Caso Comercial Barbie

Barbie

Su creación en el año 1959, fue una de las primeras muñecas de la historia que no tenía aspecto de bebé o de niño sino de mujer adulta. Es decir, tener una Barbie era como tener, una versión de ti misma de cómo serias en unos años.

La muñeca fue adquiriendo un gran éxito entre las niñas de todo el mundo como su modelo a seguir en la vida: rubia, con los ojos azules, 1,75 m de estatura, cintura de avispa.

Perspectiva Mercadológica

Barbie fue uno de los primeros juguetes en tener una estrategia de mercadotecnia basada en anuncios de televisión. Es una marca con identidad propia muy fuerte que recrea un universo del que cualquier niña quisiera ser parte. : "El posicionamiento en el primer comercial que salió sobre ella era que la Barbie era una persona. Nunca se mencionó que ella era una muñeca". Y allí radica el éxito que tiene entre los niños.

Desde ese momento ha generado varias estrategias de marketing que le han permitido posicionarse en el mercado y que han convertido a la muñeca Barbie como un ícono y un modelo de belleza y del estilo de vida de la mujer de cada época. Barbie cuenta con una alta gama de productos que no solo son muñecas, también cuenta con accesorios, ropa, videojuegos, bicicletas entre muchos más.

En un comienzo, los estudios de marketing dieron como resultado que la muñeca no era lo que los consumidores esperaban, ya que las niñas en ese momento estaban interesadas en jugar a la mamá con juguetes que representaban bebés y esta nueva muñeca era demasiado sensual para interesar a sus posibles consumidores.

Perspectiva Psicológica

Sin embargo este juguete ocasionó controversia, ya que su principal crítica fue que ejemplificaba un modelo de mujer perfecta, con medidas imposibles (91-46-84), lo que podría ocasionar en las niñas y adolescentes, ansiedad, insatisfacción y fomentar conductas alimentarias, como la anorexia.

Siendo la anorexia un trastorno de la conducta alimentaria que supone una pérdida de peso provocada y que lleva a un estado de inanición. Que se caracteriza por el temor a aumentar de peso, percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo. Vivir con un trastorno alimentario era algo terrible, destructivo y que te aísla en el ámbito social.

En 1971, Mattel ajustó sus moldes y la nueva muñeca tenía más caderas y menos pecho pero se la siguió haciendo responsable de los problemas de dietas de las adolescentes occidentales y de la adicción a la cirugía plástica pocos años después. La omnipresencia de la nueva muñeca se asoció con las preocupantes cifras de trastornos de la alimentación en Estados Unidos y en todos los países de su entorno cultural. Según datos recientes, el 2% de las niñas norteamericanas desarrollan anorexia en algún momento de sus vidas, el 15% una bulimia y el 70% se ven gordas. En 1961 el equipamiento de la “Barbie canguro” venía con un libro titulado Cómo perder peso que incluía el siguiente consejo: “No comas.” En 1965, otro paquete de accesorios llamado Slumber party (Fiesta de pijamas) incluía el mismo libro y una báscula rosa que marcaba 50 kilos (110 libras) lo que sería 16 kilogramos menos de lo que debería pesar una persona

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