DIBS en busca del yo

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La historia narra la vida de un niño llamado Dibs, de 5 años de edad, cuyo núcleo familiar está compuesto por padres profesionalistas y una hermana un año mas chica que él, a quien los padres refieren como “perfecta”, la madre de Dibs es una médico cirujano y su padre un reconocido científico, ambos llenos de logros académicos. Podríamos decir que dicha familia siempre estuvo orientada a la intelectualidad. También está la abuela de Dips, cuya presencia estuvo durante su primer mes de vida y después iba de visita una vez al año y se quedaba durante un mes.

Dips es un personaje con varios conflictos, empezado por el lado familiar, existe un distanciamiento emocional y físico con los padres, evidenciando un abandono las conductas que ellos manifestaban hacia Dips, el padre centrándose en su trabajo y la madre frustrada y podríamos decir deprimida, ya que tuvo que abandonar su trabajo para dedicarse a sus hijos, sentía que había fracasado.

Partiendo desde la concepción de Dips, la madre revela que su embarazo fue espontaneo, no planeado. Desde ahí comienza el rechazo hacia su hijo, pues los padres lo percibían como un cambio inesperado en sus vidas. El embarazo fue difícil para la madre, debido a que estuvo enferma la mayor parte del tiempo. Finalmente cuando Dips nació, su madre lo describió como un hijo “feo y grande”. Se percataron de que no mostraba conductas “normales”, y lo etiquetaron como retrasado mental, esquizofrénico, autista, etcétera.

Los padres sentían vergüenza de Dips, así que poco a poco se fueron alejando de sus reuniones sociales y cambiaban su identidad cada que visitaban a un profesional para tratar a Dips. Su madre le leía constantemente libros y le explicaba las cosas y situaciones que estaban a su alrededor de Dips, mientras él se escondía bajo la mesa. Esto lo hacía con el fin de demostrar, y sobre todo a ella misma, que su hijo de alguna forma podía aprender.

La madre expresa que fue una experiencia traumática cuando obtuvieron resultados de todas aquellas pruebas que le habían realizado a Dips, ya que el último indicó que no existía ningún tipo de anomalía cerebral, más bien, Dips era un niño rechazado y emocionalmente hambriento.

Ahora bien, en el ambiente escolar también existe conflicto, pues de acuerdo a las conductas de Dips, las maestras lo catalogaban como autismo, entre estas conductas se encontraba el aislamiento hacia sus compañeros, que se escondía bajo las mesas o atrás del piano, manierismos, nunca veía a nadie a los ojos y la más interesante, no decía el pronombre “yo”, se refería a sí mismo siempre en tercera persona. Ante las dificultades de los docentes para determinar el posible diagnóstico de Dips, contactan a una Psicóloga llamada Virginia Axline .

La psicóloga Virginia Axline recibe muchos comentarios acerca Dips por parte de los docentes, pero en ella siempre estuvo presente la objetividad. Siendo esto su primer cercanía a Dips, sin embargo, esto ayuda a recaudar información acerca de la percepción que los demás tienen de él. Seguido de esto, la psicóloga asiste a su salón de clase y lo observa, posteriormente lo lleva a donde será su primer sesión.

La psicóloga emplea en Dips la terapia de juego, cuyo objetivo era que Disps plasmara el impacto de todas sus experiencias anteriores y reconstruyera un mundo, que normalmente se lleva en los adentros, guardado por barreras que vienen de fuera, todo esto reducido a un tamaño que él pudiera manejar.

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