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Aportes De Melanie Klein


Enviado por   •  23 de Junio de 2014  •  10.752 Palabras (44 Páginas)  •  590 Visitas

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APORTES DE MELANIE KLEIN

Melanie Klein, dentro del movimiento psicoanalítico, constituye la figura más representativa de la llamada "escuela inglesa". Sus aportes a la teoría freudiana resultaron de fundamental importancia en la comprensión de ciertos fenómenos psicopatológicos, y a la vez permitieron una más efectiva aplicación de la técnica al tratamiento de las psicosis. La metodología empleada por esta investigadora se basó principalmente en el análisis del juego en la situación terapeútica, y en la reconstrucción psicoanalítica de las primeras relaciones objetales a través del análisis de la transferencia, esto es, la relación especial que el paciente establece con el analista reflejando su modo primitivo de vincularse con los objetos. Este modo no puede recordarse por su carácter preverbal, pero sí puede ser actuado en el marco de la misma relación transferencial, y en esa circunstancia, ser interpretado.

La peculiaridad de los aportes de Klein resulta de que antedata la constitución de las instancias que hemos descripto anteriormente (Yo y Super-Yo). A diferencia de lo postulado por Freud, su trabajo con niños la impulsó a afirmar que existen rudimentos del Yo y del Super-Yo desde el comienzo mismo de la vida. Esto la condujo a una visión del desarrollo precoz que difiere bastante del pensamiento analítico clásico.

En esta óptica se destacan sus postulados sobre una posición esquizoparanoide -entre uno y tres o cuatro meses-, y una posición depresiva -de cinco a seis meses en adelante-. Ambos fenómenos representan, para ella, la base de la estructuración más primitiva del psiquismo.

Pero ¿qué implica el concepto de "posición" en esta teoría?. A fin de responder a este interrogante comenzaremos revisando las ideas de Klein sobre la precoz aparición del Yo. Según ella, para cada impulso instintivo (pulsional) existe -ya desde el nacimiento- una fantasía inconsciente de un objeto tal que corresponda a su satisfacción. No es necesario que el bebé tenga una experiencia previa de objetos pues, por definición, las pulsiones mismas son buscadoras de objetos. No existe, por lo tanto, una fase de narcisismo anobjetal. Pero sí se afirma que los primeros objetos ofrecidos a las pulsiones para su descarga no son reales, sino fantásticos. Hasta aquí tales fantasías, que permiten la descarga de la tensión, nos recuerdan la actividad alucinatoria postulada por Freud. Pero para Klein, estas fantasías innatas, también llamadas "objetos internos", no son una actividad del Ello: son producidas por el Yo, y resultan una expresión mental de las necesidades biológicas, por mediación del Yo.

Afirmar que la capacidad de crear fantasías es una función del Yo desde el mismo momento del nacimiento, implica postular un mayor grado de organización yoica que el que Freud concebía. Supone pensar que el Yo, aunque poco organizado al principio, es capaz desde entonces de "sentir ansiedad, utilizar mecanismos de defensa, y establecer relaciones objetales primitivas, en la fantasía y en la realidad" (Segal, 1964).

Vamos a partir de esta última definición para desarrollar con más detalle algunos conceptos del pensamiento kleiniano, a fin de acceder a cómo entiende esta autora el funcionamiento psíquico durante la posición esquizo-paranoide. Klein sostiene que el Yo existe desde el comienzo de la vida, y es capaz de sentir ansiedad. ¿De dónde proviene ésta? ¿Cuál es la pulsión que amenaza a este Yo rudimentario y lo obliga a defenderse? La autora afirma que lo que no puede ser soportado es la manifestación en la vida psíquica de la pulsión de muerte (que es la fuerza innata que tiende al regreso a la no-vida. Su percepción amenazaría las tendencias a la integración del Yo. Por lo tanto, debe ser "derivada" hacia afuera del aparato psíquico, parcialmente como tal, y parcialmente convertida en agresión. E1 Yo tiene entonces que defenderse de la pulsión de muerte, y con este fin utiliza diversos mecanismos de defensa, que según nuestra autora son más primitivos que los descriptos en el apartado precedente. A ellos recurre el Yo para defenderse en los momentos de mayor ansiedad, aquellos en los que se ve sometido a experiencias de privación o frustración de los objetos satisfactorios (lo cual lo deja a merced de la actuación de la pulsión de muerte, sin el aporte de estímulos adecuados del exterior -la madre- para movilizar las tendencias a la integración).

¿Cuáles son, por lo tanto, los mecanismos de defensa que el Yo utiliza en un comienzo? Los principales mecanismos defensivos postulados por Klein son la introyección, la proyección y la escisión. La introyección es el proceso por el cual un objeto que es vivido como satisfactorio se incorpora fantásticamente al aparato psíquico, según un modelo parecido al de la incorporación de alimentos. De esta forma el Yo cree que el "objeto bueno" es parte de sí y no sufre tanto la privación. Este mecanismo primitivo se diferencia de la identificación en que ésta es la transformación de la personalidad según el modelo de un objeto, en cambio la introyección supone un objeto que se fantasea incorporado como tal en el interior del aparato psíquico. Veremos más adelante que para Klein los rudimentos del Super-Yo resultan de tales introyecciones. Por su parte la proyección consiste, para Melanie Klein, en arrojar fantásticamente fuera de la personalidad los objetos o los sentimientos penosos relacionados con experiencias de frustración intensa que se vivencian como displacenteras. Por fin la escisión consiste en separar los objetos del mundo de tal manera que algunos poseen todo lo bueno (el objeto ideal), y otros en cambio todo lo malo (el objeto persecutorio). En el proceso de escindir el mundo, el Yo también se escinde, conformando un Yo-bueno, en relación con el objeto ideal, y un Yo-malo, que es negado y proyectado en el objeto persecutorio. La utilización de estos mecanismos de defensa para manejar la ansiedad colorea las relaciones objetales que el bebé es capaz de establecer en estos primeros momentos. Klein define el funcionamiento psíquico que se establece durante esta fase como posición esquizoparanoide, la cual abarcaría los primeros seis meses de vida, aunque nunca desaparecería del todo. En estos meses las relaciones objetales están marcadas por los procesos de escisión y la ansiedad predominante es la paranoide, que resulta del temor a los objetos persecutorios.

De acuerdo a lo dicho hasta aquí ¿como puede describirse dinámicamente la vida interior del bebé en la posición esquizo-paranoide? Klein piensa que desde un principio el bebé se relaciona con objetos, en la fantasía y en la realidad. Niega por lo tanto que exista un período sin objeto, es decir, una fase de

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