Depresión, el suicidio y su correlación
Enviado por analgonzalezfdz • 10 de Septiembre de 2018 • Ensayo • 1.763 Palabras (8 Páginas) • 124 Visitas
Introducción
Resulta importante hablar acerca de este tema porque en relación a la carrera que estudio, los temas relacionados a la salud mental son patologías. Estas se deben hablar y tratar de forma seria, para identificar las diferentes sintomatologías a tiempo, y así evitar daños colaterales irreversibles a largo plazo.
El propósito de este ensayo es hacer del conocimiento de los lectores el tema de la depresión, el suicidio y su correlación. Conocer las conductas de riesgo que podrían estar presentes en una persona con esta patología. Por último, en caso de conocer a alguien ya diagnosticado, informar acerca de los posibles tratamientos para ayudar y lograr una recuperación óptima. Por subsecuente, sostengo que la depresión y el suicidio son conductas de riesgo en donde las víctimas se ven afectadas a nivel psicológico, somático y social.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental en Estados Unidos (National Institute of Mental Health [NIH], 2017), se denomina depresión a aquellos sentimientos internos negativos de tristeza o infelicidad. La patología reconocida como depresión clínica es una alteración anímica en donde los sentimientos de melancolía y frustración atacan la mente de la víctima con una gran persistencia, haciendo que dichos sentimientos perduren más allá de la voluntad del individuo por deshacerse de estos.
Cabe mencionar que según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2017) el 25% de la población, es decir, alrededor de 300 millones de personales a nivel mundial padece o ha padecido depresión en algún momento de su vida, sin embargo, existen casos en donde los sentimientos aliados no son recurrentes y con eventualidad éstos desaparecen tras un cambio en el pensamiento o actitud. (NIH, 2017).
La depresión tiene una índole autodestructiva la cual puede afectar a personas de todas las edades, de todo el mundo, así como de cualquier estatus económico y/o social. (Mental Health America [MHA], 2017).
El trastorno depresivo está compuesto por diversos factores que aumentan la probabilidad de padecerlo, sin embargo, las razones difieren según el sexo y las experiencias vividas de cada una de las víctimas de esta enfermedad mental.
Con base en la información obtenida a través del Instituto Nacional de Salud Mental en Estados Unidos (2017), las mujeres son doblemente más vulnerables a padecer depresión debido a cargas genéticas, hormonales, menstruales, así como depresión pre o postparto y/o por síndromes menopaúsicos (NIH, 2017).
Otros elementos vinculados a la depresión en ambos sexos, son los antecedentes familiares esto debido a la carga genética que puede ser heredada. EL uso de ciertos fármacos también puede tener síntomas secundarios que resultan en sentimientos depresivos, el padecimiento de enfermedades terminales, como cáncer, alteraciones cardiacas, Alzheimer, entre otras o el abuso de sustancias ilícitas y nocivas para la salud. (NIH, 2017).
Existe un gran vínculo entre el suicidio y los trastornos mentales, particularmente los trastornos relacionados a la depresión. Según la OMS (2017), tan solo en 2015, el suicidio ocupó el segundo lugar en la lista de principales causas de defunción en individuos entre 15 – 29 años a nivel mundial.
Experiencias relacionadas a abusos, perdidas, violencia, entre otras, se encuentran fuertemente relacionadas a conductas suicidas. Las conductas de riesgo se encuentran más vulnerables entre los grupos de la sociedad que se encuentran desvalidados ante los demás, por ejemplo, la comunidad LGTB, los refugiados e inmigrantes y los convictos. (OMS, 2017).
Existen varias maneras de tratar la depresión, puede ser a través de tratamientos psicológicos, por ejemplo, terapia conductiva conductual o psicoterapia. También se puede hacer uso de fármacos antidepresivos que auxilien en la inhibición selectiva de la serotonina, así como de medicamentos tricíclicos. (OMS, 2017).
Desarrollo
El siguiente apartado está dividido en tres secciones, en la primera sección se comentarán los síntomas psicológicos, posteriormente veremos las causas y los factores capaces de derivar patrones de conductas suicidas.
Por último, se hablará sobre los tratamientos posibles y la ayuda profesional que pueden recibir los afectados y las personas cercanas relacionadas por el déficit en la salud mental de las personas diagnosticadas.
Primer argumento: Síntomas psicológicos
Es importante mencionar que la patología que es considerada como la causa principal capaz de derivar las conductas que llevan a los adolescentes al suicido es la depresión que pueden llegar a presentar.
La depresión puede ser diagnosticada bajo tres percepciones distintas, la primera se refiere al estado de ánimo decaído con duración corta. La segunda puede presentarse tras síntomas transitorios con duración a no más de un par de meses. Por último, la tercera se refiere al trastorno afectivo que persiste por más de dos meses y con probabilidad de permanecer más de un año, cabe mencionar que éste último se considera como foco de atención inmediata y el cual se debe dirigir hacia profesionales de la salud mental. (Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz).
Patologías como la depresión comprenden síntomas anímicos como tristeza excesiva, poco interés hacia las personas, actividades u objetos, de la misma forma se puede encontrar relacionada a sensaciones de vacío interno, perspectivas negativas hacia sí mismo y el mundo. (INP - Ramón de la Fuente Muñiz).
La depresión se encuentra relacionada con más del 50% de las causas suicidas entre los adolescentes. (American Foundation for Suicide Prevention, s.f.).
Segundo argumento: Causas y factores
Por otro lado, la depresión puede ser incitada por un cúmulo de circunstancias ya sea con tendencias fisiológicas, de adversidades traumáticas, por condiciones económicas o sociales, la perdida de familiares o amigos cercanos, una separación conyugal o parental, cambios repentinos poco oportunos o enfermedades somáticas, entre otros.
Según la Organización Mundial de la Salud, dicha afección perjudica a un promedio de 350 millones de personas a nivel mundial y generalmente este padecimiento se ve duplicado en el perímetro poblacional femenino.
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