¿CON LA TAREA DE EDUCAR PUEDO AYUDAR A BUSCAR LA PLENITUD?
Enviado por GustavoJP • 9 de Mayo de 2014 • 515 Palabras (3 Páginas) • 250 Visitas
La consigna plantea dos palabras claves, a partir de las cuales trabajar la respuesta: educar y plenitud.
Desde Víctor E. Frankl podemos entender el acto de educar como una idea-fuerza, que posibilita en el encuentro entre educador y educando, dónde se posibilita el acceso a una verdadera educación, sólo si esta persigue un rumbo claro y definido, que es el sentido de la vida.
Es en este encuentro entre el educador y el educando, dónde podemos hablar de una verdadera pedagogía del encuentro, que hace del educador una guía, un facilitador, un conductor del educando, hacia un sentido que completa y satisface al mismo, en el reencuentro resultante con el sentido de su vida.
Si el educador, además de su especialidad y conocimientos técnicos, logra poder trasmitir valores, espiritualidad, fe, puede lograr que el educando, en su apetencia de sentido, pueda encontrarlo en su vida.
Ese encuentro educativo tiene su razón de ser si logra ayudar a ambos actores, educador y educando, a descubrir el sentido existencial entendido como sentido concreto de la existencia personal.
En este proceso, el diálogo juega un papel decisivo. El diálogo debe impregnar la convivencia diaria, de tal manera que los diversos actores educativos, lo vivan como una actitud fundamental, que facilite ese encuentro pedagógico.
Ese diálogo tiene que tener como norte algunos principios fundamentales: defensa de la verdad, apertura hacia el otro, aptitud reflexiva y comprensiva, conductas democráticas que habiliten la palabra y el respeto en el disenso y, aceptar al otro desde la diversidad y la diferencia.
El término educación es empleado muchas veces en un sentido muy extenso. Pero educar en forma verdadera es siguiendo Paulo Freire "praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo".
El hombre es un ser de relaciones y necesidades, atravesado por su historia y la cultura. La educación debe entonces socializar y transmitir la cultura, pero haciendo una relectura reflexiva, acompañada de valores, que le perita al educando armar sus propias experiencias y resinificarlas en cada acto educativo.
Paulo Freire dice que la educación es un acto de amor y coraje, una práctica de la libertad. Por lo tanto, un hombre libre, que se siente libre y puede actuar con libertad es un hombre pleno, orientado hacia una realidad que no teme ni lo amedrenta. Esa educación no debe agotarse en los meros conocimientos objetivos o destrezas prácticas, sino que debe acompañarse de un ideal de vida y de un proyecto de sociedad. Un proyecto colectivo.
Todos los educadores debe educar en valores y saberes universales válidos lo cual implica educar en la tolerancia, conocer y aceptar las diferencias.
Al respecto, la UNESCO, propone cuatro grandes aprendizajes que
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