.
Nombrar en grupo
Resultado de la evaluación de ingreso, Inés es derivada, entre otros, al taller “Historias de Vida”, correspondiente al área de Psicología. En éste, se instala un dispositivo grupal de relato y re-construcción de la historia vital, a través de sesiones guiadas en torno a una temática sobre la cual se comparten experiencias significativas. En cada una de las sesiones se procura instalar una pregunta respecto a cada etapa vital, a saber desde la infancia hasta el ser adulto mayor.
Inés asiste al taller con cierta reserva, permaneciendo en silencio la mayor parte de las primeras sesiones. En estas se limita a escuchar las experiencias contadas por las demás asistentes y a hacer algunos comentarios breves.
En la cuarta sesión, como requerimiento para facilitar una dinámica de auto-exploración, Inés trae una fotografía de su infancia, tenía 7 años y sale junto a su madre, su padre está en segundo plano, mirando a ambas apoyado en una roca. La usuaria pide la palabra y comparte una experiencia por primera vez2 en el taller. Comenta que en cuanto supo que debía traer una fotografía de su infancia pensó en esta. Recuerda muy bien cuando fue tomada, era una tarde de playa con toda su familia, su mamá la toma en brazos y le dice; “nos tomaremos una foto para que nunca olvides que estaremos juntas”.
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