¿Cómo funciona la memoria?

¿Cómo funciona la memoria?

Sin memorias estaríamos perdidos. Son las que mantienen unidas a nuestras vidas; conectando el quienes éramos, y el quienes somos.

La memoria es una parte importante de lo que nos hace humanos. Pero ¿Qué son? y ¿Dónde se forman?

Una de las primeras analogías del entendimiento de la memoria se remonta a la Grecia Antigua. Para Aristóteles, las memorias no se encontraban en el cerebro, sino que se encontraban por todo el cuerpo. Él pensaba que el cerebro solo estaba presente meramente para enfriar al corazón caliente, el cual era el sitio de nuestra alma.

La teoría siguió por siglos y pensaban que el cerebro no poseía ninguna capacidad de pensamiento.

Fue hasta que Herman Ebbinghaus, realizó en el primer estudio de la memoria en el siglo XIX. creó una lista de palabras sin sentido y trató de memorizarlas. Descubrió que tendemos a olvidar de una manera exponencial, y después de aprender las cosas empezamos a olvidar poco a poco.

Clasificó tres tipos de memoria: memoria sensorial, memoria a corto plazo y memoria a largo plazo.

La memoria sensorial es el primer tipo de memoria que entra en el cerebro: dura un pequeño segundo. La textura de las cosas en tu piel, los olores. A menos que le demos importancia a esta memoria, desaparecerá, por lo que no podrá pasar a formar parte de la memoria a corto plazo.

Usamos este tipo de memoria sin darnos cuenta. De hecho, solo podemos entender lo que pasa al final de esta oración porque recordamos lo que sucedió al principio

Se dice que nuestra memoria a corto plazo tiene una capacidad de unos siete elementos, que se pueden mantener en la mente durante unos 15 a 30 segundos. Y solo ensayando estos elementos es como pasará a formar parte de nuestra memoria a largo plazo.

Durante las décadas siguientes, otros continuaron avanzando en nuestra comprensión de la memoria. Uno de los más influyentes fue un psicólogo británico llamado Frederic Bartlet. Al analizar cómo la historia se transformó a lo largo de días, meses y años, avanzó la teoría (ahora probada) de que los recuerdos son reconstrucciones imperfectas de los acontecimientos. Dijo que en realidad sólo recordamos una pequeña parte de la observación original, y llenamos los vacíos con referencias culturales y conocimiento personal.

Pero a pesar de un creciente reconocimiento de cómo funcionaba la memoria humana, muchas preguntas permanecieron. ¿Dónde se almacenan los recuerdos? ¿Cómo es un recuerdo? Esas fueron preguntas que el psicólogo estadounidense Karl Lashley pasó toda su carrera tratando de responder.

En 1935, en su estudio, dañó sistemáticamente áreas específicas de la corteza cerebral antes y después de que una rata fuera entrenada para encontrar su camino fuera de un laberinto. Pero no importa qué parte del cerebro fue removida, las ratas continuaron recordando cómo salir del laberinto mejor que las ratas que nunca habían sido entrenadas en primer lugar.

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