Disfasia Del Desarrollo
Enviado por alfonsokatalina • 12 de Julio de 2014 • 1.363 Palabras (6 Páginas) • 484 Visitas
Disfasia del desarrollo: Ocurrencia más rara, y que se encuentra entre los más difíciles problemas de diagnóstico, se presenta como lenguaje marcadamente atrasado, sin evidencia de sordera o de impedimento mental. El niño puede comunicar con bastante efectividad con el uso de mímica. En tales niños es esencial su habilidad para comprender la palabra hablada, porque si ésta está seriamente afectada (afasia receptiva) el impedimento será mucho mayor y más resistente al adiestramiento del lenguaje. Para comunicar más el cuadro, el niño difásico puede ser sordo. La privación sensorial, esto es la falta de estimulación auditiva adecuada, como la que ocurre en los niños institucionalizados, puede retardar el desarrollo, incluso el del lenguaje.
Ejemplos Clínicos
Disfasia Adquirida:
Margarita, la hija más pequeña de padres profesionales, de clase media, se enfermó de meningitis meningocócica a la edad de 3 meses, y fue tratada con penicilina, regresando a su hogar después de haber permanecido 2 semanas en el hospital. Durante los meses siguientes hubo brotes ocasionales de fiebre, y, aproximadamente al año, ocurrió el primero de varios ataques menores, prescribiéndose fenobarbital. A partir de ahí su salud general se mantuvo bien y el crecimiento físico fue satisfactorio. Era hiperactiva, distraída, con ligera incoordinación en los movimientos finos y tenía dificultad para entender lo que se le decía. Adquirió un lenguaje útil con mucha lentitud, a pesar del adiestramiento intensivo del lenguaje que empezó a los 3 años de edad. Los exámenes audiométricos no detectaron una pérdida significativa de la audición.
La evaluación psicológica a los 4 años y medio de edad dio un IQ de 71 en la escala de Stanford-Binet (forma L-M). Sin embargo, esto no podía considerarse como una medida del funcionamiento intelectual, puesto que muchos de los rubros de la prueba requieren de comprensión del lenguaje y ejecución del habla. Margarita podía identificar a los 2 años y medio. Sin embargo, cuando se le aplicó la prueba con rubros no verbales de la escala de Merrill-Palmer obtuvo una edad mental de 6 años 2 meses (IQ 127). Sin embargo, habría sido absurdo considerar la inteligencia de la niña como superior en una prueba, y como limítrofe inferior en la otra. Lo que podríamos hacer era seguir los puntos significativos en el perfil de desarrollo. También sabíamos que se relacionaba bien con el grupo de su misma edad y le gustaba asistir a la escuela de la guardería.
En la familia se apoyaban mutuamente y los padres eras personas cariñosas y responsables, pero unidos en su determinación de sobreponer las dificultades de Margarita por su perseverancia bien intencionada, pero demasiado entusiastas a la instrucción del lenguaje y el comportamiento. Su hija sin embargo, no era dócil como su hermano que era conformista y se portaba bien, ya que respondía con conducta desafiante y negativista, berrinches, y poco aprendizaje. Ya para entonces estaban en colaboración estrecha el neuropediatra, psiquiatra infantil y el psicólogo clínico. Se tuvo acuerdo en que, a pesar del considerable impedimento difásico de la niña, la disritmia cerebral y sus dificultades emocionales, se le debía de buscar un lugar en una escuela primaria ordinaria y que la familia ofreciera psicoterapia subsiguiente a Margarita, combinada con consejos de los padres.
En este aspecto fuimos afortunados en encontrar una escuela cuyo personal se puso a la altura del reto, un psicoterapeuta infantil cuyo usos de su enfoque de apoyo empático ganó la confianza de la niña rápidamente, y unos padres que cooperaron en las entrevistas regulares de trabajo social y revisiones medicas periódicas a lo largo de varios años. Muy gradualmente los padres se hicieron más capaces de aceptar en forma realista las incapacidades de Margarita y de disfrutar nuevamente de la vida. A su vez, la niña se hizo menos enojona y desafiante, su desarrollo emocional mantuvo el mismo paso que el del lenguaje y se suspendió el anticonvulsionante sin que hubiera recurrencia de los ataques.
Sin embargo, hubo un contratiempo más tarde ya que a la edad de 9 años su audición empezó a deteriorarse (tal vez debido la fibrosis en la base del cerebro). Sin embargo, para entonces había adquirido un almacén de memoria del lenguaje. Se le proporcionó
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