Agresividad
Enviado por lorepau • 12 de Septiembre de 2012 • 1.601 Palabras (7 Páginas) • 672 Visitas
Agresividad Infantil: por qué se produce y cómo actuar
Para padres y profesionales implicados en el proceso de aprendizaje de los niños, es frecuente verse enfrentados a chicos agresivos, manipuladores o rebeldes y no saber exactamente como actuar con ellos, o qué hacer para que cambien su conducta.
En los niños la agresividad se presenta generalmente en forma directa, ya sea a través de un acto violento físico (patadas, empujones) como también en forma verbal (insultos, malas palabras). Pero también podemos encontrar un tipo de agresividad desplazada o indirecta, en la que el niño agrede contra los objetos de la persona que ha sido origen del conflicto. O también un tipo de agresividad contenida, en la que el niño gesticula, grita o produce expresiones faciales de frustración.
Independietemente del tipo de conducta agresiva que se manifieste, hay que tener en cuenta que los arrebatos de agresividad (de intensidad no exacerbada) son un rasgo normal de la infancia. Lo que sucede es que algunos niños persisten en esa conducta aún cuando van avanzando en su desarrollo evolutivo y son incapaces de dominar el mal genio.
En general son niños frustrados ya que viven el rechazo de sus compañeros de clase y probablemente si no se hace un diagnóstico a tiempo, derivará en fracaso escolar y conducta antisocial en la adolescencia.
Agresividad en niños
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La agresividad infantil constituye una de las principales quejas de padres y educadores respecto de los niños, dándose con frecuencia. A menudo nos enfrentamos a niños agresivos, manipuladores o rebeldes pero no sabemos muy bien cómo debemos actuar con ellos o cómo podemos incidir en su conducta para llegar a cambiarla.
Pero sin duda, uno de los principales problemas presentados por la agresividad infantil es el de su elevada correlación con trastornos equivalentes a adultos, especialmente relacionados con la conducta antisocial.
Un comportamiento excesivamente agresivo en la infancia predice no solo la manifestación de agresividad durante la adolescencia y la edad adulta, sino la existencia de una mayor probabilidad de fracaso académico y de la existencia de otras patologías psicológicas durante la edad adulta, debido fundamentalmente a las dificultades que estos niños encuentran en socializarse y adaptarse a su propio ambiente.
La palabra agresividad viene del latín "agredí" que significa "atacar". La agresividad es cualquier forma de conducta que pretende causar daño físico o psicológico a alguien u objeto, ya sea este animado o inanimado. Las conductas agresivas son conductas intencionadas, que pueden causar daño ya sea físico o psíquico. Conductas como pegar a otros, burlarse de ellos, ofenderlos tener rabietas o utilizar palabras inadecuadas para llamar a los demás.
Los factores que pueden estar influyendo en una conducta agresiva serían:
Factor sociocultural del individuo; ya que es el responsable de los modelos a que haya sido expuesto, así como de los procesos de reforzamientos que haya sido sometido. Si en él abundan modelos agresivos, la adquisición de estos modelos desadaptados será muy fácil. La familia es, durante la infancia, uno de los elementos más importantes del ámbito sociocultural del niño. Las interacciones entre padres e hijos van moldeando la conducta agresiva mediante las consecuencias reforzantes inherentes a su conducta.
El niño probablemente, generalice lo que aprende acerca de la utilidad y beneficios de la agresión a otras situaciones. En estas circunstancias, él pone a prueba las consecuencias de su conducta agresiva. Las familias que permiten el control de las conductas mediante el dolor, tienen una alta probabilidad de producir niños que muestren altas tasas de respuestas nocivas. La conducta agresiva del niño acaba con gran parte de la estimulación aversiva que recibe.
Dentro de la familia, además de los modelos y refuerzos, son responsables de la conducta agresiva el tipo de disciplina a que se le someta.
El padre poco exigente es aquel que hace siempre lo que el niño quiere, accede a sus demandas, le permite una gran cantidad de libertad, y en casos extremos le descuidad y le abandona.
El padre que tiene actitudes hostiles, principalmente no acepta al niño y lo desaprueba, no suele darle afecto, comprensión o explicación y tiende a utilizar con frecuencia el castigo físico, al tiempo que no da razones cuando ejerce su autoridad. Incluso puede utilizar otras modalidades de agresión como la que ocurre cuando insultamos al niño por no hacer adecuadamente las cosas, o cuando lo comparamos con el amigo o con el hermano, etc. Tras un largo periodo de tiempo, esta combinación produce nuños rebeldes, irresponsables y agresivos.
Otro factor familiar influyente es la incongruencia en el comportamiento de los padres; cuando los padres desaprueban la agresión y, cuando ésta ocurre, la castigan con su propia agresión física o amenaza al niño. Los padres que desaprueban la agresión y que la detienen, pero con medios diferentes al castigo físico, tienen menos probabilidad de fomentar acciones agresivas posteriores.
Es decir una atmósfera tolerante en la que el niño sabe que
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