Disociacion E Hipnosis
Enviado por boriselanimal • 21 de Julio de 2013 • 1.822 Palabras (8 Páginas) • 337 Visitas
¿Hay personas más propensas a desarrollar disociación? ¿Qué «ocurre» exactamente durante el proceso de disociación? Para conocer lo que sucede en ésta, conviene examinar los hallazgos de la hipnosis, puesto que se ha propuesto que ésta es un estado de disociación inducido.
A diferencia de lo que suele creerse, el hipnotizador no «controla» al sujeto de la hipnosis, induciéndolo, por ejemplo, a actuar como una gallina en contra de su voluntad. La inducción del estado hipnótico tampoco requiere que el sujeto entre en «trance» o se duerma. Por el contrario, las personas en estado hipnótico parecen adquirir un estado de alerta relajada. También los estudios EEG sugieren que el sujeto hipnotizado se encuentra completamente despierto y alerta.
Incluso sin entrar en un «estado hipnótico», muchas personas obedecen a las peticiones de los hipnotizadores a causa de las demandas contextuales de la situación, sobre todo cuando la hipnosis tiene lugar en el ámbito clínico y en pacientes que esperan recibir «hipnoterapia». La autoridad del terapeuta, el deseo del paciente de agradar y la fuerza de la alianza terapéutica contribuyen a que el segundo siga las sugerencias del primero.
Sin embargo, no parece que todos los beneficios asociados a la hipnosis deriven de la situación contextual. Por ejemplo, una persona no hipnotizada puede ser capaz de imaginar que ha regresado a los 6 años, pero es probable que no desempeñe el papel de niño de 6 años. De igual modo, en ausencia de hipnosis, una persona puede intentar ignorar el dolor de una cirugía dental, pero no es probable que alcance un estado de analgesia. Para conseguir estos efectos, la hipnosis parece basarse en una alteración del estado normal de conciencia. Los investigadores describen tres características principales de este estado hipnótico: absorción, disociación y sugestionabilidad.
La absorción se refiere a la disminución de la conciencia periférica mientras el sujeto se centra en un pensamiento u objeto centrales. Las personas muy absortas en una actividad tienden a ignorar otras percepciones, pensamientos, recuerdos o actividades motoras. De igual manera, durante la regresión hipnótica, los sujetos actúan como si fueran más jóvenes de lo que son, ignorando tanto la conciencia actual de su edad como la conciencia de la incongruencia entre su comportamiento y su conducta «normal para su edad». La experiencia de vivir como si tuvieran 6 años es especialmente vívida, sin permitir la intrusión de autoevaluación crítica alguna. Por las mismas razones, los pacientes mantenidos en un estado de analgesia inducida mediante hipnosis son conscientes del dolor (p. ej., durante la cirugía o cuando introducen la mano en un cubo con hielo), pero lo ignoran porque centran su atención en otros pensamientos y experiencias.
El fenómeno de la disociación es similar al de la absorción en la medida en que cuando una persona está absorta en un objeto central, le resulta más fácil disociar otras percepciones sensoriales, pensamientos o emociones (que, por tanto, permanecen fuera de los límites de la percepción consciente). No obstante, la información disociada puede seguir influyendo a la persona. Así, la víctima de una violación que experimenta una amnesia disociativa sigue pudiendo sentir una gran ansiedad ante objetos que le recuerden el acontecimiento, pese a afirmar que no tiene recuerdo consciente del hecho. En otras palabras, la información disociada sigue estando «allí», pero se halla fuera de la percepción consciente porque existe una forma extrema de atención selectiva.
Al mismo tiempo, las personas sometidas a un estado hipnótico renuncian voluntariamente al uso de sus facultades de evaluación crítica y, por tanto, se introducen en un estado de sugestionabilidad aumentada. Pueden aceptar sin dudas las peticiones del hipnotizador porque no prestan atención a la irracionalidad de la demanda. Por otra parte, pueden tener dificultades para diferenciar las sugerencias externas de las ideas generadas en su interior, entre las sugestiones exteriores y sus recuerdos del pasado. Ello hace que se encuentren en una posición particularmente vulnerable, que puede funcionar a su favor o en su contra, dependiendo de las circunstancias.
La magnitud en que una persona es «hipnotizable » es un rasgo dimensional que difiere en la población general. No es un signo patológico de ninguna enfermedad ni significa que se haya sufrido un trauma. Alrededor de tres cuartas partes de la población son hipnotizables y en torno al 10% es muy hipnotizable. Esta capacidad puede cuantificarse mediante herramientas de evaluación estandarizadas que permiten valorar la medida en que cada persona responde a la sugestión. Esta medida es mayor durante la infancia y disminuye de forma progresiva a medida que se alcanza la vida adulta, pero al llegar esta última se mantiene bastante constante durante al menos tres decenios.
Las personas más hipnotizables muestran mayor tendencia a absorberse en sus experiencias vitales. Así, las personas que se absorben tanto mientras ven una película que llegan a olvidar que se encuentran en una sala de cine suelen ser más fáciles de hipnotizar. De igual modo, estas personas también tienden a ser más sugestionables, aunque no se encuentren en trance. Los niños pequeños son muy propensos a la sugestión y los médicos implicados en casos de presuntos malos tratos infantiles deben hacer las entrevistas con mucho cuidado, esforzándose en evitar las preguntas dirigidas (sobre todo, cuando usan muñecas anatómicamente detalladas).
Los estudios sobre pacientes tratados por trastornos disociativos revelan que estas personas son muy hipnotizables. Todavía no se sabe con seguridad si esta capacidad es innata o si el traumatismo los ha hecho más sensibles tanto a la hipnosis como a la disociación espontánea. Desde una perspectiva conceptual, sin embargo, la disociación puede
...