CAPITULO 3: LA PERSONALIDAD EN LA ENTREVISTA SOCIO-PRAXIOLÓGICA
Enviado por Caro Gonzalez • 7 de Noviembre de 2016 • Resumen • 3.953 Palabras (16 Páginas) • 277 Visitas
CAPITULO 3: LA PERSONALIDAD EN LA ENTREVISTA SOCIO-PRAXIOLÓGICA
ENTREVISTA
La entrevista es una de las herramientas fundamentales de intervención en Trabajo Social, en la que se pone en evidencia la capacidad del profesional para conseguir los fines y los objetivos propuestos, con cada individuo o grupo que se aborda. Para el trabajador social esta técnica requiere poner en manifiesto dificultades, poner límites y tratar de movilizar las capacidades de quien o quienes consultan.
El trabajador social en su accionar despliega su estilo de personalidad y condiciones cognitivas para poder llevar adelante un proceso de indagación, observación e inferencia, que le permita conocer qué hay detrás de las palabras, los gestos, y el comportamiento en general, de la persona entrevistada. Para comprender, en definitiva, aquello que pretende comunicar quien requiere de su intervención.
La entrevista es fundamentalmente una relación en la que debe existir por parte del profesional una motivación y un interés, que hará posible establecer la empatía con las personas asistidas. Es una relación profesional dinámica, que tiene por finalidad centrarse en la persona que acude a su encuentro, saber quién es, descubrir su estilo personal y en qué situación se encuentra en ese momento, antes y durante el proceso de intentar saber cuál es la demanda y luego avanzar en la respuesta estratégica.
Tipos de entrevista
1- No directiva: en principio el entrevistador no le da ninguna estructura al proceso, sino que es el entrevistado o entrevistados, quienes se la otorgan, aunque es innegable que el profesional, con sus interacciones dirige sutilmente el proceso.
2- Directiva: en la entrevista directiva se trata de obtener una información determinada y precisa, referente al problema que motiva la consulta. El entrevistador dirige el proceso de principio a fin. En este grupo entran también las entrevistas estructuradas y los cuestionarios.
3- Semi-directiva: como modelo mixto de los dos anteriores presenta una alternancia de fases directivas y no directivas. Intenta recabar la información suficiente, tanto de la anamnesis como del estilo comunicativo del entrevistado o entrevistados, para tomar decisiones a la hora de realizar una intervención o en el campo de la investigación.
La entrevista puede clasificarse también según:
1- Los objetivos: investigación, clínica, selección.
2- Fase de la relación: diagnóstica, orientación, influir sobre ciertos aspectos de la conducta.
Otras maneras de clasificación:
1- Entrevista focalizada o en profundidad: el entrevistador tiene una lista de cuestiones para investigar derivadas del problema en general que quiere estudiar. En torno a una lista de temas se focaliza la entrevista, que es llevada según el criterio del profesional, quien podrá sondear motivos, razones, ayudar a establecer determinado factor, etc. pero sin sujetarse a una estructura formalizada. Se necesita agudeza y habilidad para saber buscar algo desconocido, focalizar la entrevista en cuestiones precisas, saber escuchar y ayudar a expresarse y esclarecer, pero sin sugerir. Es la modalidad que se utiliza en la investigación científica en el área social.
2- Entrevista "clínica": obtiene esta denominación por la similitud técnica con interrogatorios médicos y/o psicológicos, basados en la observación directa "ad hoc" del escenario comportamental (gestos, síntomas, palabras, relatos, etc). Se trata de obtener del entrevistado información sobre su personalidad y su antelación exactamente lo que se busca, ni lo que pudiera surgir durante el proceso, sino que justamente se trata de identificar lo nuevo, teniendo algunas preguntas básicas planificadas de antemano.
EL ENCUADRE, EL ROL Y EL ROL COMPLEMENTARIO
En el encuentro cara a cara durante la entrevista se da una relación de asimetría ya que el trabajador social tiene un conocimiento técnico y un rol social diferenciado, asignado y legitimado social e institucionalmente.
En la entrevista mientras que el entrevistador debe controlar el encuadre de la entrevista, es el entrevistado el que la "orienta", es decir el que a través de su discurso "configura del campo", al desplegar los enunciados simbólicos verbalizados oral o corporalmente que le permitirán al entrevistador adentrarse en sus representaciones sociales.
El entrevistador es quien establece el "encuadre", que permite fijar constates dentro de tantas variables, estandarizando ciertos aspectos de la interacción: la actitud de escucha y el rol profesional, los objetivos, la duración temporal, los momentos, el lugar donde se desarrolla, la privacidad y la confidencialidad. El establecimiento del encuadre posibilita analizar el porqué del surgimiento de determinados fenómenos dentro de la misma y posibilitar así un proceso de conocimiento dentro de la actuación profesional.
Como puede observarse entonces dentro de la entrevista se dan roles diferenciados que implican comportamientos y generan expectativas para con el personaje que se desarrolla.
PROCESOS PROYECTIVOS E IDENTIFICATORIOS DURANTE EL TRANSCURSO DE LA ENTREVISTA
Durante la entrevista aparece un fenómeno desarrollado conceptualmente desde el marco teórico psicodinámico: el de "transferencia", entendiéndose a la misma como la actualización durante la entrevista, de sentimientos y actitudes no-conscientes por parte del entrevistado que corresponden a pautas que éste ha establecido e internalizado durante su desarrollo vivencial-evolutivo, sobre todo en su vida infantil de relación con la familia de origen. Se trata de actitudes afectivas que el entrevistado vivencia con respecto al entrevistador, pero cuya base disparadora se halla en esas pautas adquiridas anteriormente.
A su vez, durante la entrevista emergen en el entrevistador una serie de fenómenos que representan el efecto que lo referido por el entrevistado tiene sobre él. Se trata de lo conocido como "contra-transferencia". Esto depende de cada entrevistador, de su biografía personal y de su estilo de personalidad. La neutralidad técnica permite que el trabajador social se auto-observe y perciba lo que el entrevistado provocó ante él. Ante el surgimiento de sentimientos afines o antagónicos para con el entrevistado, el profesional debe identificarlos claramente y aplicar lo que se conoce como "juicio de condenación", es decir, controlarlos y neutralizarlos para que no interfieran en la técnica y la comunicación con el entrevistado.
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