Comunicacion
Enviado por carinleon • 30 de Mayo de 2015 • 3.652 Palabras (15 Páginas) • 306 Visitas
emociones y sentimiento de la senectud
caracteristica del anciano
En este momento el anciano no debe deprimirse ni sentirse mal por lo que hizo o dejar de hacer, al contrario, debe aceptar la existencia tal y como la vivió, por que no hay otra oportunidad o posibilidad de reconstruir aquello que pasó. La otra tarea es aceptar el ciclo de la vida de toda la persona tiene un fin. Se tiene que aceptar, no con alegría por que nadie acepta con gusto la idea de la propia muerte, pero sí en lo mejor de los casos, con cierta tranquilidad, con la convención de que si valió la pena vivir.
Una persona deprimida siente que su existencia fue un fracaso, tiene muchos remordimientos con respecto a su pasado y a un sentimiento de culpa muy grande ante la perspectiva de la muerte.
cambios de la conducta del anciano.
Muchas personas de edad avanzada experimentan cambios notables de conducta, lo que dificulta las cosas 0para ellos mismos y para aquellos que tienen que cuidarlos o con quienes viven. Su habilidad para acomodarse a las alteraciones que se producen es muy debilitado.
La tristeza por la muerte de un ser querido, el cambio de casa al tener que ingresar a un hospital puede causar infelicidad o temores. La sordera o la pérdida de la visión contribuye a que los ancianos se sientan más solos y abandonados, y se refugien en sí mismos.
Muchas personas que viven solas, son invalidas por la tristeza y se sienten incapaces de encontrar la menos satisfacción en la vida. Desajustes tales como la artritis o alguna enfermedad cardiaca o pueden empeorar el estado de cosas y dar como resultado un total aislamiento mental o físico, en muchas ocasiones. Los ancianitos se sienten cada vez más incapaces de valorarse por si mismos y más solos, tienen la sensación (incluso los que tienen familiares atentos y cariñosos) de que nadie se ocupa de ellos, gradualmente se apartan de la vida y su aislamiento se hace cada vez mayor.
llegada a los 80 años
Este es el testimonio de Malcolm Cowley, destacado escritor estadounidense quien, a sus 80 años, decidió hacer algunas reflexiones sobre los cambios que se han presentado en el .
Es cierto que se ha escrito sobre la vejez, pero pocas veces desde el punto de vista de un anciano.
No basta con tener amplios conocimientos literarios y basarse en estadísticas y reportes médicos; hace falta saber qué es lo que se siente convertirse en una persona de edad avanzada.
El cumpleaños número 80 es un buen momento para pensar en el futuro no en el pasado. Las expectativas de la vida se reducen y la entrada a ese nuevo ámbito de la existencia constituye una experiencia nueva que debe ser aprovechada al máximo.
El nuevo actagenario se siente más fuerte que nunca cuando está sentado en una confortable silla, medita sueña, recuerda. No quiere que los demás lo interrumpen, le parece que la vejez es no más un “traje” del que los otros se apropian; la verdad, la esencia del ser no tiene edad. En un momento se levantará para caminar por el bosque, llevan una escopeta, o una caña de pescar si es en primavera.
Entonces, sus huesos crujen al ponerse de pie, se encorva para mantener el equilibrio, y se da cuenta de que no hará nada o solamente un mensaje; “estas viejo”.
En su nuevo papel, el anciano encontrará la tensión de nuevas experiencias, por las que recibe nuevas compensaciones (no muy ampliamente conocidas) y posiblemente obtendrá nuevas virtudes, entre las que sobre sale la egoica u solamente la obstinada negativa de rendirse frente al tiempo.
La sociedad a envejecido a los ojos de los demás y lentamente llega a compartir su juicio.
Mi cabello esta más encanecido, debió haber sido en 1974 cuando un joven se levantó y me ofreció el asiento de autobús de la avenida Madison. Ese mensaje amable y también desolador.
¿A caso no puedo estar de pie? Pense, al tiempo al tiempo que le daba las gracias y rechazaba el asiento. Pero lo mismo sucedió en dos ocasiones durante el año siguiente, y la segunda vez agradecido el ofrecimiento, aunque con la sensación de disminuir ante mí mismo.
Pero hay también placeres del cuerpo, o de la mente que disfruta una gran cantidad de personas mayores.
Estos placeres incluyen cosas que la gente joven encuentra difícil de apreciar. Uno de ellos es simplemente sentarse quieto como una serpiente sobre una piedra bajo el sol, con un delicioso sentimiento de indolencia, difícil de conseguir en la juventud. Una hoja se agita una nube se mueve en el horizonte. En tales momentos, al anciano, completamente relajado, se convierte en parte de la naturaleza, una parte viviente con sangre corriendo por sus venas. El futuro no existe, piensa, si es que está pensando, que la vida ara los jóvenes una batalla cuerpo a cuerpo, en la que ahora el no tiene nada que ganar o perder.
Para algunos, envejecer es una razón para darse por vencido, abandonar toda esperanza y continuar únicamente existiendo en la tediosa espera del cercano final.
No tengo derecho de culpar a aquellos que se rinden, ya que no me es posible ponerme en su lugar. Frecuentemente, ellos se ven impedidos por razones de peso, físicas y morales. No sufren solamente a causa de varias dolencias, si no también por el dolor de sentir que no tiene nada más por hacer dentro de la comunidad sus familiares y vecinos no les piden consejos, ni los es cuchán cuando hablan, ni los solicitan si se requiere ayuda. Yo comprendo sus problemas, pero los hombres y mujeres que envidio son aquellos que aceptan la vejez como una serie de retos.
Para esta clase de personas, cada una nueva adolescencia es un enemigo al cual se debe engañar con astucia es un obstáculos a vencer como fuerza de voluntad. Disfrutan cada pequeña victoria sobre sí mismos y veces obtienen un éxito mayor.
Poeta o ama de casa, hombre de negocios o maestros, cada persona de edad avanzada necesita un proyecto de trabajo si quien necesita un proyecto de trabajo si quiere mantenerse viva
No obstante los ancianos constituyen la gran fuente de labor no utilizada dentro de la sociedad que los considera únicamente como consumidores no como productores.
No quíero expresar quejas de la suerte de las personas mayores. Como grupo, formamos una memoria de desventajas, pero algunos somos mucho más afortunados que otros. Aunque vamos en el mismo barco, con boletos hacia el mismo destino, no disfrutamos del mismo "confort" durante el viaje.
Envejecer con dignidad y coraje no es una tarea fácil , no hace falta leer para aprender que al llegar a los 80 años los horizontes Comienzan a estrecharse.
Muchos de los viejos amigos han desaparecido y se difícil encontrar nuevos. Entretener a los visitantes o ir de visita llega ser
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