“Conocimiento sobre conductas posesivas entre parejas de jóvenes entre 19 y 26 años en la ciudad de Trujillo”

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FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

INFORME ESTADÍSTICO

“Conocimiento sobre conductas posesivas entre parejas de jóvenes entre 19 y 26 años en la ciudad de Trujillo”

Autor(es):

Aguilar Alvarado Melody Estrella

Correa Berna Lisbeth

García Marquina Aidee

Mantilla Ramírez Fernando

Minchola Blas Margorie

Uceda García Luis Antonio

Asesor:

Dra. Luz Alicia Baltodano Nontol

Trujillo -Perú

2019

1. Introducción

A menudo nos encontramos con situaciones en las que creemos que nuestra pareja pueda tener sentimientos de enojo debido a ciertas inseguridades normales en una relación y manifiesta unas conductas que parecen raras y suelen incomodar, llámese reproches, escenas de celos, reclamos fundamentados con nuestra libertad de hacer amistades y otras cosas, pero cuando éstas conductas se repiten encontramos ciertas características que algunos denominan como “escenas”, “dramas”, “berrinches”, etc. Distintos términos coloquiales se han acuñado para definir éstas conductas, pero nada formal se ha hecho para poder identificarlas, es así como entramos a nuestra problemática, que busca identificar cuánto conocen las personas de la ciudad de Trujillo acerca de estas conductas que hemos compilado y denominado como “posesivas”. Nuestra población se encuentra en un rango de edad donde las relaciones interpersonales y de pareja están muy presentes y con ellas vienen los problemas relacionados a las conductas antes mencionadas. Sitios web como: Psicología Online, Diccionario ABC, entre otros, definen a las parejas posesivas como aquellas en las existen celos, desconfianza, envidia si uno de ellos sobresale, control excesivo, etc. Hemos encontrado un común denominador en distintos sitios web y lo hemos traducido a términos más psicológicos, la celotipia, que según el Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) es un trastorno de tipo delirante en el que la persona tiene el delirio de que le están siendo infiel. Ésta definición nos da la pauta para lo que podría ser uno de los factores que desencadenarían una conducta posesiva. Que aunque no es objetivo de la presente investigación, consultar dicho manual siempre es recomendable. Otro trabajo como el de Rivera, Díaz, Méndez, Jaen, Garcia, Romero y Villanueva (2017) nos introduce al estudio histórico y a la medición de los celos, brindando un fuerte soporte teórico y variados instrumentos, los cuales han sido adaptados al contexto y a los modismos del lenguaje peruano para efectos de la presente investigación. El interés que se muestra en esta investigación por los celos nace a partir tanto de experiencias personales como de lecturas en sitios web genéricos que apuntan a lo mismo, lo que más se parece a la conducta posesiva que buscamos identificar, son las conductas que se producen por celos. Rodas (2017) en su libro “Sociocultura de la Relación de Pareja” define culturalmente a una pareja disfuncional como “Aquella pareja que excluye la igualdad, el bienestar y los valores de su relación. […] Y poco a poco abastecen a los problemas psicosociales vinculados con la relación de pareja” (p. 74). Si sintetizamos igualdad, bienestar y valores estaríamos proyectando en nuestras mentes varias imágenes de parejas disfuncionales que no necesariamente son posesivas, sin embargo lo que nos dice Rodas es un punto de partida para acotar las carencias de las parejas que son de nuestro interés. El mismo autor define, como uno de los problemas psicosociales asociados a las relaciones de pareja, a la “Deshumanización del amor” el cual es útil para efectos de la investigación actual ya que menciona que éste problema comprende vínculos amorosos en los que existe cierto grado de dominancia, maldad y/o desinterés (Rodas, 2017). Nos interesa él como habla de la violencia psicológica, ya que hemos encontrado dentro de ella, aspectos que forman parte de la conducta posesiva en la pareja, tales como: Comparaciones, celotipia, control, prohibiciones de ver a amigos  familiares, etc.

Y así como hablamos de violencia, en contraste, se han revisado antecedentes que nos dan un punto de referencia para lo que son tipos de amor. Lee (1973), define diferentes formas de estilos de amor los primarios que son Eros, Ludus y Storge, y los secundarios Pragma, Manía y Ágape.

Los amantes Eros se muestran apasionados, puntualmente ya tienen fijo el tipo de características físicas que buscan en el otro y, en definitiva, tienden a relacionarse con personas que tienen las cualidades físicas requeridas. Suelen ser muy seguros de sí mismos y su autoestima es alta. Además, suelen centrarse en sus parejas de una manera exclusiva e intensa sin caer en la posesión y los celos (Chung et al., 2002). En cambio, los amantes Ludos son jugadores del amor, que se basan en la diversión mutua más que un compromiso, estos tienden a divertirse jugando con diferentes parejas a la vez, lo que sin duda evita que se impliquen seriamente con una persona en específico.

El amante Storge ve en el amor una amistad con poca emoción y actividad sexual, con muchas actividades compartidas y un aumento gradual en la relación según mencionan (Kimble et al., 2002).

Los amantes Manía son el resultado de la combinación de los estilos Eros y Ludus, que clasifican a las personas que consideran que el amor es doloroso a pesar de que lo desean. Este tipo de amantes suelen ser celosos, posesivos y obsesivos, y no confían en la sinceridad y el compromiso de su pareja. Los estilos secundarios es una combinación con los estilos primarios según definen (Chung et al., 2002).

 Es como una dependencia hacia la pareja, este estilo de amor es parecido a una adicción ya que va acompañada de muchas conductas posesivas. La persona percibe en la pareja múltiples virtudes, pero al transcurso del tiempo se da cuenta de que tales virtudes no eran reales (Ojeda, 1998).

Por último, los Amantes Ágapes, son el producto de la combinación de Eros y Storge ya que se estos se preocupan exclusivamente por el bienestar de sus parejas anteponiendo sus propios intereses; es decir, se caracterizan por un estilo de auto sacrificio, según Ojeda y Díaz-Loving (2010).

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