Cuando Alguien Se Va

Cuando alguien se va

La muerte es compañera de la vida, llega cuando menos se le espera y nos recuerda que nuestra propia fragilidad. La muerte no respeta edades no sexo ni condición social; ni siquiera requiere de una enfermedad, una tragedia o un desastre natural. La muerte solo tiene como requisito a la vida misma, pues para morir lo único que se requiere es estar con vida.

Es por ello que resulta imprescindible aplicarnos en hacer “limpieza de armario”, limpieza del corazón para poder lograr un rencuentro con aquellos que extrañamos.

Se bien que de inicio esto que propongo parece difícil casi imposible, pero la verdad es que lo necesitamos tanto que bien vale la perna continuar con este intento, para dejar atrás el infierno que genera su ausencia, el dolor de su partida, el miedo y la soledad que se han instalado en el corazón.

Había una vez un par de orugas en la rama de un árbol, los días transcurrían como de costumbre hasta que un día, ya convertida en crisálida una de ella logro romper el caparazón y se transformo en un radiante mariposa.

De pronto escucho un llanto que atrapo su atención y se dirigió a el lugar de donde provenía asombrada descubrió que era su hermana la oruga enseguida la mariposa le pregunto a la oruga: “¿porqué lloras?” a lo que la oruga contesto: “se acaba de morir mi hermana” enseguida la mariposa le respondió: “no llores, mira no he muerto ahora soy una linda mariposa”; pero la oruga parecía que ya no la escuchaba.

Hasta que ya cansada la mariposa se alejó volando a disfrutar de esa nueva vida no sin antes decir a su hermana lo que había aprendido: HOY SE QUE LA MUERTE ES VIDA Y QUE EVOLUCIONA HACIA MEJORES FORMAS DE EXPRECION”.

Esta es la historia, esta la reflexión, la que te invito a pensar o por lo menos a cuestionarte la posibilidad de que la vida no termina con la llamada muerte y que por que no logremos ver a ese ser amado con los ojos del rostro y que ya no sea posible sentirle cerca, platicar con el, con ella, que aun cuando físicamente ya no están el corazón les percibe.

Cuando la muerte llega la muerte

Cuando llega la muerte se estremece el alma, se desgarra el corazón. Cuando llega la muerte, todo lo que nos separa de ese ser amado se desvanece: el reproche, el enojo, el resentimiento y solo queda la ausencia y el tiempo que nos queda se torna diferente. A veces parece eterno, a veces solo un segundo, pero lo cierto es que ya no es lo mismo sin el, sin ella. El tiempo se convierte en un verdugo, en reclamo constante por el tiempo que se nos fue, el que ya paso y no regresara. Nos queda el inventario del alma en saldo rojo por el tiempo que falto, tiempo para decirle lo mucho lo necesitábamos, lo importante que era para nosotros, tiempo para gritarle a la vida solo quiero otra oportunidad.

Cuando el dolor se instala

Y es cuando el dolor se instala en el alma que a fuerza de tanto doler se transforma en un instrumento perpetuo y eterno que tiñe todo de gris. La vida se convierte en muerte, la existencia en sepultura. De repente parece que el camino ni motivo para andarlo. Parece que el futuro se borra y el presente se desvanece devorado por el ayer.

Dios se lo llevo

Y es cuando se nos olvida que la vida es prestada, que no nos pertenece. Se nos olvida que la vida la tenemos solo cada hoy. Pero resulta difícil que de tanto hoy repetido se nos olvida vivir. Planeamos para mañana, tenemos la agenda programada por semanas, meses y hasta por años y se nos olvida que la vida es solo por hoy.

Lleno de ira te vuelcas contra el y luego te sientes culpable por sentir lo que sientes y por pensar lo que piensas y así sin darte cuenta el miedo y la angustia se van apoderando de ti y la vida entera se convierte en un eterno dolor, que lacera el alma y parte el corazón

Preparándonos para enfrentar el dolor

Y así con esta confusión en el alma, con este dolor clavado en el corazón, se inicia el proceso de duelo, en el que las emocione brotan a flor de piel, pero generalmente las evadimos, las reprimimos y el dolor del primer impacto, cuando se anuncio su partida, se transforma en sufrimiento que crece, que se desborda del alma. Y sin importar el tiempo transcurrido desde el momento de la perdida, parece que el tiempo e hubiera detenido, que apenas fue ayer cuando experimentamos el impacto de si ausencia. Es como si el tiempo no transcurriera mas, como si hubiéramos quedado prisioneros en el.

Y es entonces cuando nos damos cuenta de que el tiempo por si mismo, no sana las heridas, que solo l confrontación de las emociones nos permite salir a flote, comenzar a respirar de nuevo: aire nuevo, aire de vida, aire de libertad.

Proceso para iniciar el duelo

Antes de iniciar este proceso de duelo, antes de penetrar en la zona oscura y nublosa de la inconciencia, en donde se encuentran asentadas una gama infinita de emociones, es importante que sepas que este proceso puede durar muy poco o una eternidad. No hay tiempo definido para lograrlo lo que hace la diferencia entre el menor o el mayor tiempo es tu disposición y compromiso para realizarlo, tu firme decisión para dejar de sufrir y el anhelo sincero de rencontrarles a ellos.

Para la realización de este proceso, doloroso pero transformador, se han planteado cada una de las etapas de manera individual y separada. Acorde a los sentimientos y emociones que aparecen en cada una de ellas. Pero en la realidad puede darse el caso de que te encuentres en alguna de ella y de pronto estas en cualquier otra casi siempre con carácter de regresión.

No te alarmes por esto. El secreto para continuar avanzando es enfrentar los pensamientos, los sentimientos y emociones que en ese momento particular broten de tu corazón. Una sugerencia más: no te apresures, no pretendas saltarte alguna de las etapas, por que lo único que ganaras seria la certeza de una regresión hacia alguna de las etapas anteriores.

Antes de compenetrarte en el trabajo que exige el proceso del duelo, quizá también sea importante distinguir entre lo que es un pensamiento, un sentimiento y una emoción.

Los pensamientos

Son impulsos de energía e información con los que es posible construir paraíso o un infierno, mismos que tu percibes como un dialogo silencioso contigo mismo.

Las emociones

Son los componentes más primitivos del mudo afectivo, son estados emocionales de gran intensidad en los que se nubla la razón y se manifiestan como brotes de ira, llanto, incluso como alegría pero de manera exagerada.

Cunando estos estados emocionales prevalecen es posible decir y hacer cosas de las que después nos arrepintamos, acciones que nos cubren de culpa y de vergüenza.

Los sentimientos

Son componentes

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