Analisis Mother

En palabras de la propia M. Klein, el psicoanálisis de niños inicia en 1909 con el trabajo de Freud “Análisis de la fobia de un niño de cinco años”, constituyendo, este historial clínico, una de las pocas constataciones clínicas a las que Freud sometió sus formulaciones respecto de la sexualidad infantil. La obra de Klein se desarrolla, entonces, en aquellos puntos en los que el fundador del psicoanálisis produjo menos “insights”, es por eso que sus contribuciones deben ser consideradas como verdaderas piedras del edificio del psicoanálisis, hecho que se pone de manifiesto aún más, si se estudia la obra kleiniana en un orden cronológico. Así entonces, encontramos a una teoría psicoanalítica que siguió un curso inverso al del desarrollo del individuo, desarrollo del que podemos tomar noticia a partir de “Mother” que, si bien no ofrece todas las “ventajas” del caso clínico ya elaborado, y los conceptos psicoanalíticos no encajan tan “dócilmente”, dejando lagunas del análisis en varios lugares; nos permite visualizar como panóptico, todo aquello que deberíamos inferir como infancia de un adulto severamente perturbado, o lo que podríamos “predecir” de la adultez de un individuo a partir de la observación de sus primeros años, como si se tratara de una caso clínico.

“…Calla niño, niño no llores, mamá va hacer que todas tus pesadillas se conviertan en realidad”. Bion clasifica a los pensamientos en preconcepciones (expectación del pecho), concepciones (aproximación a la realización) y conceptos (concepciones fijadas). La conjunción de una preconcepción y una realización negativa (frustración), se experimenta como “no-pecho” o “pecho ausente”. Si hay tolerancia a la frustración el no-pecho deviene pensamiento y se desarrolla un aparato para pensar pensamientos, si no existe tal tolerancia, el no-pecho se transforma en un objeto malo (cosa-en-si) adecuado sólo para ser evacuado, con lo que se perturba el desarrollo del aparato para pensar y se produce un desarrollo hipertrófico de la identificación proyectiva. La capacidad de “reverie” de una madre tiene que ver con poder recolectar estas identificaciones proyectivas del bebé (elementos beta) y transformarlas en elementos alfa.

Como prototipo de estas relaciones se toman las díadas: bebé-madre y paciente-analista, pero esta capacidad de reverie la vemos profundamente afectada en la relación de Pink con su madre. Si Pink hubiera tenido una madre capaz de soportar estas identificaciones proyectivas, a la manera de una madre pecho-inodoro, esta posición hubiera tenido un desarrollo más “normal”, y aquellos mecanismos esquizoides propios de esta fase, no hubieran tenido el desarrollo hipertrófico que se evidencia en la patología de Pink.

En el Complejo de Edipo, la primera privación que hace el padre está dirigida hacia la madre, rompiendo el vínculo entre madre e hijo, sacando al niño del lugar del falo de la madre. El padre establece una doble prohibición; incesto y parricidio. En tanto interdicta el cuerpo incestuoso de la madre, inscribiendo la castración y anudando así el deseo a la ley. Esta es la función paterna que permite la entrada del hijo en la cadena de alianzas y sustituciones, sistema que según Susana Medina es la base del intercambio humano, y por ende, la base del pensamiento simbólico y el comienzo de la cultura. Sin embargo, en el contexto de “Mother”, notamos que no hay nadie que cumpla la función paterna, dando como resultado la ruptura de lo simbólico y la presencia exagerada de la “imagen materna” en el superyó del sujeto, dejando al niño a la merced de una madre sobreprotectora, a la que en la adultez ama (y odia) y a la que recurre constantemente en busca de su consejo y protección. La significancia que se le da en la canción a la cadena de significantes relacionados con la madre se vincula a la idea de una madre sobreprotectora, madre devoradora, “madre cocodrilo”.

Estructuralmente el discurso se divide básicamente en dos partes que se intercalan formando así un diálogo entre Pink y su madre. En el primer momento Pink expresa sus miedos y le hace preguntas a su madre, que luego ella responde. Las primeras preguntas tienen un tono casi infantil y se refieren a temáticas diversas como su miedo a que arrojen una bomba (está en un contexto de plena Guerra Fría), sobre sus miedos a que “a ellos” no les guste sus canciones y sobre si realmente va a morir. También encontramos una clara referencia a los ideales que la madre tiene de él, junto con un pregunta de aprobación hacia uno de los pilares del orden simbólico y de la ley que es gobierno: Madre, ¿Debería postularme para presidente? Madre, ¿Debería confiar en el gobierno?

Hay un miedo a la autoridad que representa la madre durante la niñez, que además de ser una madre amorosa y sobreprotectora es capaz de castigo. El sistema de alianzas e intercambios es el que vehiculiza el orden simbólico, éste es el que liga, concibe y une al sujeto con las instituciones. Al haber una ruptura en lo simbólico, el sujeto se ve impedido de circular, de desprenderse y de rehacer su sistema de sustituciones y permutaciones. Queda aislado, encerrado tras el muro que él y sobre todo su madre construyen, sin posibilidad de salir.

En la canción, la respuesta de la madre indica su sobreprotección desde un principio, refiriéndose a su hijo siempre como “niño”, demostrando su atemporalidad para ella. La madre está forzando todos sus miedos y creencias en su hijo mientras piensa que está ayudando a protegerlo del mundo. Intenta ahuyentar sus propios miedos pasándoselos a su hijo y mostrándose como todo lo que él necesita.

Mamá va a hacer que todas tus pesadillas se vuelvan en realidad. Mamá te va a inculcar todos sus miedos. Aquí se refleja otra de las fallas de la función del padre, que debería intervenir en esta relación absoluta entre ambos, para liberar al niño, permitiéndole así formar su propio significado del mundo, en vez de quedar encerrado en la significancia de su madre, que quiere mantener a su hijo siempre “bajo su ala” sin dejarlo volar, sin permitir que la deje. Mamá va a tenerte aquí bajo su ala. Ella no te dejará volar, pero puede que te deje cantar. Mamá mantendrá a su niño calientito y protegido. En la segunda parte el protagonista vuelve a cuestionar a su madre, pero esta vez sobre su relación amorosa. En esta parte notamos que habla con miedo, asustado de las consecuencias que pueda traer estar en una relación: Madre, ¿Tú crees que ella será buena?-- ¿Para mí? Madre, ¿Tú crees que ella será mala?-- ¿Para mí? Madre, ¿Me romperá ella el corazón? El sujeto se ubica en la posición de “reo” declarando sus dudas a la madre. Esto hace salir a flote la culpabilidad del enamorado, porque su

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