Dilema Del Caballero
Enviado por vicentevillanuev • 13 de Septiembre de 2013 • 315 Palabras (2 Páginas) • 414 Visitas
EL DILEMA DEL CABALLERO
Hace ya mucho tiempo, en una tierra muy lejana, vivía un caballero que pensaba que era bueno,
generoso y amoroso. Hacía todo lo que suelen hacer los caballeros buenos, generosos y
amorosos. Luchaba contra sus enemigos, que era malos, mezquinos y odiosos. Mataba a
dragones y rescataba a damiselas en apuros. Cuando en el asunto de la caballería había crisis,
tenía la mala costumbre de rescatar damiselas incluso cuando ellas no deseaban ser rescatadas y,
debido a esto, aunque muchas damas le estaban agradecidas, otras tantas se mostraban furiosas
con el caballero. Él lo aceptaba con filosofía. Después de todo, no se puede contentar a todo el
mundo.
Nuestro caballero era famoso por su armadura. Reflejaba unos rayos de luz tan brillantes que la
gente del pueblo juraba no haber visto el sol salir en el norte o ponerse en el este cuando el
caballero partía a la batalla. Y partía a la batalla con bastante frecuencia. Ante la mera mención de
una cruzada, el caballero se ponía la armadura entusiasmado, montaba su caballo y cabalgaba en
cualquier dirección. Su entusiasmo era tal que a veces partía en varias direcciones a la vez, lo cual
no es nada fácil.
Durante años, el caballero es esforzó en s er el número uno del reino. Siempre había otra batalla
que ganar, otro dragón que matar y otra damisela que rescatar.
El caballero tenía una mujer fiel y bastante tolerante, Julieta, que escribía hermosos poemas, decía
cosas inteligentes y tenía debilidad por el vino. También tenía un hijo de cabellos dorados,
Cristóbal, al que esperaba ver algún día, convertido en un valiente caballero.
Julieta y Cristóbal veían poco al caballero porque, cuando no estaba luchando en una batalla,
matando dragones o rescatando damiselas, estaba ocupado probándose su armadura y admirando
su brillo. Con el tiempo, el caballero se enamoró hasta tal punto de su armadura que se la empezó
a poner para cenar y, a menudo, para dormir. Después de un tiempo, ya no se tomaba la
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