Bioenergética, un camino para alcanzar la armonía y el estado de gracia

LA ESPIRITUALIDAD DEL CUERPO

Bioenergética, un camino para alcanzar la armonía y el estado de gracia

CAPÍTULO 1. EL CONCEPTO DE ARMONÍA Y ESPIRITUALIDAD.

Nuestra espiritualidad se deriva de la sensación de unión con una fuerza o un orden superior a nosotros mismos. Perder la sensación de contacto con otras personas, con los animales, con la naturaleza, da por resultado una grave perturbación de la salud mental la cual se denomina “anomía”, que se describe como un sentimiento de aislamiento, de soledad y vacío que conduce a la depresión o a la esquizofrenia; ésta se debe a una reducción de la vitalidad del cuerpo, a un decaimiento de su espíritu vital y a una recesión de su estado energético.

La salud mental no puede separarse de la salud física. La salud mental se refleja en la vivacidad del cuerpo, observable en el brillo de los ojos, el color de la piel, el vigor del cuerpo y la gracia del proveniente del corazón que actúa bajo la influencia del espíritu divino. La opacidad en los ojos puede atribuirse en la mayoría de los casos al haberse enfrentado  al horror durante la infancia. El vigor del cuerpo y la gracia de los movimientos son manifestaciones del espíritu.

El dolor lumbar con  origen en el nervio ciático, es muy común entre los individuos occidentales; en Oriente, el objetivo primordial es conservar la salud antes que curar la enfermedad, objetivo de concepción holística de la salud, ausente en la medicina occidental. En Oriente, la salud sed concibe generalmente como un estado de equilibrio o armonía entre lo individual y lo universal; el mismo principio interviene en la meditación cuya finalidad es aquietar la mente para percibir el espíritu interior y sentir la unión con el espíritu universal. El concepto de equilibrio y armonía se aplica a dos grandes fuerzas que los chinos llaman el Yin y Yang, representando  a la tierra y al cielo que deben de estar equilibradas. La enfermedad es pues un desequilibrio entre ellas, el cual se evidencia en el dominio de la cabeza sobre el cuerpo.

Para mantener la armonía y la espiritualidad, se necesita una armonía entre el yo y el cuerpo, las filosofías y religiones orientales y occidentales contemplan la espiritualidad o sensación de unión con un orden superior, pero, mientras que el pensamiento oriental ve la espiritualidad como un fenómeno corporal, el pensamiento occidental la ve como un fenómeno corporal pues la concibe como una función de la mente, basada en la creencia, mientras que Oriente dice que es cuestión de sentimiento.

En el Oriente, se manifiesta mayor respeto por la naturaleza (el Tao, es la vía de la naturaleza); en el Occidente el objetivo ha sido ejercer poder y control sobre la naturaleza. El hombre occidental considera la salud corporal en función de la buena condición física realizando ejercicios con pesas u otros aparatos, el hombre oriental, realiza ejercicios como la gimnasia, yoga o el t’ai chi ch’uan que reflejan la cualidad espiritual del cuerpo.

A lo largo de su desarrollo, los niños pierden la gracia en tanto se les obliga a amoldarse a expectativas  externas en lugar de seguir sus impulsos internos. Mientras el chico pueda llorar abiertamente, su cuerpo se mantendrá flexible, si se da el caso que contenga el llanto, pierde su armonía porque la espiritualidad del niño se deteriora, considerándose esto un fenómeno físico.

Es cierto que los niños aprenden muchas cosas antes de los 6 años, pero su aprendizaje es espontáneo por lo que imponerles muchas normas y reglamentos  antes de esa edad, restringe y limita la vivacidad, espontaneidad y la gracia del niño.

Nuestros cuerpos reflejan nuestras experiencias, la depresión afecta no sólo los pensamientos de una persona sino también sus movimientos, su apetito su respiración y su producción de energía, esas experiencias quedan registradas en la mente, si es placentera, se incrementa la salud y la gracia del cuerpo, si es lo contrario, el cuerpo se puede curar a sí mismo, pero si la reacción queda bloqueada, el trauma deja una marca en el cuerpo en forma de tensión muscular crónica.

Los pueblos orientales respetan mucho a la naturaleza, los occidentales, en cambio, procuran someterla, sin embargo, los orientales se están occidentalizando a medida que sus economías se industrializan, empiezan con el poder hacer pero terminan con el poder controlar y con el poder, la relación del hombre con la naturaleza cambia, pues el control sustituye a la idea de la armonía y la explotación reemplaza al respeto pues no se puede tener poder y aspirar a la armonía al mismo tiempo, es contradictorio, esto deriva en trastornos emocionales, ansiedad, depresión y desde luego, pérdida de la armonía.

Se recomiendan los masajes y actividades como bailar, nadar y caminar, pero para restituir la armonía, se necesita saber cómo se ha perdido. La bioenergética es un enfoque que integra las perspectivas oriental y occidental y utiliza el poder de la mente para destrabar las tensiones del cuerpo, movilizando su energía. La energía es la fuerza del espíritu y por lo tanto la base de la espiritualidad del cuerpo, utilizada en forma consciente, se convierte en poder.

CAPÍTULO 2. EL CONCEPTO DE ENERGIA.

El hatha-yoga postula la existencia de dos energías opuestas: ha, la energía solar, y tha, la energía lunar, su objetivo es lograr el equilibrio entre estas dos fuerza. En nuestro cuerpo existen corrientes positivas y negativas que cuando alcanzan un equilibrio, gozamos de una perfecta salud. El sol y la luna como cuerpos energéticos ejercen una influencia directa sobre la tierra y la vida de ésta. En el pensamiento chino, la salud también depende de un equilibrio apropiado entre energías opuestas que son el yin y el yang, representando la energía de la tierra y el cielo. La práctica de la acupuntura, reconoce la existencia de canales dispuestos de manera que fluyan estas energías, utilizando agujas o aplicando presión en determinados puntos curando enfermedades y fomentado la salud.

Para movilizar también la energía del cuerpo hay ejercicios como el t’ai chi ch’uan con movimientos lentos y rítmicos. Se dice que hay una reserva de energía en la zona abdominal inferior. Una de las funciones poco estudiadas es la de la sexualidad humana, no como la parte reproductora, sino como la parte que envuelve sentimientos que abarcan todo el cuerpo.

Los procesos mentales pertenecen al dominio de la psicología, en tanto que los procesos físicos corresponden al de la medicina orgánica, estos niegan la unidad total del individuo, por lo que se disocia al espíritu del cuerpo y lo limita a la mente. A través de la psicología, en la forma de psicoanálisis, se abrió un camino para para comprender el espíritu como un fenómeno energético, conduciendo a la esfera de la sexualidad que la medicina tradicional había ignorado. Freud mostró que la histeria era el resultado de la transferencia a un plano físico de un conflicto psíquico en torno a la sexualidad derivado de una experiencia sexual traumática a temprana edad; asimismo reconoció que la neurastenia, la hipocondría y la ansiedad, estaban relacionadas con una perturbación de la función sexual. Reich concibe el proceso energético como una pulsación (expansión y contracción, como los latidos del corazón), pensó que en el proceso vital intervenía una energía especial a la que llamó “orgona” sosteniendo que era la energía primordial del universo.

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