Caso Analizado
Enviado por aas90 • 15 de Enero de 2012 • 1.693 Palabras (7 Páginas) • 756 Visitas
CAPÍTULO 2.
Desarrollo Humano y Educación
2.1. Diversas formas de entender las relaciones entre desarrollo humano y
educación: Del Desarrollo necesario al Desarrollo mediado.
A lo largo del estudio científico del desarrollo humano han ido surgiendo
diversas teorías y modelos explicativos que han dado una respuesta diferencial a
las cuestiones sobre qué es el desarrollo, qué factores permiten explicarlo y qué
relaciones se pueden establecer entre la evolución de las personas a lo largo de
su ciclo vital y su participación en diversas prácticas educativas. Entre los diversos
modelos teóricos que han tratado de organizar y clasificar dichas teorías,
contribuyendo así a la elaboración de principios metateóricos, por ejemplo, la
diferenciación establecida por Overton y Reese (1974; Reese y Overton, 1970)
entre el modelo mecanicista, organicista y dialéctico-conceptual; la propuesta de
Case (1988) sobre tres tradiciones en el estudio del desarrollo intelectual –
empirista, racionalista y histórico-cultural; la de Beilin (1985) distinguiendo entre
teorías estructuralistas y las propias de un nuevo funcionalismo1, en este capítulo,
vamos a retomar la clasificación planteada por Miras (Miras,1991; Miras y Onrubia
1998). Estos autores proponen que las diversas teorías del desarrollo pueden
clasificarse a lo largo de un continuo, remitiéndonos, en último término, a dos
concepciones distintas del desarrollo psicológico, que conllevan dos formas de
entender las relaciones entre desarrollo y educación: el desarrollo como proceso
necesario versus el desarrollo como proceso mediado. Por un lado, dentro de la
concepción del desarrollo como un proceso necesario se podrían ubicar las
distintas teorías que conciben el desarrollo como un proceso “de dentro a fuera”,
de carácter individual y universalista. Por otro lado, y desde la perspectiva del
desarrollo como proceso mediado, podríamos reunir los diversos planteamientos
que conciben el desarrollo como un proceso, en mayor o menor medida, “de fuera
a dentro”, abierto e interpersonal. Dada la relevancia de esta distinción para la
1 El lector o lectora puede consultar para un análisis detallado de los modelos teóricos en psicología evolutiva
los trabajos de Coll (1979), García Madruga (1985), Lacasa y García Madruga (1986), Marchesi, Palacios y
Carretero (1983) y Ochaita y Espinosa (2004a).
caracterización epistemológica de la Psicología de la Educación, a lo largo de las
siguientes páginas trataremos de profundizar sobre esta cuestión.
En el seno de las primeras propuestas, que defienden la idea del desarrollo
como un proceso necesario, se considera que éste ocurre de forma natural y
espontánea, y que los cambios evolutivos están muy asociados a factores internos
en gran medida de naturaleza biológica. No obstante, este planteamiento es
defendido, a su vez, por una gran diversidad de teorías que podríamos clasificar -
a lo largo del eje que venimos trazando- situando, por un lado, y en punto más
extremo del continuo a aquellas teorías que consideran que el desarrollo humano
esta ligado básicamente a la maduración orgánica -tal es el caso de teorías
clásicas como la de Gessell o Musen- o de aquellas que lo entienden como un
despliegue de capacidades prefiguradas, por ejemplo, los planteamientos
racionalistas de Chomsky (1981) y modularistas de Fodor ( 1983). En nuestra
opinión, todas estas propuestas no contemplan la educación como un factor
explicativo del desarrollo humano. Desde estas teorías no se establece relación
alguna entre educación y desarrollo. Según avanzamos en este eje, y situándonos
en una posición más intermedia, vamos alejándonos de la idea del desarrollo fruto
de la mera maduración y predeterminación, y van emergiendo otras posturas que,
no obstante, siguen concibiendo el desarrollo como un proceso de carácter
individual y postulan la existencia de mecanismos de desarrollo fundamentalmente
endógenos y universales que aseguran el desarrollo de las personas. Tal
concepción podría ser subrayada por buena parte de las aproximaciones
etológicas al desarrollo así como por las teorías propuestas por Baldwin, Freud,
Werner, Ericsson y Piaget. En estos últimos planteamientos se concibe –de forma
más o menos implícita- la educación como un factor que puede facilitar o dificultar
el desarrollo, dentro de unos límites, sin llegar a considerarlo una piedra angular
del mismo.
Así pues, en el centro del eje, y aún en el seno de teorías que conciben el
desarrollo como un proceso de dentro a fuera, encontramos la teoría piagetiana,
en la que el desarrollo se concibe como fruto de una auténtica “construcción
individual” de ciertas estructuras psicológicas que permiten que el sujeto se
relacione con su medio de forma progresivamente más adaptada. Tanto los
mecanismos que explican el desarrollo como la secuencia y las estructuras fruto
de la construcción son considerados “universales” y, en este sentido, podríamos
decir que surgen y evolucionan con relativa independencia del medio cultural y de
las prácticas sociales específicas en las que las personas participan (Gutiérrez y
García-Madruga, 2002).
En contraposición, según avanzamos en este continuo, situándonos ya en
el polo opuesto, se podrían ubicar aquellas teorías que postulan la importancia de
los factores de naturaleza externa al individuo, entre los que la cultura y la
educación de forma progresiva van ocupando un papel destacado en la
explicación del desarrollo humano. Esta concepción es identificada en la literatura
con la terminología de desarrollo mediado (Miras, 1991; Miras y Onrubia, 1998).
Así, dentro de esta perspectiva, podríamos situar los modelos ecológicos, entre
ellos el de Bronfenbrenner (1987), la mayoría de las conceptualizaciones de los
teóricos del ciclo vital y, a continuación, podríamos la teoría socio-cultural de
Vygotski (1978) y sus derivadas (Bruner ,1986, 1997; Cole1990, 1996 ;Leontiev,
1981, 1983; Wertsch, 1989,1990,1991; Salomon, 1993;1998 entre otros).
Así, por ejemplo, desde el planteamiento socio-cultural se defiende que la
evolución de las personas se produce gracias a su participación en prácticas
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