"ENFOQUE CONDUCTUAL DEL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO EN LA EDUCACIÓN".
Enviado por Eliza24 • 28 de Abril de 2014 • 8.922 Palabras (36 Páginas) • 1.446 Visitas
INTRODUCCIÓN.
Hoy en día, los términos de aprendizaje significativo y aprendizaje constructivista están muy presentes para cualquier profesional de la enseñanza o aspirante a serlo.
El sistema educativo actual dicta que el profesor/a debe buscar un aprendizaje constructivista y conseguir un aprendizaje significativo en sus alumnos, pero, éstos son términos relativamente novedosos y que escapan a la comprensión de muchos y, en consecuencia, en muchas ocasiones no dejan de ser tan sólo dos nuevos términos que aparecen en los papeles, pero que no llegan a la aplicación práctica en el aula. Conocer cómo aprende el ser humano es un primer paso para diseñar estrategias de enseñanza potente y eficaz que permitan al individuo desarrollar un alto potencial de conocimientos y destrezas que les sean útiles para su supervivencia. Existen tres formas básicas por las que aprendemos los seres humanos:
Por las consecuencias que se derivan de nuestra conducta.
Por imitación.
Siguiendo las instrucciones.
Cada una de estas formas de aprendizaje tiene unas características distintivas; con una se consigue una enseñanza más rápida, otra contribuye a que el recuerdo sea mayor, otra da lugar a repertorios más creativos y flexibles…y los profesores/as debemos ser capaces de decidir y planificar unos caminos u otros dependiendo del objetivo que se persiga, del tipo de repertorios que se pretendan enseñar, de las características de las personas implicadas en el proceso, de los recursos con que contemos.
Si bien es ampliamente reconocido que la aplicación de las diferentes corrientes psicológicas en el terreno de la educación ha permitido ampliar las explicaciones en torno a los fenómenos educativos e intervenir en ellos, también es cierto que la psicología no es la única disciplina científica responsable de dichas aportaciones, ya que debido a la complejidad y multideterminación de la educación, también, se ven implicadas otras ciencias humanas, sociales y educativas.
Al respecto podríamos citar como ejemplos la perspectiva sociológica y antropológica de las influencias culturales en el desarrollo del individuo y en los procesos educativos y socializadores; el análisis epistemológico de la naturaleza, estructura y organización del conocimiento científico y de su aplicación en el ámbito escolar y personal; la reflexión sobre las prácticas pedagógicas y la función reproductora y de transmisión ideológica de la institución escolar; el papel de otros agentes socializadores en el aprendizaje del individuo, sean los padres, el grupo de referencia o los medios de comunicación masiva.
EL CONSTRUCTIVISMO DEL APRENDIZAJE Y LA ENSEÑANZA
En sus orígenes, el constructivismo surge como una corriente epistemología, preocupada por discernir los problemas de la formación del conocimiento en el ser humano. Según Mario Carretero (1993, p. 21) el comportamiento del individuo, como el afectivo, no es un mero producto del ambiente ni un simple resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia que se va produciendo día con día como resultado de la interacción entre esos dos factores, el conocimiento no es una copia fiel de la realidad, sino una construcción del ser humano, de acuerdo al medio que lo rodea.
César Coll (1990, 1996) afirma que la postura constructivista en la educación se alimenta de las aportaciones de diversas corrientes psicológicas: el enfoque psicogenético piagetiano, la teoría de los esquemas cognitivos, la teoría ausubeliana de la asimilación y el aprendizaje significativo, la psicología sociocultural vigotskyana así como algunas teorías instruccionales, entre otras.
El Constructivismo postula la existencia y prevalencia de procesos activos en la construcción del conocimiento: habla de un sujeto cognitivo aportante que rebasa, por su labor constructivista, lo que ofrece su entorno.
La concepción constructivista del aprendizaje escolar se sustenta en la idea de que la finalidad de la educación, que se imparte en las instituciones, es promover los procesos de crecimiento personal del alumno en el marco de la cultura del grupo al que pertenece. Estos aprendizajes no se producirán de manera satisfactoria a no ser que se suministre una ayuda específica mediante la participación del alumno en actividades intencionales, planificadas y sistemáticas que logren propiciar, en este, una actividad mental constructivista (Coll, 1998).
De la postura constructivista se rechaza al alumno como un mero receptor o reproductor de los saberes culturales; tampoco se acepta la idea del que el desarrollo es simple acumulación de aprendizajes específicos. La Filosofía educativa debe promover el doble proceso de socialización y de individualización que permita al educando construir su identidad personal, en el marco de un contexto social y cultural determinado, para lograr en el alumno la capacidad de realizar aprendizajes significativos por só solo en situaciones y circunstancias (aprender a aprender) (Coll, 1988, p. 133).
De acuerdo con Coll (1990, pp. 441-442) la concepción constructivista se organiza en tres ideas fundamentales:
1- El alumno es el responsable de su propio proceso de aprendizaje.
2- La actividad mental constructiva del alumno se aplica a contenidos que poseen ya un grado considerable de elaboración.
3- La función del docente es engrasar los procesos de construcción del alumno con el saber colectivo, culturalmente originado.
Así “aprender un contenido” quiere decir que el alumno le atribuye un significado, construye una representación mental por medio de imágenes o proporciones verbales o bien elabora una especie de teoría o modelo mental como marco explicativo de dicho conocimiento.
Ausubel postula que el aprendizaje implica una reestructuración activa de las percepciones, ideas, conceptos y esquemas que el aprendizaje posee en una estructura cognitiva; se clasifica su postura como constructivista (el aprendizaje no es una simple asimilación pasiva, el sujeto la transforma y estructura) e internacionista (los materiales de estudio y la información exterior se interrelacionan e interactúan con los esquemas de conocimientos previos y las características personales del aprendiz), (Días Barriga, 1989).
Ausubel también concibe al alumno como un procesador de la información y dice que el aprendizaje es sistemático y organizado, que no se reduce a simples asociaciones memorísticas.
En el campo de la educación, se suele equiparar al constructivismo con la psicología genética de Jean Piaget, a la que se identifica como la “teoría emblemática” constructivista. Sin embargo, hay que reconocer que el trabajo
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