Definiciones Terapia Breve

Se limita a unas pocas sesiones de tratamiento, de las cuales se utilizan técnicas específicas para la consecución de una meta terapéutica específica, comprendiendo también una actividad dirigida cuidadosamente hacia la meta como la de las terapias de mayor duración y puede ser aplicada a cualquier clase de problema emocional.

La psicoterapia es un proceso muy simple que comprende desconocimiento, aprendizaje y reaprendizaje.

La terapia breve se sitúa exclusivamente en el presente, usa herramientas terapéuticas en un tiempo más corto y su fi n es el cambio de un comportamiento específico en lugar de uno a gran escala o más profundo (Kristen, 1999).

Se define como una estructura terapéutica, orientada a incrementar la conciencia de los consultantes acerca de sus comportamientos problema, así como de su capacidad y motivación para comenzar a hacer algo al respecto. Se considera como la intervención primaria para aquellas problemáticas psicológicas caracterizadas por ser específicas, tales como excesos o déficits conductuales concretos y dificultades emocionales causados por la incapacidad para la toma de decisiones. La meta es ofrecer a los consultantes herramientas para cambiar actitudes básicas y manejar los problemas subyacentes. (Dulmus & Wodarski, 2002).

Es un modelo que propone intervenciones que tengan como objetivo la resolución de problemas y la tendencia a extinguir la sintomatología presentada por la persona.

Posiciona al sujeto en otra perspectiva, en otro modo de percibir la realidad. Esta reestructuración del campo de mirada, le posibilita no sólo construir una nueva realidad, sino todo lo que de ésta se deriva: destrabar el bloqueo de un proceso de crecimiento, reducir la angustia y ansiedad, modificar conductas rigidizadas, mejorar relaciones interpersonales y fundamentalmente, establecer un bienestar consigo mismo, sinónimo de evolucionar la calidad de vida. Permiten girar la óptica de percepción y quebrar las

Respuestas disfuncionales.

Su énfasis está en incrementar la autoeficacia y la motivación para el cambio, así como en la empatía y la alianza terapéutica desarrollada con el consultante, empleando, entre otras, técnicas de escucha reflexiva que le permiten identificar cómo, cuándo y por qué podría cambiar. (Miller & Rollnick, 1999; Longabaugh & Wirtz, 2001).

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