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Desafíos Del Educador


Enviado por   •  18 de Mayo de 2014  •  2.141 Palabras (9 Páginas)  •  201 Visitas

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LOS DESAFIOS DE LA EDUCACION Y DE LOS EDUCADORES EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO,

¿HAY ALTERNATIVAS VIABLES?

Introducción

El mundo está pasando por un momento decisivo en su historia. Nos ha tocado vivir una revolución que ha cambiado la manera en que convivimos, nos comunicamos, pensamos, aprendemos, trabajamos y prosperamos.

Tenemos el mundo en la palma de la mano. Casi cualquier cosa, antes inimaginable, hoy es posible. El conocimiento producto de todos la historia de la humanidad, está en la red, a disposición de quien quiera y pueda utilizarlo. El conocimiento ya no tiene dueño, ya no es exclusivo, se ha convertido en un bien social. Y nosotros nos hemos convertido en ciudadanos del mundo.

Y si partimos de que conocimiento genera poder, y poder genera riqueza, entonces ¿cuál es el problema?

Definitivamente es cierto que el conocimiento genera riqueza, y si ahora somos una sociedad del conocimiento, un pensamiento simplista nos llevaría a pensar que automáticamente seríamos una sociedad rica, productiva y sin mayores problemas. Pero resulta que no es así. Debemos ser conscientes de que el conocimiento además de riqueza, implica nuevas y mayores responsabilidades. Saber te compromete, te desafía, te implica y esto no perdona.

Resulta una paradoja difícil de creer, que una sociedad que está siendo testigo de los más rápidos y sorprendentes avances científicos y tecnológicos, que ha traído la modernidad hasta nuestras vidas, que también está siendo testigo de cómo éste mundo de comunicación instantánea se ha vuelto cada vez más accesible, más global, más ágil, más productivo y más tecnologizado, en el que sus habitantes tienen una esperanza de vida significativamente mayor y la posibilidad de poder gozar de mejor salud y calidad de vida, al mismo tiempo se esté enfrentado a una severa problemática de inequidad, pobreza, falta de oportunidades, desempleo, injusticia y descontento social que se están convirtiendo en un peligrosísimo caldo de cultivo que se cierne como una amenaza real, especialmente para los países pobres y en vías de desarrollo, entre los que se cuenta este México nuestro.

Formamos parte de una aldea global, somos ciudadanos del mundo, y éste se está convirtiendo en un gigantesco intercambio de información. La sociedad actual ha desarrollado una sorprendente capacidad de almacenar y distribuir información a través de medios y redes cada vez más sofisticadas pero también cada vez más accesibles para muchos. Prácticamente podemos tener el mundo en la palma de la mano cuando sabemos usar eficientemente un Smartphone o una tableta de última generación. Podemos enterarnos de lo que sucede del otro lado del mundo justo cuando está sucediendo. Y esta capacidad está revolucionando los negocios, la vida doméstica, el empleo, los servicios, la administración y especialmente debería estar cambiando la FORMA DE EDUCAR.

El problema es que no todo el mundo dispone de las herramientas mínimas necesarias para acceder al conocimiento que tenemos al alcance de la mano. Llámese desde la posibilidad de tener electricidad, hasta tener resueltas las necesidades más básicas de vivienda, higiene, salud y alimentación. Y el acceso a la educación y más a una educación de calidad no es la excepción.

En este último aspecto, el mundo no se está avanzando a la misma velocidad que en los demás. Cuando menos no en los países emergentes. En México estamos intentando educar a ciudadanos del siglo XXI con instrumentos, pedagogías y sistemas del siglo XIX. Ciudadanos distintos, expuestos a toda la problemática propia de esta era. El desafío es enorme. Debemos enderezar el barco antes que se vaya a pique. A los maestros nos toca dar ese golpe de timón.

Desarrollo

El desarrollo sin precedentes de la ciencia y tecnología y los avances que de ahí se han derivado, no son gratuitos ni inofensivos. Han tenido un alto costo para la humanidad y ya han empezado a cobrar factura a las sociedades del siglo XXI que están experimentando fenómenos como la violencia, la intolerancia, la inequidad, la corrupción, la cultura del no esfuerzo, la contaminación, el encarecimiento de los energéticos y la pobreza.

Se ha incrementado casi exponencialmente la demanda de recursos naturales y energéticos para la producción y para dar abasto a una población cada vez más numerosa, más exigente, más comodina y egoísta, que vive más años, que está deseosa de experimentar los beneficios y la comodidad que significa la automatización de procesos que antes tomaban mucho tiempo y esfuerzo, sin detenerse a pensar las implicaciones negativas que paradójicamente conlleva el desarrollo.

De manera temporal se incrementó al inicio de esta era, la demanda de recursos humanos, de gente que produzca. Las mujeres salieron a trabajar dejando la crianza de los hijos en segundo término, formándose una generación sin límites, sin dirección, y sin los valores más básicos. Pero hemos llegado a la cresta de la ola en este sentido y ya venimos de bajada. Cada vez las líneas de producción son más robotizadas, cada vez la maquinaria y las computadoras son capaces de hacer lo que antes hacían las personas, y el desempleo se ha empezado sentir.

Los cambios se presentan en prácticamente todos los ámbitos, a nivel, demográfico, económico, empresarial, ambiental, productivo, y como consecuencia de ellos, se han incrementado y complicado fenómenos sociales y culturales que hoy tienen a nuestra población marginada, sin acceso al 100% de los beneficios de la sociedad del conocimiento y sufriendo los perjuicios que se originan con ella.

Nuestra entidad, nuestra región y nuestras comunidades educativas, no se han salvado y están resintiendo de manera muy importante las consecuencias de pertenecer a un país emergente que no estaba lo suficientemente preparado para hacerle frente a la ola de la modernidad, la comunicación y la globalización. En nuestras aulas nos encontramos problemáticas cotidianas cada vez más complejas y más profundas, familias desintegradas, madres ausentes, adicciones a la orden del día, violencia, intolerancia, bulling, abusos de poder, egoísmos, materialismo exacerbado, culto a la belleza, al ego, falta de respeto por la autoridad, falta de credibilidad en las autoridades, corrupción, etc. En una palabra, una escala de valores trastocada. Tener, disfrutar, gozar, divertirse, gastar, figurar, lucir, gobernar, imponerse, aplastar, pisotear son los valores imperantes. Y la gente está dispuesta a lo que sea por ellos.

Se ha vuelto una sociedad instantánea, rapidita, facilita. Todo se pretende conseguir en un tris-tras. Las generaciones más jóvenes son incapaces de esperar, de

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