ANA SULLIVAN

El Milagro de Ana Sullivan cuenta la historia de una niña sordo-muda y ciega que vive en un mundo aislado y rodeada de rechazo e incomprensión, hasta que llega Ana Sullivan, una maestra que le va a mostrar el mundo que le rodea.

A lo largo de la película podemos observar dos tipos de conductas: una procedente de la familia, que podríamos denominar “negativa” ya que está rodeada de pesimismo (piensan que “sólo sabe imitar a los monos”), cierto rechazo, dejadez y permisividad, que impiden el avance de la niña (comportamiento que desgraciadamente creo que a día de hoy todavía abunda). Los padres, le consienten todos los caprichos, reforzando las conductas negativas. Para la familia, la enfermedad es una barrera insuperable y prefieren consentirle y sobreprotegerla antes que comprenderla.

Por otro lado vemos el modelo muy exigente, pero a la vez constante y paciente que desempeña Ana Sullivan, y que es la que lleva a la niña a realizar avances impresionantes y hacer que logre tener curiosidad y comunicarse con el mundo que le rodea.

La maestra enseguida se da cuenta de las posibilidades de la niña y lucha por reforzarlas, dejando a un lado los aspectos negativos de la enfermedad y potenciando los positivos. La maestra, aplicaba objetivos y castigos y poco a poco iba logrando avances significativos en la joven, a base de disciplina y refuerzos. Se puede ver cómo Ana nunca tiraba la toalla, a pesar de las enormes dificultades con las que se encontraba y siempre buscaba alternativas; todo a base de paciencia. Sin embargo, a mi parecer, en ocasiones se muestra demasiado fría, es decir, le falta un poco de ternura

Como conclusión, la película nos abre los ojos hacia el mundo de las discapacidades, haciéndonos ver que el primordial objetivo, es dejar a un lado los aspectos negativos derivados de éstas y potenciar las habilidades. Sobre todo hay que creer en las personas y derribar las barreras que nos llevan a pensar que las personas con discapacidad no tienen aptitudes. Sólo hay que ser respetuoso, constantes, pacientes, luchadores y sobre todo positivos. Saber potenciar y reforzar los aspectos positivos y dejar a un lado los negativos son actitudes de gran valor, que ayudarán a progresar, socializar y avanzar a la sociedad.

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