Agresividad Infantil

Agresividad infantil”

Las conductas agresivas son aquellas que perjudican el desarrollo armónico de la personalidad y que evitan un buen desarrollo en la funcionalidad del sujeto que la presenta ya que impide la adecuada realización de las labores sociales y educativas.

Se han llevado a cabo diversas investigaciones sobre agresividad en infantes y adolescentes con el objetivo de disminuir conductas tales como agresividad verbal, agresión por celos y/u otro tipos de violencia no justificada que han ido incrementando hasta ser un problema serio de salud pública que enfrenta América Latina y otros países del mundo (Pérez y cols., 2004).

Dichas investigaciones han coincidido que un factor de riesgo para que se presente ésta, es el maltrato físico y psicológico ejercido por los padres. Estos tienen un papel de suma importancia en la educación, ya que son las primeras personas de las cuales los individuos aprenden conductas, sin hacer distinción de si estas acciones son buenas o malas.

En el 2002 (Cruz y Noroño) a través de un programa de intervención educativa en el cual se sensibilizó a los padres sobre las conductas agresivas familiares y su influencia en el comportamiento agresivo de los niños la cual duró 8 sesiones. Se observa que, la toma de conciencia, el lograr enriquecer las opiniones, las informaciones, valoraciones y concepciones de los padres sobre su papel como modelo educativo tiene una influencia positiva

para la disminución de las conductas agresivas.

Otro aspecto que influye en la presencia de la conducta agresiva de un menor son los contenidos de programas que se transmiten en televisión. Por ejemplo, en un estudio realizado en 2004 por Chávez y Virrueta en el cual hicieron una investigación con dos grupos uno experimental y el otro de control, observaron que en los grupos participantes los programas televisivos tienen un efecto conductual sobre los sujetos que los observan y que los dibujos animados con contenido agresivo son aquellos que principalmente influyen en la ejecución de conductas agresivas.

Las técnicas que se emplean para la modificación de este tipo de conductas son muy diversas, como bien se ha mencionado anteriormente que en estudios como el de Chávez, el de Cruz, entre otros se utilizan algunas técnicas como las siguientes; contratos conductuales, tiempo fuera y economía de fichas. El éxito de las técnicas de modificación de conducta se incrementa cuando la conducta a modificar se analiza y se define operacionalmente. (Aguilar y Navarro, 2008).

Según Ospina (2004), y el documento titulado economía de fichas, es un procedimiento dirigido a establecer un control estricto sobre un determinado ambiente, manejo de variables que influyan sobre la conducta, para si controlarla ya sea a un persona o a un grupo. Es una técnica de condicionamiento operante que quiere decir probabilidad de ocurrencia de una conducta dependiendo de su consecuencia, utilizada en la modificación de la conducta. En otras palabras, es la posibilidad

de establecer una conducta utilizando un estimulo (reforzamiento), consiste en restablecer u reorganizar las contingencias ambientales, ósea la relación entre la conducta y la consecuencia, mediantes el control de estímulos reforzadores disponibles, y utilizando un reforzador generalizado, artificialmente establecido, cuyo otorgamiento se controla de forma completa. El reforzador debe tener una dimensión física como por ejemplo: fichas, puntos, bonos y otros.

Es una técnica específica para desarrollar conductas incipientes y también para disminuir conductas problemáticas.

Al respecto, Stover (2004) refiere haber utilizado con resultados favorables la economía de fichas en combinación con el procedimiento de costo de respuestas para reducir la verbalización inapropiadas de estudiantes de séptimo y octavo grado, Anderson y Katsiyannis(2004) reportan su utilidad en el establecimiento de conductas de disciplina en estudiantes de quinto grado con problemas de comportamiento; Ospina (2004) refiere el empleo de esta técnica en el manejo de trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH), dando dicho estudio resultados positivos en los resultados expuestos por Ospina.

Además existe evidencia de que a su uso es una opción que permite que los sujetos sean capaces de desarrollar habilidades de automanejo (Cavalier, 2001) además hay reportes donde indican que también es útil en escenarios como aulas y en el propio hogar (Gannon, 2004)

En el 2008 (Aguilar y Navarro) utilizaron la técnica de economía de fichas descrita anteriormente, para modificar

en 3 sujetos conductas disruptivas en el colegio las cuales implicaban negarse a trabajar, tumbarse delante del escritorio, rechazo verbal, entre otras, las cuales dificultaban el aprendizaje.

Tras aplicar la intervención la cual duró 112 sesiones a través de una línea base múltiple por sujetos, se observa que los intervenidos modifican su conducta de manera exitosa disminuyéndola, sin volver a presentar las conductas anteriores después de haber realizado la intervención.

Tras la revisión de este artículo se observa que al ser expuestos los sujetos a condiciones específicas mientras se hacía la investigación, provocaban

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