Duelo, Muerte resistencia al reflejo de la vida
Enviado por angie flores figueroa • 16 de Abril de 2018 • Ensayo • 1.635 Palabras (7 Páginas) • 191 Visitas
Duelo, Muerte resistencia al reflejo de la vida
“La vida se convierte en muerte y es como si la muerte hubiese sido dueña durante toda su existencia”…. Paul Auster
La muerte es un factor que constituye al ser humano haciendo de este fenómeno algo terrible, ya que está adjunto a un destino fatal porque es difícil asumir la realidad a dar una representación ideal mediante un significado de la muerte, a lo largo del tiempo se ha visto que es algo enigmático ya que las personas están sujetas a pensar que la muerte es el horror, la angustia y por consiguiente aprecian la vida o lo que tienen en ese momento, mientras que otros la aceptan, la asimilan, pero inexplicablemente se tiene pensado que la muerte va más allá, de lo que se le nombra, regularmente se expresa que hay vida después de esta, pero no se puede integrar una simbolización más clara de dicha trascripción, se dice que el alma se va del cuerpo haciendo así un concepto o un ideal de que la muerte es el paso a otra vida eterna e independiente.
La pérdida de una vida es algo a lo que se está extremadamente ligada, produce un dolor igual de extremo, ante la que se responde de muchas maneras, tendiendo que poner en funcionamiento a lo que Freud llamo los mecanismos de defensa puesto que lleva al sujeto a una causa psicológica que lo protegen de las amenazas, ansiedades internas y externas. Tienen el objeto de mediar las reacciones personales frente algún conflicto, estos niveles de defensa lleva a permitir y afrontar psicológicamente el suceso, por consiguiente las consecuencias que éste pueda conllevar, pero para conseguirlo muchas veces sucede mediante alteraciones físicas y a nivel emocional, que se identifican por: llanto, sensación de nudo en la garganta, desconfianza, negación, suspiros, vacío en el estómago y no poder aceptar la pérdida. Y que poco a poco el juicio del sujeto pasa por una serie de ideas para dar paso: a la Ira, insomnio, tristeza, agotamiento, debilidad, pensamientos sobre la persona fallecida, culpabilidad, dificultad en el sueño y para concentrarse, rabia contra Dios, contra los demás, contra quien murió o contra sí mismo. El sujeto se aísla de la realidad, se comporta con duda ante la pérdida.
El duelo o muerte es la parte de la vida con un choque emocional muy fuerte y hay perdidas que resultan muy difíciles de superar en donde perder a un ser querido es lo más difícil que puede pasar en la vida, sufrir es inevitable, pero a lo largo de este camino surgirán una serie de pasos como: la tristeza, la negación, la aceptación y la necesidad de surgir con su modo de vida.
No existe un tiempo exacto para vivir el duelo, el dolor no desaparece del todo, cicatriza la herida, y lleva a preparar proyectos futuros para afrontar nuevos retos, otras actividades y otras responsabilidades.
Se descubre una estructura de objeto particular que parece intervenir en todos los procesos de duelo y en los estados depresivos, y no exclusivamente en ellos, en la cual el objeto es vivenciado como a medias.
En los estados del sujeto depresivo, el proceso del duelo no puede llevarse a cabo y el sujeto queda en forma más o menos encubierta, atado a un objeto que no puede ni revivir, ni morir del todo. Diríamos que la persona en estado depresivo vive sometida a un objeto muerto-vivo este objeto se manifiesta en forma más clara.
Todo lo anterior es una experiencia común muy conocida en el duelo normal, que pasamos algún tiempo sin poder creer en el hecho de la muerte de una persona querida. El yo, sabe conscientemente que su objeto ha muerto, pero éste reaparece como vivo en los sueños y las fantasías, el yo, se sorprende haciendo proyectos con él, tiene fantasías de encontrarlo en la calle, una fiesta etc.,
Como si le costara quedar realmente convencido de la muerte. En ciertas formas discretamente patológicas del duelo, este estado se prolonga fuera del debido tiempo de elaboración y el muerto sigue existiendo haciendo de esta vivencia una identificación enmarcada en el proceso del duelo, es el proceso por el cual se construye tomando cierta posición frente a un objeto conformado por el sujeto en acuerdo con su deseo mediante la escisión y la atribución en la posición depresiva, a cuya luz se revela lo parcial anterior que permite la superación de tal arbitrario. Se trata entonces de un movimiento que es a la vez en rectificarlo o repararlo.
Son los casos en que el sujeto deja su casa exactamente como estaba cuando sobrevino la muerte del objeto, en nada el orden de las pertenencias del muerto, como si en todo momento estuviera a punto de volver a ocupar su lugar entre los vivos, otros casos donde el muerto interviene directamente para salvar la vida del sujeto en situaciones de peligro y otros donde el muerto existe “del más allá”, pudiéndose comunicar con él mediante mesas, personas que pueden llegar a él, sueños etc.
En estos casos el muerto tiende a adquirir funciones: “malas” acciones del sujeto le pueden ocasionar pena, sufrimiento o suscitar su ira vengativa, su meta es “habitar” a un vivo y controlarlo desde dentro. Estas “almas en pena”, por frustradas y desgraciadas, se vuelven terriblemente peligrosas y vengativas ya que aparece en múltiples leyendas de “zombies”, leyendas. Son muertos que no pueden morir por completo y quedan hambrientos y llenos de envidia hacia los vivos.
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