Bowman Como Comprenden El Desarrollo
Enviado por yolquitze • 22 de Enero de 2014 • 4.395 Palabras (18 Páginas) • 299 Visitas
BOWMAN, Barbara T. y Frances M Stott. (1994). Como
comprender el desarrollo en un contexto cultural. El desafío
para los maestros. SEP 2002. Entorno Familiar y Social I
Programas y materiales de apoyo para el estudio Licenciatura en
Educ. Preescolar 5° semestre. México. pp. 45-59.
Convertir el desarrollo de los niños en eje de la práctica constituye una importante aportación a la
pedagogía de la niñez temprana. Ciertos principios clave del desarrollo nos han ofrecido una útil guía para
la práctica; incluyen ideas como: 1) los niños construyen activamente su propia inteligencia; 2) existen
diferencias individuales en el ritmo y los estilos del desarrollo de los niños; y 3) todos los dominios del
desarrollo (emocional, social, físico y cognitivo) son importantes y están interrelacionados al determinar la
conducta. Sin embargo, a menudo se ha creído que estos principios sólo tienen una representación
cultural. Escuelas y centros de enseñanza han pasado por alto el hecho de que existen distintas
interpretaciones culturales del desarrollo y, por tanto, diferentes practicas educativas “apropiadas”. En este
capítulo proponemos un marco conceptual para pensar acerca de la relación de la cultura y el desarrollo, y
para emplear ese marco en las aulas de niños pequeños.
Desarrollo y cultura
Existe un considerable cuerpo de teorías y de investigaciones que precisa las pautas del desarrollo de los
niños. Se considera que el infante llega al mundo con unas propensiones biológicamente determinadas
para ser activo, y con unas capacidades organizadas de autorregulación. Además, existen múltiples
maneras de desarrollar funciones para alcanzar las metas que son importantes para nuestra especie
(Bertalanffy, 1968). Por ejemplo, niños congénitamente ciegos o mudos y niños con parálisis cerebral
pasan por la infancia con distintas experiencias sensorio motores y, sin embargo, como lo ha indicado
Sameroff (1981), todos estos niños desarrollan característicamente una permanencia de objetos, una
inteligencia representacional y conciencia de si mismos desde la más tierna infancia. Además, las
funciones del desarrollo tienen una poderosa tendencia a corregirse o a volver al camino del desarrollo,
después de un déficit o una perturbación (Sameroff y Chandler, 1975).
Logros del desarrollo que, se piensa, trascienden las diferencias culturales, incluyen tareas como
establecer relaciones sociales mutuamente satisfactorias, organizar e integrar las percepciones, aprender
un idioma, desarrollar sistemas de categorías, pensar, imaginar y crear. Y, puesto que el crecimiento y el
desarrollo de los niños son razonablemente ordenados, los logros del desarrollo son aprendidos de manera
similar por todos los niños y ocurren en secuencias predecibles.
Los niños también maduran de acuerdo con un piano individual. Cada niño nace con una estructura
genética única, que determina cuándo y cómo se activan y expresan las reglas del desarrollo. Por ejemplo,
algunos niños sufren grandes dolores al nacerles los dientes, mientras que otros apenas parecen notar su
aparición. El afán de autonomía de algunos niños es discreto y episódico, mientras que otros gritan
abiertamente su necesidad de “hacer las cosas por si mismos”. Algunas niñas llegan a la edad adulta
sexual desde los nueve años; otras tardan hasta los quince. Pueden esperarse diferencias individuales en el
desarrollo, y cuanto menor es el niño, mayor es la variación normal. Esta es, en sí misma, una regla del
desarrollo.
Sin embargo, los hitos del desarrollo solo cobran su significado en el contexto de la vida social. El
significado de la conducta queda determinado por los valores y expectativas de los miembros de una
cultura, transmitidos de una generación a otra. Por consiguiente, los niños aprenden a equilibrar sus
e-Educa, Cibercultura para la Educación AC
PROPÓSITOS Y CONTENIDOS DE LA EDUCACIÓN PREESCOLAR LECTURA 6 2
necesidades y deseos con las limitaciones y las libertades del mundo social en que viven, para expresar sus
predisposiciones de desarrollo en formas que sean congruentes con las prácticas de su familia y de su
cultura.
Considerar el desarrollo en su contexto cultural es algo que complica la forma en que tratamos de
comprender o de evaluar a los niños. Así, por ejemplo, aunque todos los niños pueden llorar por hambre
(regla del desarrollo), cuando un niño en particular grita adolorido, no sabemos inmediatamente si éste es
un niño que siente más dolor o que tiene menor tolerancia a las manifestaciones del hambre (variación
individual en el desarrollo), o es un niño que ha aprendido por su interacción con quienes lo cuidan a
volverse más vigoroso al expresar sus necesidades biológicas. Además, no sabemos si sus gritos serán
atendidos con solicitud por causa de las inclinaciones personales de su cuidador o por sus opiniones con
respecto a la manera “apropiada” de criar al niño.
En cierto nivel, las diferencias culturales de conducta son simplemente distintas maneras de alcanzar fines
humanos: los niños pueden gimotear o llorar de hambre, o hacer berrinches o resistir pasivamente en la
lucha por la autonomía, o herirse unos a otros con golpes o palabras, o jugar con dados o muñecas. Todo
ello representa variaciones culturales de realizaciones normales del desarrollo. Sin embargo, en otro nivel,
lo que se aprende es de mucho más profunda significación. Cómo aprenden los niños a organizar su
ambiente, qué idioma aprenden a hablar, cómo ocupan su tiempo libre: Todo esto tiene significación para
los tipos de problemas que resolverán y las estrategias de que se valdrán para hacerlo. Los idiomas que los
niños hablan ofrecen diferentes oportunidades y limitaciones para la expresión de las ideas. La manera en
que los niños aprenden a mostrar su enojo afecta la naturaleza del orden social. Que jueguen con dados y
no con muñecas, puede llevarles a un diferente entendimiento de la geometría. Conforme los niños crecen
y se desarrollan, las ideas del mundo social en que viven penetran su edad/etapa y las características
individuales moldean su desarrollo.
Los factores culturales desempeñan un papel importante al determinar cómo y qué aprenderán los niños
(Rogoff, Gauvain y Ellis, 1984). Dichos factores se entrecruzan con el potencial
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