EL VIAJE ASIA EL CAMBIO
Enviado por Elenap • 17 de Mayo de 2013 • 1.758 Palabras (8 Páginas) • 288 Visitas
ENSAYO:
El viaje hacia el cambio
Por: Fátima Ivette Salas Salazar.
Epistemología Familiar
Docente: Dra. Ma. Elena Fuentes Martínez.
León, Gto., 3 de diciembre del 2010.
El viaje hacia el cambio
Por Fátima Ivette Salas Salazar
“Un viaje de miles de kilómetros empieza con un primer paso”.
R.Tagore
La vida es un viaje por el cual cada uno de nosotros transitamos; este viaje tiene inicios, procesos, situaciones, entre otras cosas diferentes, lo similar para cada uno es que el viaje comienza a partir de la historia, visión, expectativas, etcétera de nuestros padres y de muchos otros que van construyendo nuestro entorno, nuestra realidad y nuestro ser.
Cuando somos pequeños no nos percatamos de ello hasta que decidimos, hacemos, pensamos, experimentamos algo nuevo o diferente, esto es cuando después de determinado tiempo vemos que lo que hacemos generalmente es lo mismo, lo cual nos aburre, nos incomoda o incluso nos molesta, por lo que hasta ese momento pensamos en el cambio. Hablar de cambio implica movernos de donde estamos, y para lograrlo debemos partir primero de saber no solo qué es lo que conozco y lo que no, sino de donde parte ese conocimiento, en otras palabras mi epistemología.
La epistemología es un “término que se deriva del griego episteme, que significa conocimiento, y es una rama de la filosofía que se ocupa de todos los elementos que procuran la adquisición de conocimientos, e investiga los fundamentos, límites, métodos y la validez del mismo” (Ceberio y Wattzlawick, 1998). En base a este significado podemos hacer referencia que cada uno interpreta el mundo en base a nuestra propia epistemología, siendo el resultado como lo había comentado de la interacción general entre todo con lo que estamos en contacto y que viene desde distintos ámbitos.
Según Gregory Bateson: “no se puede no tener una epistemología”, así como también menciona que en determinados momentos se marca la diferencia que hace la diferencia. Este concepto es relevante para la producción del cambio, históricamente estamos acostumbrados a realizar lo que se nos dice y se nos enseña de la misma forma en que los demás lo realizan. Esto se manifiesta tanto en ideologías como en acciones. Hay ejemplos como el de votar por un partido político determinado, puesto que toda la familia por alguna razón y al pasar de los años siempre ha votado por el mismo partido, y en ocasiones hacemos lo mismo sin ni siquiera conocer los lineamientos o postulados de dicho partido, otro ejemplo sobre este punto puede presentarse en casa cuando se realiza cierto platillo con algún ingrediente especial y que debe de realizarse siguiendo cierto proceso que realizaba la abuela, la mamá, etcétera, y que con el paso del tiempo repetimos.
Lo antes mencionado, nos lleva a darnos cuenta que en general estamos predispuestos a seguir pautas, las cuales pueden desarrollar o detener el crecimiento del sistema. Dichas pautas son las que conectan, y en base a este tipo de conexión es donde podemos trazar distinciones para posteriormente modificar nuestros escenarios, tal y como lo enuncia Spencer Brown (1973): “un universo se engendra cuando se separa o aparta un espacio”, y que “los límites pueden trazarse en cualquier lugar que nos plazca”.
Pero de nosotros depende el trazado de ésos límites, no podemos esperar que alguien venga a hacer lo que me corresponde o a responsabilizarse de algo que solo me toca a mí, yo tengo que hacer las modificaciones.
En la mayoría de los casos, las modificaciones que trabajamos tienen relación directa con la teoría de la comunicación de Watzlawick, en la cual se marcan varios axiomas, de los cuales destacaré el primero que dice que es imposible no comunicar, la comunicación es el medio a través del cual establecemos nuestros vínculos, así como también del que podemos partir para generar cambios. Los cuales pueden ser de primer o segundo orden, según la cibernética. En el primer caso se presenta cuando se manifiesta la homeostasis y la morfogénesis de los sistemas, es decir, la regulación y al mismo tiempo la desestabilización del sistema para generar un cambio, pero de manera lineal. En el segundo orden, se presenta la circularidad o recursividad de los sistemas. La recursividad se da como lo menciona Keeney: “cuando un proceso se vuelve sobre sí mismo, cuando se envuelve”. En donde cada vuelta que se presenta implica un comienzo distinto aunque la pauta de organización sea la misma pero en un orden jerárquico superior.
Lo anterior, me hace recordar una ocasión en que atendí un paciente que denominaré “X”, el cual tenía 20 años, era estudiante de la licenciatura en administración, el motivo de consulta por el cual “X” acudió a la orientación psicológica era: “me siento triste y me cuesta trabajo entablar comunicación con las personas”. “X” era un chico de complexión media, tez morena, retraído, usaba ropa deportiva, tenis, gorra y pocas veces me miraba a los ojos. Cuando llegaba a las sesiones yo tenía que ser directiva, puesto que a él le costaba hablar de manera fluida y espontánea, su postura desde inicio fue cerrada,
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