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EL CHISTE Y SU RELACION CON LO INCONSCIENTE” DE SIGMUN FREUD


Enviado por   •  31 de Agosto de 2017  •  Ensayo  •  1.356 Palabras (6 Páginas)  •  338 Visitas

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Alumna: Silvia Ivette Garcia Bautista

Maestría en psicoterapia  transpersonal integrativa

Plantel: Montevideo

Generación: 14

Grupo sabatino

Materia: Teorías de la personalidad

Ensayo de libro de psicoanálisis:

 “EL CHISTE Y SU RELACION CON LO INCONSCIENTE”  DE SIGMUN FREUD (1905)


El chiste y su relación con lo inconsciente.

     Sabemos que podemos caer en el espejismo de confundir el gusto que nos produce el contenido de pensamiento de la oración con el placer del chiste propiamente dicho, pero que este mismo tiene en lo esencial dos fuentes: la técnica y las tendencias del chiste.

Parece que resultará mucho más fácil obtener el esclarecimiento buscado en el chiste tendencioso que en el inocente.

En el chiste tendencioso, el placer es resultado de que una tendencia recibe una satisfacción que de otro modo sería interceptada.

La situación de poder de las personas sobre quienes recae la ofensa, nos llama la atención que estos y otros chistes análogos de naturaleza tendenciosa, si bien nos satisfacen, no sean capaces de provocarnos un fuerte efecto de risa.

Debemos inclinarnos a profundizar en la diferencia de situación psicológica para el caso del obstáculo externo y del interno, aunque es importante no debemos quedarnos con la definición de que el gasto psíquico es aquel que posibilita la obtención de placer dentro del chiste tendencioso.

En el  grupo de los chistes inocentes ( juegos de palabras), la técnica consiste en acomodar nuestra postura psíquica al sonido y no al sentido de la palabra, en poner la representación-palabra (acústica) misma en lugar de su significado dado por relaciones con las representaciones-cosa-del-mundo.  Efectivamente, suponer que ello implica un gran alivio de trabajo psíquico y que al usar las palabras en serio un cierto esfuerzo nos obliga a prescindir de ese cómodo procedimiento: podemos observar que algunos estados patológicos de la actividad de pensar, en que la posibilidad de concentrar gasto psíquico en un punto probablemente se encuentre limitada, de hecho privilegian de esa manera la representación acústica de la palabra sobre el significado de esta. El placer de chiste que provoca ese «cortocircuito» parecerá tanto mayor cuanto más ajenos sean entre sí los círculos de representaciones conectados por una misma palabra, cuanto más distantes sean y, en consecuencia, cuanto mayor resulte el ahorro que el recurso técnico del chiste permita en el camino del pensamiento.

Un segundo grupo de recursos técnicos del chiste  es la unificación, homofonía, acepción múltiple, modificación de giros familiares, en todos los casos, uno redescubre algo mencionado cuando en su lugar habría esperado algo nuevo. Este reencuentro de lo aludido es placentero, y tampoco nos resultará difícil discernir en ese placer un placer por ahorro  al de un gasto psíquico.

Otro recurso técnico del chiste, es el factor de la actualidad, que en muchísimos chistes constituye una generosa fuente de placer y explica algunas peculiaridades de sus peripecias.

El factor de la actualidad, que se añade al chiste como tal en calidad de fuente de placer efímera, pero particularmente generosa, no puede equipararse sin más al redescubrimiento de lo antedicho. Más bien se trata de una particular cualificación de lo referido, a lo cual es preciso atribuirle la propiedad de lo fresco, reciente y no tocado por el olvido. También en la formación del sueño tropezamos con una particular predilección por lo nuevo,  y uno no puede alejar de sí la conjetura de que la asociación con lo reciente es premiada, y así facilitada, por una peculiar recompensa de placer.

Considerando las técnicas del chiste -se trata casi siempre del chiste en el pensamiento-, que comprende las falacias, desplazamientos, eso del contrasentido, la figuración por lo contrario, etc., a primera vista acaso muestre un sesgo particular y no deje advertirse parentesco alguno con las técnicas del redescubrimiento de lo consabido o de la sustitución de las asociaciones-objeto-del-mundo por las asociaciones-palabra; sin embargo, justamente en este caso es muy fácil hacer valer el punto de vista del ahorro o aligeramiento del gasto psíquico.

En la época en que el niño aprende a manejar el léxico de su lengua materna, le depara un manifiesto contento “experimentar jugando” con ese material, y entrama las palabras sin ajustarse a la condición del sentido, a fin de alcanzar con ellas el efecto placentero del ritmo o de la rima. Ello le es prohibido poco a poco, hasta que al fin sólo le substraen como permitidas las conexiones provistas de sentido entre las palabras.

 A ello mismo se puede sumar que el talante alegre, sea generado de manera endógena o producido por vía tóxica, rebaja las fuerzas inhibidoras, entre ellas la crítica, y así vuelve de nuevo factibles unas fuentes de placer sobre las que gravitaba el anhelo. Es sumamente instructivo ver cómo un talante alegre plantea menores exigencias al chiste.

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