ENSAYO SOBRE LA LUCIDES
Enviado por MIZZARD • 11 de Marzo de 2014 • 3.871 Palabras (16 Páginas) • 245 Visitas
Ensayo sobre la lucidez
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Jose saramago
Ensayo sobre la lucidez
Traducción de Pilar del Río
ALFAQU4RA
AL
Título original: Ensaio sobre a Lucidez (0 2004, José Saramago y Editorial Caminho, S. A., Lisboa.
Con autorización de Dr. Ray-Güde Mertin, Literarische Agentur, Bad Homburg, Alemania C De la traducción: Pilar del Río Ú De esta edición:
2004, Santillana Ediciones Generales, S. L. Torrelaguna, 60. 28043 Madrid Teléfono 91744 go 60 Telefax 91744 92 24 www.alfaguara.com
ISBN: 84-204-0170-6 Depósito legal: M. 12.811-2004 impreso en España-Printed in Spain
0 Diseño de cubierta: Manuel Estrada
PRIMERA EDICIóN: ABRIL 2004 SEGUNDA EDICION: ABRIL 2004
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A Pilar, los días todos
A Manuel Vázquez Montalbán, vivo
Aullemos, dijo el perro.
LIBRO DE LAS VOCES
Mal tiempo para votar, se quejó el presidente de la mesa electoral número catorce después de cerrar
con violencia el paraguas empapado y quitarse la gabardina que de poco le había servido durante el apresurado trote de cuarenta metros que separaban el lugar en que aparcó el coche de la puerta por donde, con el corazón saliéndosele por la boca, acababa de entrar. Espero no ser el último, le dijo al secretario que le aguardaba medio guarecido, a salvo de las trombas que, arremolinadas por el viento, inundaban el suelo. Falta todavia su suplente, pero estamos dentro del horario, le tranquilizó el secretario, Lloviendo de esta manera será una auténtica proeza si llegamos todos, dijo el presidente mientras pasaban a la sala en la que se realizaría la votación. Saludó primero a los colegas de mesa que actuarían de interventores, después a los delegados de los partidos y a sus respectivos suplentes. Tuvo la precaución de usar con todos las mismas palabras, no dejando transparentar en el rostro o en el tono de voz indicio alguno que delatase sus propias inclinaciones politicas e ideológicas. Un presidente, incluso el de un común colegio electoral
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como éste, deberá guiarse en todas las situaciones por el más estricto sentido de independencia, o, dicho con otras palabras, guardar las apariencias.
Además de la humedad que hacía más espesa la atmósfera, ya de por si pesada en el interior de la sala, cuyas dos únicas ventanas estrechas daban a un patio sombrio incluso en los días de sol, el desasosiego, por emplear la comparación vernácula, se cortaba con una navaja. Hubiera sido preferible retrasar las elecciones, dijo el delegado del partido del medio, pdin, desde ayer llueve sin parar, hay derrumbes e inundaciones por todas partes, la abstención, esta vez, se va a disparar. El delegado del partido de la derecha, pdd, hizo un gesto afirmatívo con la cabeza, pero consideró que su contribución al diálogo deberia revestir la forma de un comentario prudente, Obviamente, no minimi-
zaré ese riesgo, aunque pienso que el acendrado espíritu civico de nuestros conciudadanos, en tantas otras ocasiones demostrado, es acreedor de toda nuestra confianza, ellos son conscientes, oh sí, absolutamente conscientes, de la transcendente importancia de estas elecciones municipales para el futuro de la capital. Dicho esto, uno y otro, el delegado del pdm y el delegado del pdd, se volvieron, con aire mitad escéptico, mitad irónico, hacia el delegado del partido de la izquierda, pdi, curiosos por saber qué tipo de opinión seria capaz de producir. En ese preciso instante, salpicando agua por todos lados, irrumpió en la sala el suplente de la presidencía, y, como era de esperar, puesto que estaba
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completo el elenco de la mesa electoral, la acogida fue, más que cordial, calurosa. No llegarnos por tanto a conocer el punto de vista del delegado del pdi pero, a juzgar por algunos antecedentes conocidos, es presumible que se expresara de acuerdo con un claro optimismo histórico, con una frase como ésta, por ejemplo, Los votantes de mi partido son personas que no se amedrentan por tan poco, no es gente que se quede en casa por culpa de cuatro miscras chispas de agua cayendo de las nubes. No eran cuatro chispas miseras, eran cubos, eran cántaros, eran nilos, iguazús y ganges, pero la fe, bendita sea para siempre jamás, además de apartar las montañas del camino de quienes se benefician de su poder, es capaz de atreverse con las aguas más torrenciales y de ellas salir
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