Aplicación Del Juicio

Más de tres años de prisión para el paparazzi que extorsionó a Adriano

Fabrizio Corona, considerado en Italia como el rey de los paparazzi, fue condenado este jueves a tres años y ocho meses de cárcel en Milán por extorsión y tentativa de extorsión contra dos futbolistas, Francesco Coco y el brasileño Adriano, y contra el piloto Marco Melandri.

Corona amenazó a varias estrellas del deporte profesional en Italia con hacer llegar a la prensa fotos comprometedoras si no le hacían llegar sumas importantes de dinero.

Los futbolistas reconocieron haber pagado a Corona para impedirle publicar las fotos en los [sic] que se les veía en discotecas en compañía de mujeres.

La fiscalía solicitó siete años y dos meses de cárcel contra el rey de los paparazzi, pero éste evitó toda pena por los casos que concernían el heredero de FIAT, Lapo Elkann, el futbolista Alberto Gilardino y el hombre de negocios Gianluca Vacchi.

En el caso Elkann, se acusaba a Corona de obtener 200.000 euros gracias a la extorsión a los dirigentes de la marca de automóviles, pues el periodista amenazó con publicar una entrevista con un transexual con el que un miembro de la familia Agnelli pasó una noche en 2005 antes de sufrir una sobredosis.

Asimismo, el tribunal que pronunció el castigo contra el periodista prohibió a Corona, de 35 años y con un físico de play boy, ejercer funciones públicas durante los próximos cinco años.

1. Analice la situación y escriba en dos cuartillas cuál considera que fue el papel del juicio en el caso expuesto y cuál sería el suyo.

Primero que nada si los futbolistas no hubieran aceptado el soborno, muy probablemente el rey de los paparazzi hubiera publicado las fotos comprometedoras, sin embargo considero que se hubieran comportado varonilmente ya que si tuvieron el valor de estar en esos lugares impíos también es de esperarse que tengan el valor de aceptar las consecuencias de sus actos. Por otra parte hubieran podido reconocer sincera y públicamente que estaban muy arrepentidos por sus actos y que no lo volverían hacer, sus seguidores se hubieran sentido muy conmovidos de su honestidad y humildad, reconociendo que en la vida del ser humano siempre hay fallas pero lo importante es aceptar que se hizo mal y no volverlo hacer. Con lo anterior no sugiero en lo absoluto que se hagan cosas vergonzosas y desagradables ante Dios para luego simplemente pedir perdón, sino todo lo contrario, reconocer que en nuestra naturaleza caída los designios de nuestro corazón son constantemente el mal y que solamente con la ayuda de Dios y Su transformación en nuestra vida podemos superar nuestras propias pasiones y deseos.

Si ese hubiera mi caso, aceptaría con valor las consecuencias de mis decisiones, me arrepentiría, primero que nada, ante Dios y después a las personas

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