Daniel Pennac, Mal de Escuela
Enviado por Ana Paula • 29 de Marzo de 2018 • Ensayo • 2.664 Palabras (11 Páginas) • 1.650 Visitas
Consignas:
- Lectura del libro.
- Luego de la lectura: Seleccionar un Capítulo o Parte y a partir de allí elaborar una reflexión personal escrita.
Tener en cuenta los contenidos desarrollados en la cátedra (bloques 1 y 2) por ejemplo:
- Factores condicionantes del aprendizaje: Autoestima y Auto concepto. Motivación-metas-Inteligencia-Deseo,Relación docente alumno, prejuicios, mutuas representaciones, atención, memoria, inteligencia emocional, etc.
Pueden incluir vivencias personales que sean pertinentes para la reflexión.
Mal de escuela: Daniel Pennac:
Éste libro es una autografía que trata de un estudiante llamado Daniel Pennac, que se califica como un zoquete en la escuela, un pésimo estudiante. A través de esas malas experiencias fue desarrollando reflexiones acerca de la pedagogía y las disfunciones de la institución escolar, sobre el dolor de ser un mal estudiante y las ganas de aprender, sobre el sentimiento de exclusión y el amor a la enseñanza. Relata la transformación de cómo un mal alumno llega a ser profesor y más adelante un escritor reconocido.
CAPÍTULO III: LO, o el presente de encarnación:
Cuando Pennac se refiere al "lo", a mi entender es eso que da miedo a los alumnos y cuya única solución es enfrentarse contra ese miedo combatiendo-lo, haciendo-lo, trabajando-lo. Por esta razón la solución para el miedo a la lectura es leer, para la escritura, escribir. Y de la misma manera con todas las actividades académicas y hasta personales. Daniel Pennac se pone como ejemplo a sí mismo como profesor, intentado proyectar su propia experiencia negativa en sus estudios de infancia y juventud. Utiliza un montón de estrategias para poder sacar a los alumnos “fracasados” de su rutina negativa. La investigación sobre motivación ha puesto de manifiesto que los alumnos afrontan su trabajo con más o menos interés y esfuerzo debido a tres tipos de factores:
- El significado que para ellos tiene conseguir aprender lo que se les propone, significado que depende de las metas u objetivos a cuya consecución conceden más importancia.
- Las posibilidades que consideran que tienen de superar las dificultades que conlleva el lograr los aprendizajes propuestos por los profesores.
- El costo, en términos de tiempo y esfuerzo.
Debido a las dificultades de sus alumnos recurre a métodos y a través de alguna palabra o pronombre, absurdos para sus alumnos e, incluso, partiendo de frases hechas “malsonantes”, realiza una reflexión con los alumnos que les va acercando poco a poco al gusto por la lengua, por la gramática, por la historia. Para salvar a los estudiantes, el profesor utiliza el análisis gramatical (pronombres neutros: “lo”, “eso”, “ello) para atraerlos y acercarlos al gusto por la enseñanza de la gramática.
Es necesario que los profesores revisen el grado en que despiertan la curiosidad de los alumnos mostrando la relevancia y utilidad que puede tener para ellos la realización de la tarea o cualquier tipo de actividad académica. En esta búsqueda de estrategias para salvar a sus “malos alumnos”, toma las enseñanzas y ejemplos que les dan algunos de sus compañeros. Entre ellos, tiene en cuenta los consejos de una compañera, profesora de música, la que le aconseja que “cada alumno es diferente y que cada uno es como si fuera un instrumento musical distinto, diferente unos de otros y que, ante esta variedad de “instrumentos” lo que hay que conseguir con todos ellos, al igual que una orquesta, es la ARMONÍA, al igual que en la música lo que se busca es la “melodía”. Ésta estrategia- consejo, en particular me resultó muy interesante: todos tocando distintos instrumentos y distintas partituras, pero con un objetivo común: que exista armonía musical al llevarlo a cabo. Es por ello que Daniel busca que cada alumno con sus defectos y virtudes se sienta importante en la orquesta de la clase, ya sea tocando el triángulo o siendo el violín principal.
Todo alumno busca sentirse aceptado como es por los demás, siendo esta necesidad tanto más fuerte cuanto mayor es la motivación de afiliación. Cuando esta motivación es alta, los alumnos son más eficientes; si por la razón que sea un alumno experimenta rechazo por parte del profesor o siente que éste prefiere y trata de favorecer más a los demás, o experimenta rechazo de grupo procurará evitar la situación si puede, y si no, sentirá que está en la escuela por obligación. Es preciso que los profesores revisen en qué medida son adecuadas sus pautas de actuación en clase en relación con la necesidad del alumno de sentirse aceptado. Otro de los métodos es el de pasar lista, una rutina que aprovecha como momento de encuentro y convivencia de cada día con todos los alumnos. A través de sus respuestas de “presente”, “ausente”,” aquí estoy”, y otras respuestas graciosas, emplea alguna de esas respuestas “ingeniosas” con buen o mal gusto para continuar o iniciar la clase con la producción de una redacción personal o colectiva. Cambia la rutina del propio dictado y sugiere que sea cada uno de los alumnos quién dicte al resto de sus compañeros sus experiencias personales de lo que les ocurrió el día anterior o el fin de semana. El hecho de trabajar en cooperación con otros compañeros tiene ventajas motivacionales importantes, no sólo facilita el desarrollo de determinados aprendizajes sino que tiene efectos que se podrían considerar terapéuticos para aquellos alumnos que ya han desarrollado un patrón motivacional de evitación de valoraciones negativas o de miedo al fracaso. Se nota el aprecio y amor que sentía Pennac por sus alumnos, lo fundamental es que él le demostraba que se preocupaba realmente por ellos, que eran sus alumnos y que jamás los abandonaría. Él es un tipo de profesor democrático o colaborador, facilita el desarrollo de la motivación por el aprendizaje, trabaja la percepción de autonomía y responsabilidad sin abandonar al alumno a su suerte. El autor se pregunta permanentemente ¿quiénes eran sus alumnos? Y se contestaba que alguno de ellos se ajustaba fielmente al tipo de alumno (alumno zoquete) que él mismo había sido a su misma edad. Para ayudar a estos estudiantes que se iba encontrando en diversos centros escolares por los que iba dando clase, llegó a la conclusión que para poder tener la posibilidad de sacarlos de ese “pozo” era preciso “enseñarles de nuevo” la propia noción del esfuerzo y devolverles el gusto por la soledad y el silencio y, sobre todo, el dominio del tiempo, del aburrimiento.
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