BASES DE PSICOANALISIS
Enviado por soherrera • 24 de Marzo de 2014 • 6.874 Palabras (28 Páginas) • 180 Visitas
Sobre los mecanismos psíquicos de los fenómenos histéricos (1893)
Charcot (Histeria Traumática): Un trauma para devenir histérico tiene que ser grave, que conecte con una representación de un peligro mortal, pero no debe cesar la actividad psíquica. Debe tener una relación con una parte del cuerpo. En el ataque se repite la escena del accidente. La parálisis histérica también puede ser efecto de sugestión verbal por medio de hipnosis. Para que una escena produzca una parálisis el enfermo debe estar en un estado mental hipnoide, similar al de la sugestión traumática.
Para estudiar la histeria no traumática es necesario poner a los enfermos en estado hipnótico, y preguntar por el origen de los síntomas. Tras los fenómenos histéricos se esconde una vivencia teñida de afecto, que determina unívocamente el síntoma. Si se equipara esta vivencia teñida de afecto con la traumática, se arriba a la conclusión que existe una total analogía entre la parálisis traumática y la histeria no traumática.
Casos: Anna O. (contractura en el brazo), Emmy von N. (chasquido de la lengua). A menudo una ocasión sola no alcanza para fijar un síntoma, pero si se presenta varias veces con un cierto afecto, luego se fija y permanece. La determinación de un síntoma por el trauma psíquico consiste en una referencia simbólica de éste. Por ejemplo, en el caso Cäcilie, que sus dolores de cabeza se produjeron cuando su abuela la “penetró” con la mirada. Existe un propósito de expresar el estado psíquico por uno corporal, y la lengua ofrece los puentes.
Toda histérica es traumática en el sentido de trauma psíquico. Y se pueden estudiar los fenómenos histéricos siguiendo el mismo esquema de la histeria traumática.
Si se consigue llevar al enfermo hasta un recuerdo bien vívido, queda gobernado por un afecto y si se lo constriñe a expresarlo en palabras, a la vez que produce un afecto violento, vuelve a aparecerle muy acusado aquel fenómeno de los dolores y el síntoma desaparece (cuando cesa la causa, cesa el efecto). Permite vivenciar la escena por segunda vez, y completar la reacción, aligerándose del afecto de la representación que estaba estrangulado. Este es el método catártico.
El recuerdo ha conservado su pleno afecto. Si un ser humano experimenta una impresión psíquica, se acrecienta en su sistema nervioso una suma de excitación, por vía sensorial, y su empequeñecimiento se produce por vías motrices. La reacción adecuada es descargar cuanto le fue cargado, es decir la acción. Si la reacción está totalmente interceptada, el recuerdo conserva su afecto, y este padecer es una mortificación tolerado en silencio. Toda vez que el afecto no se pudo abreaccionar, él puede convertirse en trauma psíquico. Ya sea que la ofensa se tramite por representaciones contrastantes evocadas en su interior o no, el afecto adherido es susceptible al desgaste y sucumba al olvido con el paso del tiempo. En el histérico, en cambio, hay unas impresiones que no se despojaron de afecto, y ocupan una posición excepcional frente al desgaste. El histérico padece de unos traumas psíquicos incompletamente tramitados o abreaccionados.
Las condiciones bajo las cuales los recuerdos devienen patógenos son: representaciones tales que el trauma fue grande, y el sistema nervioso no pudo tramitarlo; el contenido imposibilita o simplemente la persona rehúsa la reacción. Otro grupo de casos son ínfimas pero cobran alta significatividad por sobrevenir en momentos de una predisposición patológicamente acrecentada (autohipnosis), en el que no puede dar trámite asociativo a la representación. Hay una conciencia doble que inclina a la disociación y al surgimiento de estados anormales de conciencia.
Neuropsicosis de defensa (1894)
I. Enlace inteligible entre el mecanismo psicológico entre fobias, representaciones obsesivas y la histeria. Son de defensa por el intento de reprimir una representación inconciliable.
El complejo sintomático de la histeria, justifica el supuesto de una escisión de la conciencia con formación de grupos psíquicos separados.
-Janet: la escisión de conciencia es un rasgo primario de la alteración histérica, debido a la endeblez innata de la aptitud para la síntesis psíquica, un estrechamiento del campo de conciencia.
-Breuer: condición de la histeria es el advenimiento de estados hipnoides, oníricos, aptitud limitada para la asociación, la escisión de conciencia es secundaria, adquirida. Se produce en virtud de que las representaciones que afloran están segregadas del comercio asociativo con el resto del contenido de conciencia.
Esta es una de las formas de histeria en las que la escisión de conciencia no es primaria. Las otras son:
-Histerias de defensa: La escisión del contenido de conciencia es la consecuencia de un acto voluntario del enfermo;
-Histerias de retención puras: se interceptó la reacción frente al estímulo traumático, y luego serán tramitados por abreacción.
Histerias de defensa:
Sobrevino un caso de inconciliabilidad en su vida de representaciones, una vivencia que despertó un afecto tan penoso que decidió olvidarla, no pudiendo solucionar la contradicción que le oponía. Nacen del vivenciar sexual, e intentan ahuyentarlo o sofocarlo. Ese olvidó no se logró y llevó a diversas reacciones patológicas que provocaron una histeria, representación obsesiva o psicosis alucinatoria. También se necesita una predisposición patológica.
El camino de la sofocación al síntoma trascurre en la tarea del Yo defensor de tratar como no acontecida la representación inconciliable, pero como la huella mnémica y el afecto están ahí, no se los puede extirpar, una solución es convertir esta representación intensa en una débil, arrancándole el afecto. En la histeria el modo de volver inocua la representación inconciliable es trasponer a o corporal la suma de excitación (conversión). Puede ser total o parcial y sobrevendrá en aquella inervación que mantenga un nexo con la vivencia traumática. El Yo queda exento de contradicción, pero queda un símbolo mnémico, que habita la conciencia, sea como una inervación motriz irresoluble o como una sensación alucinatoria, y permanecerá hasta que sobrevenga una conversión en sentido inverso. La Huella Mnémica de la representación reprimida no ha sido sepultada sino que forma el núcleo de un grupo psíquico segundo. Una vez formado en un momento traumático ese núcleo para una escisión histérica, su engrosamiento se produce en otros momentos traumáticos auxiliares, toda vez que una impresión de la misma clase aporte un nuevo afecto a la representación debilitada, y se enlace psíquicamente.
La excitación esforzada por una vía falsa al cuerpo consigue
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