Decir Que La Resolución De Problemas Es Un Obstáculo Grave Para Los Alumnos De Primaria Es Una Banalidad. Y Se Sabe Muy Bien, Que No Es Suficiente Que Sepan Efectuar Una División, Por Ejemplo Para Que Sepan Reconocer Los Problemas En Los Cuales La Divi

Decir que la resolución de problemas es un obstáculo grave para los alumnos de primaria es una banalidad. Y se sabe muy bien, que no es suficiente que sepan efectuar una división, por ejemplo para que sepan reconocer los problemas en los cuales la división es una herramienta eficaz. Y tampoco es suficiente proponer numerosos ejemplos para acrecentar su capacidad de resolver problemas.

La dificultad de un problema para un niño revela numerosos aspectos y estamos muy lejos de haber identificado todos los componentes en juego en la resolución y las relaciones que existen entre esos componentes.

Antes de mencionar dos puntos importantes es necesario reafirmar que un objetivo fundamental de la escuela primaria es enseñar a los niños a resolver los problemas. El primero se refiere a la percepción que tienen los alumnos del problema.

Se les pidió a niños inventar problemas, que muestran claramente que para ellos un problema no era lo que nosotros pensábamos.

Los problemas que los niños inventaron fueron más parecidos a enigmas o adivinanzas, que ha enunciados de problemas. Para los niños el problema de la escuela tiene siempre una solución, y esa solución se obtiene haciendo una o varias operaciones el decir el niño que no sabe, seria confesar que no se búscala resolución del problema.

Un segundo punto se refiere a la convicción que tienen los niños por haber encontrado una buena solución y de sus posibilidades de justificarla. Los problemas de matemáticas son un lugar privilegiado para enseñar a los niños a justificar y a probar lo que dice.

Estos dos puntos tienen un mismo origen; y ese es que la naturaleza que se establece entre el maestro y el alumno. Las expectativas del maestro modela, los comportamientos de los niños, influye en sus respuestas: el niño se constituye una imagen de la resolución del problema, según la cual debe producir la respuesta que el maestro espera.

Para desarrollar en el niño una actitud para resolver problemas es necesario entonces, trabajar a nivel de contrato, para tratar de explicarlo o de modificarlo. Es importante que los niños tengan otra imagen diferente a la que tenemos los docentes.

Existen varias cuestiones que aún no tomamos en cuenta.

PRIMERA CUESTION: LA DE LA LECTURA

Generalmente, cuando no hacemos bien la lectura de un problema tenemos gran dificultad para resolverlo.

Lo que quiere decir que el que lea bien será el que lo sepa tratar. En otras palabras nos hemos dado cuenta que la lectura es parte integrante de una buena resolución de problemas.

“La mayoría de los” malos en matemática” está formada por alumnos que no aprendieron nunca a desarrollar un comportamiento de lectura pertinente frente a un escrito de ese tipo”

LA SEGUNDA CUESTION: LA MEMORIA DE LA MULTIPLICIDAD DE TAREAS.

La actividad de resolución de problemas se presenta en efecto como una actividad compleja que requiere la afectación mental y simultanea de un gran número de tareas: deposito, selección, organización de informaciones, búsqueda y aplicación de procedimientos, cálculos, etc.

Si una u otra tarea demanda una atención demasiado grande el niño se encuentra en dificultad y la mayoría de los maestros sabemos que para dificultar el problema basta con agregar una pregunta, aumentar el texto o remplazar los números naturales por números decimales.

Considerar un problema como una actividad donde intervienen tareas múltiples, conduce a pensar que esta actividad requiere una carga de trabajo mucho más elevada, generalmente el maestro no sospecha el aprendizaje de la resolución de problemas pasa también por la educación de la utilización de la memoria.

TERCERA CUESTIÓN:

Es importante la relación que se tiene entre: el alumno, el maestro y el problema, en relación a la resolución del problema.

I. Los objetivos metodológicos.

Llamemos clásico al tipo de problemas en que las preguntas ordenadas y cerradas estructuran la resolución, y no permiten enseñar a los niños a reflexionar

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