Aspectos Psicológicos Del Adicto
Enviado por Constanzo • 5 de Febrero de 2013 • 1.424 Palabras (6 Páginas) • 423 Visitas
Aspectos Psicoloógicos de la personalidad adictiva
Lo importante de estos aspectos es que se deben de estudiar bajo una parcialidad, estos aspectos parciales dicen algo de la totalidad del fenómeno humano y su validez. Lo que nos hace pensar que el humano sólo puede afrontarse como una totalidad en unidades. A continuación se presenta una serie de aspectos definitorios de la psicología de la personalidad adictiva.
Consciente e Inconsciente
Al menos desde los pueblos egipcios y hebreos tenemos noticia del interés por la interpretación de los sueños y, por lo tanto, del mundo del inconsciente. Luego pasó este interés al neoplatonismo y a San Agustín para quien, desde el nuevo cristianismo, el problema de la memoria ocupó su indagación de manera prioritaria hasta el punto de poder definir al hambre como ser dotado de memoria; este concepto persistió durante la Edad Media, y la Ilustración.
Después el interés de la memoria se desplazó de nuevo, como en la antigüedad hacia el problema de los sueños, sobre todo a partir de 1900 con Freud. Y así, hasta llegar a los actuales estudios de la psicología cognitiva sobre la memoria.
El camino largo del acceso al consciente y al inconsciente a sido perdurable, Indudablemente, la teoría contemporánea del inconsciente que más influjo ha tenido hasta hoy es la freudiana. Freud se basó en la idea de que la vida psíquica de la persona no se vincula solo y principalmente con el mundo consciente (el YO), sino que lo inconsciente (el Ello) relacionado con el placer y lo instintivo es lo principal.
La pregunta es, si el sueño es la expresión de un deseo disfrazado, cómo podemos desear sin tener al menos consciencia de lo que se desea. El sueño es una reconstrucción mágica de la realidad. En el sueño, el indicador crea una realidad propia que es análoga a su estar en el mundo, cuando está despierto. Pero se trata de un mundo imaginario en el cual la conciencia no puede percibir; no se sale de la actitud imaginante mientras se sueña. De modo que todo sueño, como imagen que es, es un producto de la conciencia.
Soñar, excluyendo las pesadillas, y el estar despierto son dos modos diferentes de conducir a la perfección la misma existencia humana histórica, pertenecen juntos a esa misma existencia. Cuando soñamos, nos reconocemos a nosotros mismos como la misma persona que somos cuando estamos despiertos.
Perls aclara que en lugar de analizar y contar el sueño, de lo que se tratan sus terapias es de traerlo de vuelta a la existencia, y la manera de traerlo es revivir el sueño como si estuviese ocurriendo ahora en el momento presente, de modo que la persona hace consciente lo inconsciente.
El inconsciente explicaría mejor que el consciente la vida instintiva que toda persona tiene, pero esta vida no es toda la vida, y mucho menos si hablamos de vida instintiva autónoma como única realidad.
Si la vida de las persona es siempre singular y única, podemos afirmar que la acción humana o el sentido a realizar en la vida tampoco puede ser algo general, válido para todos los hombres, sino que varía de persona a persona. Frankl define la conciencia como la facultad de descubrir y localizar ese único sentido que se esconde detrás década situación existencia personal.
Convenimos en la existencia del inconsciente como instancia explicativa de todo aquello que no podemos explicar mejor mediante la consciencia. Pero el peligro del postulado absoluto del inconsciente conduce a la exclusión de la libertad y la responsabilidad personal, con todo lo que esto implica de reduccionismo.
Placer adictivo y placer personal
El placer por el placer se presenta psicológicamente como un modo de satisfacción automática, mas vinculado a procesos instintivos y a la satisfacción y cumplimiento de deseos incontrolados. Estos deseos pueden tener como objeto fijaciones infantiles que tratan de repetirse de forma oculta, sin ser elaboradas. Asi, la búsqueda adictiva de la persona dependiente, en lo que tiene de búsqueda de placer compulsivo, puede remitirnos al placer oral del niño. La persona adulta puede también alimentaren sí misma el anhelo de querer poseerlo todo y de poder alcanzar un estado de quietud permanente, sin tener que afrontar las frustraciones inherentes a la existencia. En este caso, el placer es ante todo un sistema que la impulsa
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