Análisis neuropsicología del pensamiento y de la memoria

NEUROPSICOLOGÍA DEL PENSAMIENTO Y LA MEMORIA

        El presente análisis tiene como objetivo analizar los principios y procesos elementales de la neuropsicología del pensamiento y la memoria; evaluando los factores básicos en la composición de la estructura psicológica de ambas y del mismo modo, entender a profundidad las características del pensamiento y la memoria.

        En primer lugar, me gustaría empezar con el percepto mencionado por Rubinstein, (1974): “El pensamiento, como proceso psicológico superior y específicamente humano, siempre ha ocupado un capítulo importante dentro de la ciencia psicológica, lo que ha motivado una rica diversidad teórica y metodológica en su abordaje y tratamiento”; en base a este percepto, entiendo que históricamente, el estudio del pensamiento ha sido de gran relevancia, tanto en el abordaje científico como en el psicológico, y sin duda, es lo que ha ayudado a obtener mejores tratamientos enfocados en las alteraciones del pensamiento.

        A partir de ello, tenemos que los progresos histórico-sociales y culturales no solamente proporcionan al psiquismo de la persona un nuevo contenido, sino que llevan al origen de nuevas formas de actividad consciente, de nuevas estructuras de los procesos cognitivos y de su organización neurofuncional, y elevan a la conciencia y personalidad del individuo a niveles superiores; teniendo entonces, que el factor histórico-social es un factor dominante en la reorganización neuropsicológica de los sujetos. Así como lo plantea Luria plante: “las funciones psíquicas superiores son el resultado del complejo desarrollo histórico social. Estas funciones se han ido formando bajo la influencia de la actividad objetal de los hombres, en el proceso de relación entre ellos y, prácticamente, consisten en sistemas funcionales múltiples, que se apoyan en el complejo de zonas del córtex cerebral, y trabajan conjuntamente”. 

        De esta manera, si hablamos de pensamiento, es importante tener un concepto claro sobre la significación del mismo, siendo entonces que el pensamiento es “la capacidad cognitiva para la resolución de problemas inéditos o nuevos, utilizando para ello, la experiencia previa del sujeto”.

        Ahora bien, en el caso de la memoria, tenemos que como dice Liberman, 2004: “la memoria es la capacidad mental que posibilita a la persona recibir, almacenar, organizar, modificar y recuperar información, conservar, evocar las experiencias”. Es por ello que, si analizamos a profundidad, podemos entender que el día a día del ser humano, queda resumido en la memoria mediante experiencias.

        Entonces, la memoria al igual que el pensamiento, también es un proceso cognitivo, donde las neuronas hacen sinapsis para dar como resultado el almacenamiento de información para que posteriormente, se puedan traer eventos del pasado; así como lo menciona Miguel Álvarez: “los mecanismos relacionados con la búsqueda de información almacenada gracias a la educación formal e informal y la experiencia acumulada a lo largo de la vida constituyen la memoria”.

        Con todo lo anterior, quisiera cerrar esté análisis con la siguiente enunciación: “Hay que haber empezado a perder la memoria, aunque sea sólo a retazos, para darse cuenta de que esta memoria es lo que constituye toda nuestra vida. Una vida sin memoria no sería vida... Nuestra memoria es nuestra coherencia, nuestra razón, nuestra acción, nuestro sentimiento. Sin ella, no somos nada...”, (Luis Buñuel). Es entonces que, tenemos que dar la importancia debida al estudio y conocimiento de la memoria y al gran aporte que hace la neuropsicología en este aspecto; también, no debemos olvidar, que la memoria y el aprendizaje, están íntimamente relacionados, haciéndola aún, más importante.

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