EL ESPACIO DE LA LECTURA Y LA ESCRITURA DE LA EDUCACION PREESCOLAR
Enviado por Klaudia41 • 23 de Octubre de 2012 • 379 Palabras (2 Páginas) • 1.534 Visitas
EL ESPACIO DE LA LECTURA Y LA ESCRITURA DE LA EDUCACION PREESCOLAR
Ferreiro, Emilia. Alfabetización (Teoría y Práctica)
Los niños inician su aprendizaje de la escritura en los más variados contextos, porque ésta forma parte de la vida urbana, que solicita continuamente el uso de la lectura. Los niños urbanos de 5 años generalmente ya saben distinguir entre escribir y dibujar. Desde muy temprana edad, los niños trabajan cognitivamente (es decir, tratan de comprender) informaciones de distinta procedencia:
a) La información que reciben de los textos mismos.
b) Información específica destinada a ellos.
c) Información obtenida a través de su participación en actos sociales donde está involucrado el leer o escribir.
A través de una amplia participación en esta clase de situaciones sociales, el niño llega a comprender por qué la escritura es tan importante en la sociedad. Ese es el tipo de información que no es transmitido en el comienzo de la instrucción escolar. Podemos afirmar que ningún niño urbano de 6 años comienza la escuela primaria con total ignorancia con respecto a la lengua escrita.
La tan amenazada “madurez para la lecto-escritura” depende mucho más de las ocasiones sociales de estar en contacto con la lengua escrita que de cualquier otro factor. No tiene ningún sentido dejar al niño al margen de la lengua escrita, “esperando que madure”. Por otra parte, los tradicionales “ejercicios de preparación” no sobrepasan el nivel de la ejercitación motriz y perceptiva, cuando es el nivel cognitivo el que está involucrado (y de manera crucial), así como complejos procesos de construcción del lenguaje oral, convertido en objeto de reflexión.
El jardín de niños debería permitir a todos los niños la experimentación libre sobre las marcas escritas, en un ambiente rico en escrituras diversas; o sea: escuchar, leer en voz alta y ver escribir a los adultos; intentar escribir (sin estar necesariamente copiando un modelo); intentar leer utilizando datos contextuales, así como reconociendo semejanzas y diferencias entre las series de letras; jugar con el lenguaje para descubrir semejanzas y diferencias sonoras. Debe haber cosas para leer en un salón de preescolar. No se trata de enseñarles el modo de sonorizar las letras, ni de introducir las planas y la repetición a coro. En lugar de preguntarnos “si debemos o no enseñar” hay que preocuparse por dar a los niños ocasiones de aprender.
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