Aspectos básicos en la definición del TDAH
Enviado por titititi • 3 de Diciembre de 2013 • Ensayo • 1.489 Palabras (6 Páginas) • 199 Visitas
Aspectos básicos en la definición del TDAH
Desde la primera descripción de algo bastante parecido a lo que actualmente conocemos como trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) allá por el año 1902, por parte del médico George Still, hasta la actualidad, múltiples han sido las definiciones, conceptualizaciones y propuestas vertidas por la medicina, la psicología y otras ramas para intentar explicar un trastorno típicamente infantil (aunque ya extendido a todas las edades) que de tan obvio que se hace en algunos casos (cualquier padre o maestro ante un TDAH subtipo combinado moderado se da cuenta de que algo no va bien) no resulta comprensible por qué todavía los científicos siguen debatiendo tan enconadamente sobre él. Vamos a saltarnos casi 100 años de historia para retomar el año 1990 donde se expuso la definición sobre el TDAH con la que probablemente más de acuerdo podamos estar:
El trastorno por déficit atencional con hiperactividad es un trastorno del desarrollo caracterizado por niveles de inatención, sobreactividad e impulsividad inapropiados desde el punto de vista evolutivo. Estos síntomas a menudo se inician en la primera infancia, son de naturaleza relativamente crónica y no pueden atribuirse a alteraciones neurológicas, sensoriales, del lenguaje o motoras graves, a retraso mental o a trastornos emocionales severos. Estas dificultades se asocian normalmente a déficits en las conductas gobernadas por reglas y a un determinado patrón de rendimiento (Barkley, 1990 como se citó en Severa, 2008).
A dicha definición conviene añadir algunos elementos más recientes: los niveles de inatención, sobreactividad e impulsividad deben ser inapropiados para la edad o el nivel de desarrollo que esperaríamos del niño (Perote, 2012). De otro modo poco sentido tendría el diagnóstico puesto que, por definición, la infancia es una época de desarrollo del ser humano con una desatención, impulsividad y sobreactividad más acusadas. Por otra parte, e incluso de mayor interés, es destacar que los niños con TDAH tienen muchos problemas para adecuar su conducta a las demandas del entorno. Es un problema de autorregulación por encima de todo. Y, aunque este modelo teórico es complejo en su desarrollo, en la práctica ha proporcionado dos elementos claves en la evaluación y diagnóstico del TDAH: estos niños tienen dificultades para seguir conductas gobernadas por reglas (es decir, aquellas cuyas consecuencias no están implícitas en el contexto, sino que dependen de una norma –verbal habitualmente- y requieren cierta capacidad de anticipación) y presentan un patrón de respuesta a las contingencias del medio anormal: sacian de modo más rápido de lo que sería previsible a las recompensas, no modifican tan claramente su comportamiento ante la estimulación aversiva y funcionan mejor en programas de reforzamiento continuo que en programas parciales.
De acuerdo con Hidalgo y Soutullo (2004) los tres síntomas esenciales del TDAH son:
1. El déficit de atención (falta de perseverancia en la atención o atención dispersa),
2. La hiperactividad (excesivo movimiento) y
3. La impulsividad (dificultad en el control de impulsos).
El déficit de atención guarda una mayor relación con las dificultades académicas y el logro de metas, mientras que la hiperactividad e impulsividad están más relacionadas con las relaciones sociales y los resultados psiquiátricos.
Hidalgo y Soutullo (2004) Clasifican el grado de intensidad las manifestaciones clínicas de acuerdo a la edad del paciente en el momento del diagnóstico:
Niños pequeños (1-3 años)
Se pueden apreciar cambios temperamentales, impulsividad y una adaptación social limitada en la interacción del niño con el ambiente y los padres. Son niños que no obedecen, no respetan las normas, molestan y pueden tener alteraciones del sueño, del lenguaje y del desarrollo motor. A esta edad el diagnóstico es muy difícil.
Preescolares (3-6 años)
Se puede observar una inquietud motriz, menor intensidad y duración en el juego y distintos problemas asociados: déficit en el desarrollo, dificultad en la coordinación motora, conducta negativista desafiante, problemas de adaptación social y accidentes, entre otras.
Escolares (6-12 años)
A esta edad suele ser cuando se producen más consultas a profesionales de la salud. Son niños que se distraen con facilidad, presentan inquietud motora, conducta impulsiva perturbadora, y con diferentes problemas asociados: trastornos específicos de aprendizaje (lectura, escritura), repetición de cursos, rechazo por los compañeros, relaciones familiares alteradas, baja autoestima y comportamiento agresivo.
Adolescentes (13-20 años)
Hasta el 70% de los niños con TDAH evolucionarán con manifestaciones clínicas hasta la adolescencia. Con la edad va disminuyendo la hiperactividad motora y se trasforma en hiperactividad mental o sensación de impaciencia. Se mantiene
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