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CONTROL DE ESFINTERES


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2012  •  1.786 Palabras (8 Páginas)  •  438 Visitas

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El control de esfínteres, en un principio no es algo que dependa del deseo del niño, ni tampoco de un “adiestramiento” llevado a cabo por los adultos. El control es un logro, es una conquista que debe realizar el propio niño.

¿Cómo aprendemos a hacer pipi?

El control de esfínteres suele ser para los niños y los padres un periodo de cierta tensión, esta tensión se agudiza para los padres cuando el niño tarda en lograrlo y para el niño cuando tiene que soportar exigencias y reproches cuando no responde a las expectativas de los padres.

En la adquisición de este control intervienen varios procesos:

• Es necesario que se produzca una maduración a nivel fisiológico. Los músculos más importantes que intervienen en el proceso son los esfínteres, normalmente la capacidad en el niño para poder controlar voluntariamente estos músculos sucede entre los 24 y los 30 meses como promedio. Debemos saber que las diferencias en esto entre los niños puede ser muy grande.

• Es necesario que exista un control cortical para que se pueda aprender el necesitar orinar, es decir, para pasar de una función refleja a un control voluntario. Pero para esto...

• Debe existir un proceso de enseñanza supervisado, que ayude al niño a discriminar y distinguir las sensaciones que le indican que necesita hacer pis y entender cual es el momento y el lugar adecuado para hacerlo.

¿Cómo sabemos si se ha alcanzado el nivel madurativo necesario?

La mayoría de los niños consiguen controlar la pipi entre los dos y los tres años El control nocturno suele producirse más tarde que el diurno (a partir de los 3 años, algunos niños llegan incluso hasta los 4 o 5 años), pero esto no quiere decir que no sea normal el que haya algún niño que lo logre antes y sobre todo, que tarde más tiempo.

A los dos años, la mayoría de los niños comienzan a prestar atención durante más tiempo en actividades tranquilas, pueden sentarse a escuchar un cuento, jugar o esperar la cena. La capacidad de sentarse y de atender es muy importante para obtener éxito en el uso del orinal. Es en este momento evolutivo cuando los niños empiezan a interesarse por el esquema corporal. Se produce durante el segundo año de vida del niño un avance cualitativo, donde se produce una autonomía motora, el acceso a lo simbólico y la consolidación del lenguaje.

Hay algunas manifestaciones de los niños que nos indican que ya tiene la madurez necesaria para lograrlo:

• Cuando el niño comienza a permanecer seco en el día, durante dos o tres horas seguidas.

• Cuando notamos que el niño hace una pausa breve durante el juego para hacer pipi. Esto revela que conoce las sensaciones de su cuerpo que posteriormente le indicarán que es hora de hacer pipi.

• El niño imita muchas conductas adultas, como cepillarse los dientes o usar un tenedor. Está aprendiendo a vestirse y desvestirse y trata de hacer cosas sin ayuda.

• Debe ser capaz de permanecer sentado al menos 2 o 3 minutos mientras le hablan o leen.

• Que sea capaz de prestar atención mientras le contamos un cuento cortito.

• Que distinga las partes de su cuerpo.

• Comprender y seguir ciertas normas sencillas como “siéntate”, “tócate la nariz”...

• Empezar a comprender la ubicación espacio-tiempo, dentro-fuera.

• Tener equilibrio suficiente para poder sentarse y levantarse solo de la nica o baño entrenador.

• Que el niño sea capaz de expresar verbalmente o con gestos su deseo de hacer pipi, o que busque al adulto si se siente manchado.

• Se siente incómodo con pañales, intenta quitárselos o prefiere estar sin ellos.

Como se puede trabajar en casa

• Sensibilizar al niño hacia el tema del control: enseñarle la nica o baño entrenador, explicar para qué sirve, crear también en casa toda esa motivación inicial que explicamos antes.

• Responder con una actitud positiva, no podemos regañar al niño, ni con palabras ni con gestos. En caso de accidente debemos responder con serenidad y de manera “aséptica”.

• Tener paciencia y ser asertivos, sin que exista una carga emocional para vosotros y para el niño.

• Saber combinar la ternura con la firmeza, con la ternura se actúa con paciencia, cariño y la firmeza requiere una actuación congruente; y ambos son indispensables para arraigar un hábito en un niño.

• No compararlo nunca con otros niños, ni con los hermanos.

• El mayor premio es la aprobación y la atención de los padres.

• Regularidad: Una rutina organizada presenta muchas ventajas durante este periodo. El trabajo con un horario que se ajuste a las necesidades de predecibilidad del niño ayudará a que se alcance el objetivo deseado. Si un niño es impredecible tendremos que buscar algún patrón de conducta (como hacer pipi después de la siesta) y reforzarlo para que el niño pueda adaptarse al aprendizaje. Por ello la necesidad de establecer rutinas.

• Debemos tener en cuenta la atención que a esta edad tienen los niños: al igual que empiezan a tener capacidad para concentrarse en usar la nica o baño entrenador, también pueden prestarle gran atención a un rompecabezas, a unas construcciones o a cualquier otro juguete.

• Una vez que se involucra en una actividad que le gusta, es difícil interrumpirlo y si está haciendo algo que le interesa puede hacerse pipi encima sin ni siquiera notarlo. Para el niño nada tiene tanta importancia como lo que está haciendo

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