Duelo La muerte es el “paso terminal del proceso homeostático de un ser vivo que por ende termina la vida”.

Duelo

La muerte es el “paso terminal del proceso homeostático de un ser vivo que por ende termina la vida”. (Maldonado, 2012), este proceso no hace ninguna excepción ni de raza, nacionalidad, credo o posición socioeconómica, así mismo es inherente a la vida, se puede encarar desde el momento del nacimiento y acompañara a las personas a través de toda su existencia, ya que es por definición un proceso natural inevitable con el que se vive de manera cotidiana, así mismo es algo que se presenta en cada ser vivo en una única ocasión irrepetible e imprevisible y aun así, es la única certeza que tenemos desde el momento que se llega a este mundo.

La pérdida es cuando algo que teníamos que vamos a dejar de tener, sin que podamos hacer nada por evitarlo, o en que nuestras acciones son infructuosas las perdidas suelen ser más dolorosas, abarcan desde un objeto que no hemos extraviado hasta las perdidas emocionales, como un divorcio  o cambios en la condición de la vida hasta incluso la muerte.

Es imposible permanecer indemne a la perdida, sin importar si se trata solo de algo perdido, o incluso de un ser querido fallecido, existe un proceso que se lleva a cabo, por el cual se debe pasar para lograr asimilar la perdida, ese en  este momento donde aparece el duelo es el proceso que sigue a una perdida, significa el periodo de adaptación necesario para que la persona que lo sufre realice los cambios necesarios y logre adaptarse la perdida que sufrió. Esto puede ser un camino largo y tortuoso para esta persona, ya que el duelo no es llevado por todos de la mejor manera posible.

Para poder entender el duelo es necesario saber que este es llevado de manera muy individual por cada sujeto que lo vive, ya que sus vivencias, experiencias y hasta el grado de afecto que se tiene por una persona es algo completamente individual y único.

La mayoría de las personas tienden a evadir los sentimientos que desprende una perdida tan fuerte como la que provoca una muerte, a pesar de que a través de la vida de una persona promedio se enfrentara a esta en multitud de ocasiones pocas personas saben llevarlo a cabo y es muy complicado que se pueda aprender a hacerlo porque ni siquiera los padres o familiares enseñan la importancia de este.

Para poder hablar del duelo es necesario primero comprender cuales son las etapas que se necesitan cubrir a lo largo del mismo, estas son:

Etapa 1 – Fase de choque o estupor

Es el primer encuentro que se tiene con la realidad de la perdida, en esta fase suele encontrarse con personas que reaccionan de diversas maneras, mientras algunas lo hacen aparentando que nada ha pasado y que pueden funcionar con normalidad, lo hacen desde una zona donde aún no son plenamente conscientes de la realidad y del peso de la perdida, suelen derrumbarse a los poco tiempo, pero ya en soledad.

Otra reacción es que la persona se queda paralizada, incapaz de hacer nada por su propia cuenta, completamente perdida en la situación, en estos casos, es más necesario recibir ayuda.

Etapa 2 – Fase de ira o agresividad

Aquí los sentimientos por fin afloran sin mucho control, en esta fase es normal que se pierda el apetito y el deseo de ver a otras personas, llegando incluso a casos donde se genera un sentimiento de injustica e impotencia que puede llevar a que se realicen agresiones contra los que la persona afligida sienta responsables de la perdida.

Etapa 3 – Fase de desorganización o de desesperanza

Aquí es donde en verada se comienza a tomar conciencia de la realidad en que la persona fallecida no regresara jamás, muchas personas en esta etapa buscan cambios en su vida, como de residencia o de empleo, ya que es doloroso estar en el ambiente que antes se compartió, también es normal ver largos periodos donde la soledad y la falta de la persona finada hacen caer en un abandono a los afectados, dejando su espacio vital sin acomodo y desocupándose de su persona.

Etapa 4 – Fase de reorganización

En esta etapa se comienza a reorganizar la vida común de los afectados, cubriendo el vacío que deja persona fallecida, recordando ya con una melancolía reparadora la memoria de finado, es normal que aquí suceda alguna recaída a alguna de las fases anteriores, llegando incluso a revivirlas por completo, pero al mismo tiempo estas recaídas son cada vez menores y ayudan al proceso de duelo.

Este proceso puede ser bastante lento dependiendo de la persona, y hay una serie de retos que deberán pasarse para lograr avanzar a través de él, como es el que la persona finada, está muerta y que jamás volverá de ninguna manera, otra cosa importante, es el aceptar el dolor de la pena y expresarlo sin ninguna traba, muchas personas suelen fingir que están bien, pero no se puede tener una perdida sin sentir dolor.

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