Agresividad Infantil. Tipos de agresividad

Agresividad infantil

Existen diversas conductas que pueden considerarse como casos de agresividad, sin embargo, a pesar de que, tomen distintas formas todas tienen algo en común, que es dañar o lesionar a otra persona. La conducta agresiva en un niño es un comportamiento que depende de varios factores o causas.  Se aceptan factores hereditarios, pero se da mayor importancia a factores ambientales.

Causas externas e internas de la agresividad infantil

• Causas externas

A continuación se detallan algunos de los factores externos, los cuales desempeñan un rol importante en el desarrollo de la personalidad del niño y, por supuesto, pueden incidir en la agresividad.

•        Disciplina familiar. La familia es el lugar en donde se aprenden las normas básicas de convivencia. Por tal razón, la disciplina que utilicen los padres, juega un papel trascendental en la expresión de la agresividad. De hecho, se conoce que una educación poco exigente o una demasiado rígida, pueden propiciar el comportamiento agresivo en el niño.

•        Modelos de conducta. Otro factor que incide en la expresión de la agresividad son los patrones de conducta que el niño recibe especialmente de sus padres. A esto se le llama  modelación y se refiere a la imitación de conductas que el pequeño repite de su entorno. Es así como el niño comprenderá erróneamente que este modelo es adecuado y repetirá esos mismos patrones negativos en otros lugares.

•        Incongruencia educativa. Ésta se manifiesta cuando los padres desaprueban la actitud agresiva pero la castigan con otra conducta hostil o amenazante, o en ocasiones,  una misma conducta agresiva en ocasiones es castigada y otras ignorada. De igual manera, el desacuerdo entre los padres a la hora de corregir o guiar, es otra forma de incongruencia que puede promover la agresividad infantil.

• Causas internas

La agresividad también puede estar provocada por factores o causas internas, esa es la razón por la cual algunos niños, aunque crezcan en entornos hostiles o en familias desestructuradas, no siempre responden con violencia.

•        Factores orgánicos. Entre éstos podemos mencionar las alteraciones hormonales o incluso deficiencias nutricionales. Así mismo, pueden estar implicados factores más complejos, como las alteraciones en algunos de los mecanismos cerebrales, que ocasionan desórdenes que manejan niveles demasiado bajos de serotonina, un neurotransmisor implicado en el manejo de las emociones, que puede causar agresividad.

•        Déficit de habilidades sociales. Son las que nos permiten insertarnos en la vida social de forma tolerante y flexible. Sin embargo, algunos niños no son capaces de desarrollar estas habilidades, por lo que pueden llegar a  responder de manera agresiva.

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