DIÁLOGOS DEL CUERPO

MPGI GEN2, TALLER3, DOCTORA LUPITA MORALES PLESENT

REPORTE “LOS DIÁLOGOS DEL CUERPO” DE ADRIANA SCHNAKE

JUAN IGNACIO DE ANDA, SEPTIEMBRE 2020

El libro es, sin duda, un material muy valioso como orientación fundamental para el trabajo gestáltico, por lo que sus enfoques serán incorporados de manera prioritaria en mi trabajo psicoterapéutico. Específicamente, integro ya mismo su enfoque diagnóstico y su técnica propuesta para el trabajo de reconciliación integral del consultante con su cuerpo. Partiendo de esta consideración, refiero algunos puntos a manera de resumen, que me sirvan para consolidar mi comprensión de este valioso material.

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El trabajo que propone Schnake trata de que el consultante se dé cuenta de que aquello que le duele es parte de sí mismo. Busca reconciliar al paciente con aquellas partes suyas con las que se pelea, maltrata y niega. Esas partes u órganos son los que sufren porque no aceptamos alguno de sus aspectos. La propuesta es hacer que la persona vuelva a reapropiarse de la función del órgano o parte que rechaza.

La clave del trabajo del terapeuta es identificar lo que la persona rechaza y hacerla que se de cuenta de la pelea que tiene con esa parte de su cuerpo. La persona tiene que hacer de órgano para integrar aquello de lo que se queja y no reconoce como propio, ya que los órganos almacenan mucha sabiduría sobre nosotros mismos y es necesario incorporar y ser conscientes de la experiencia continua y permanente que es la vivencia del cuerpo.

Schnake sale del discurso médico para centrarse en el discurso del cuerpo, que según ella es asombrosamente parecido en todos los seres humanos. Insiste en lo importante que es considerar la terapia como una sola: “No tendría por qué existir la psicoterapia separada de la organoterapia”, a fin de descubrir las dinámicas emocionales, cognitivas, neurológicas y orgánicas que experimenta la persona.

La autora sustituye el tradicional “cuénteme qué le ocurre” con un ejercicio que descubre y devela información emocional importante. A partir del cuerpo, el paciente logra acceder a experiencias emocionales que no había logrado “nombrar”, y logra reconstruir un discurso sobre sí mismo incorporando experiencias desreguladoras en los planos afectivo, orgánico y de la salud como balance vital. Se propone vivenciar el cuerpo “en primera persona” y dejar de observarlo desde lejos. Nosotros mismos somos nuestros órganos, y la técnica propuesta nos ayuda a darnos cuenta de ello.

Cuando facilitamos que la persona se ponga en contacto con un órgano al que está culpando de una enfermedad o un síntoma, ayudamos a que corrija la información equivocada y suprima la pelea, y le colocamos en el lugar del órgano para sentir, vivenciar e integrar la característica más esencial, la que más combatía y que no había podido entender y aceptar.

Los “diálogos del cuerpo” buscan rescatar lo esencialmente sano del funcionamiento de cada órgano y corregir desentrañando creencias neuróticas. En el enfermo hay un grado de salud que le permite estar vivo y el terapeuta debe facilitar el contacto entre este aspecto sano y el funcionamiento enfermo. Para ello, se usa principalmente:

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